1. Los Oblatos en Angers, de 1860 hasta las expulsiones de 1903
  2. La casa de Angers de 1903 a 1972

Entre los Misioneros de Francia que, con los Misioneros de Provence, predicaron la gran misión de Marseille en 1820, se encontraba el padre Jean-Baptiste Loewenbruck (1795-1876), originario de la diócesis de Metz. Por entonces conoció al padre Eugenio de Mazenod que, como obispo de Marseille, lo invitó a menudo a predicar en su diócesis y lo nombró canónigo honorario.

Entre 1827 y 1828, Loewenbruck fue el colaborador del sacerdote Antoine Rosmini en la fundación del Instituto de la Caridad y fue superior de la comunidad establecida en la abadía de Tamié, en Saboya. Rosmini devolvió la abadía a la diócesis de Chambéry cuando Loewenbruck salió del Instituto, en 1838. Éste propuso entonces a Mons. de Mazenod establecer a los Oblatos en Tamié, pero el arzobispo, Mons. A. Martinet, no quiso misioneros franceses.

El canónigo predicó, a continuación, en toda Francia y fijó su residencia en Angers. En 1860, quiso garantizar la continuidad de sus obras ofreciendo a Mons. de Mazenod una de sus propiedades, llamada “de los Ángeles”, situada al norte de Segré, a una cincuentena de kilómetros de Angers. Mons. G. L. Louis Angebault, obispo de esta diócesis desde 1842 a 1869, se mostró feliz de acoger a los Oblatos, pero habría sido difícil el contacto con ellos, al estar establecidos tan lejos de su ciudad episcopal. Propuso al canónigo recibirlos, más bien, en su casa de Angers, llamada “la Calzada”, en el suburbio de Saint-Jaques. El canónigo accedió y traspasó sus propiedades a la Congregación en julio de 1860 y reservó para sí, sólo el usufructo de un departamento. Permaneció hasta su muerte como huésped de los Oblatos.

Los Oblatos en Angers, de 1860 hasta las expulsiones de 1903

Las residencias. Desde 1860 a 1879, la comunidad residió en la casa del canónigo Loewenbruck, en el suburbio Sanit-Jaques, en el extremo de la ciudad, en la antigua carretera a Nantes. En 1865-1866, hicieron construir una capilla, agregando así un ala a la casa; se añadió una segunda ala antes de 1895 para acoger a los novicios.

En 1879, los Oblatos compraron la casa de las religiosas Auxiliadoras, ubicada en uno de los mejores lugares de la ciudad, calle de Todos los Santos, cerca de la catedral y la estación. La comunidad sólo permaneció ahí un año, porque se les expulsó a principios de noviembre de 1880.

Después de la expulsión de 1880, los padres y hermanos se agruparon rápidamente en el suburbio Saint-Jaques, donde permanecieron hasta 1903. La casa de la calla de Todos los Santos se alquiló a religiosas que tenían un externado muy concurrido.

El personal. Desde 1860 a 1903, ocho padres fueron sucesivamente superiores: los padres Louis Soullier en 1860-1861, A. Chaine, A. Audruger, L. Delpeuch y J. Fisse de 1868 a 1875; Marius Roux de 1861 a 1867, luego de 1876 al 1894 G. Pichon y E. Grelaud de 1895 a 1903. La comunidad contaba, habitualmente, con seis o siete padres y algunos hermanos. En los distintos informes de las Missions OMI, se destacan nombres de una treintena de padres y de 8 hermanos, solamente entre los años 1860-1887.

Las obras. Esta casa formó pronto la comunidad apostólica por excelencia de la provincia del Norte. “Era, se lee, en Missions OMI de 1905 (p. 14), la casa modelo, con abundantes trabajos, fáciles y consoladores, donde era un gusto enviar a los padres jóvenes para empezar su ministerio.” A partir de septiembre de 1860, se formaba la comunidad bajo la dirección del padre Soullier. El obispo acababa de establecer en la diócesis, la adoración perpetua del Santísimo Sacramento. Pidió a los Oblatos que predicaran un triduo, antes del día de adoración en las parroquias. Durante los primeros seis meses de su permanencia en Angers, los padres predicaron 70 triduos o retiros y algunas misiones; después de esto, se les pidió permanentemente continuar haciéndolo.

