Ingrid, originaria de Benín, partera de profesión, es una estudiante de Derecho Sanitario en París. Clemente, de Sainte Foy-Lès-Lyon, francés, trabaja como ingeniero en París. Manta, de Chad, y Michel, de Costa de Marfil, son estudiantes en Lyon en ciencias de la computación y económicas respectivamente. Dos de ellos han vivido o viven en la actualidad en Casa Chavril. Los otros dos participaron el año pasado en “los Jueves de Chavril”. Tres de ellos tomaron parte en el GECO (Encuentro Europeo de Jóvenes y Carisma Oblato) de Aix-en-Provence del pasado mes de agosto.

Pero los cuatro de ellos han quedado prendados de la espiritualidad de San Eugenio de Mazenod. El domingo 17 de septiembre, hicieron un compromiso por un año, como “Laicos Oblatos”, de seguir a Cristo, de conocerle mejor y vivir la misión entre los más abandonados, junto a los Oblatos.

La Regla 37a de los Misioneros OMI dice: “El carisma de Eugenio de Mazenod, don del Espíritu a la Iglesia, irradia en el mundo. Algunos laicos se sienten llamados a participar en él según su estado de vida, y a vivirlo según modalidades que varían según los ambientes y las culturas. Participan en el carisma en espíritu de comunión y de reciprocidad entre sí con los Oblatos.”

Estos cuatro jóvenes no son los primeros que lo hacen; Astrid, Jean-Baptiste, Maxime, Sophie, Thibault, estos 5 jóvenes, estudiantes o profesionales, abrieron el camino el domingo anterior, el 10 de septiembre, en Aix. El año pasado, en Lyon, también dieron este paso Fanny e Ivana, que compusieron su oración de compromiso con estas palabras:

“Señor Jesús, Tú nos llamas a servirte como