Se conoce la lista de los trabajos y los detalles de las misiones y retiros por los informes publicados, casi cada año, en las Missions OMI. El padre Marius Roux, quien fue superior de los misioneros durante cerca de veinticinco años, escribió sólo él, una quincena de informes que cuentan con alrededor de 225 páginas impresas. Por otra parte, él fue el Oblato más conocido en la diócesis. Mons. Charles Émilie Freppel, obispo de Angers de 1870 a 1891, lo llamaba “el evangelista de Anjou” y decía a menudo que los Oblatos eran sus mejores misioneros. En 1865, el padre Roux ya había escrito que contaban con la simpatía del clero en las diócesis de Angers y Laval. “Las solicitudes de retiros y misiones no merman, añadía, a pesar del gran número de congregaciones religiosas.”

La actividad fue menos intensa a continuación de la guerra de 1870. En un informe al Capítulo de 1873 (Missions, 1873, p. 293-312), el padre Marc de L’Hermite, provincial, constata que “la vida apostólica de esta casa, en estas regiones de Anjou y Maine, tuvo sus épocas brillantes. Es menos activa hoy. La guerra, los frecuentes cambios de superiores y misioneros y, sobre todo, es necesario reconocerlo, la insuficiencia creciente de personal, explican esta disminución.”

Las expulsiones de 1880, sin embargo, no hicieron disminuir las solicitudes de trabajos. Con motivo del 25º aniversario de la fundación de esta casa, el padre Roux podía enumerar una impresionante lista: 304 misiones, 25 cuaresmas, 17 meses de María, 154 retiros religiosos, 238 retiros de primera comunión, 271 retiros pascuales, 351 retiros o triduos preparatorios al día de adoración perpetua, o sea una media de 55 trabajos por año.

Algunos hermanos y un padre permanecían en la casa mientras que, desde noviembre a junio, se distribuía a los otros padres en las parroquias. El padre encargado no quedaba desocupado, ya que varias obras estaban ligadas a la casa. A partir de la llegada de los Oblatos, el obispo les pidió proporcionar un capellán para un hospicio de mendigos, donde residían cerca de ciento cincuenta ancianos. En un informe del padre Delpeuch, en 1873, se ve que el padre encargado es también capellán de un orfanato y celebra misa en la capilla, la que se cerró al público entre 1880 y 1889. Durante una decena de años, a fines del siglo pasado, un padre fue capellán de la casa Nazaret, a cargo de cincuenta religiosas del Buen Pastor que acogían a trescientas muchachas y otro padre fue, también, capellán de una residencia dirigida por las Hermanas de la Sagrada Familia, cerca del mar, en Pornichet, en la diócesis de Nantes.

El noviciado (1895-1903). Con ocasión de la fundación de la provincia de Alemania, en 1895, la provincia del Norte de Francia cedió a esta provincia la casa de Saint-Gerlach en Holanda y el noviciado se estableció con los misioneros de Angers, en los confines de Maine y Bretaña, regiones ricas en vocaciones. Este noviciado, siempre bajo la dirección del padre J. L. Abhervé, contó con veinticinco novicios escolásticos como término medio, cada año, hasta las expulsiones de 1903. Los novicios se refugiaron entonces en Bestin donde ya, desde hacía siete años, se había abierto un segundo noviciado para Bélgica especialmente.

La casa de Angers de 1903 a 1972

Se encuentra muy poca información sobre la historia de esta casa en el siglo XX. En 1903, no solamente el Estado había expulsado de sus comunidades a todos los religiosos y religiosas de las congregaciones no autorizadas, es decir, la casi totalidad, sino que, a la vez, se había apoderado de sus pertenencias.

Los padres que se quedaron en Francia vivieron, en primer lugar, dispersos y ejercieron su ministerio con el título de sacerdotes, como formando parte del clero diocesano. Parece que varios siguieron predicando. Después de la guerra de 1914-1918, consiguieron recuperar la casa cerca de la catedral, en la calle de Todos los Santos, de donde los habían expulsado en 1880. Regresaron en 1926. Allí celebraron el centenario de la aprobación de la Congregación (Missions 1926, p. 467-508). La casa de Angers figura a continuación en los Personnels de 1933 hasta 1967. Los superiores fueron los padres M. Grimaud, J. Lejeune, D. Bamdé, Jean de La Gorce, G. Monnin, G. Thibeaut y A. Pronost. Después de la guerra 1939-1945, una decena de padres vivían allí y permanentemente predicaban misiones parroquiales y retiros. Este ministerio seguía siendo el primero de los Oblatos de la provincia del Norte, que contaba con cuarenta misioneros en 1947 y sesenta en 1966. En algunos años este ministerio tan eficaz cesó. Las seis casas restantes de misioneros de la provincia del Norte, cuyos nombres aparecen en el Personnel de 1967, no aparecen ya bajo este título en el de 1973; la casa de Angers se suprimió canónicamente en 1972.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.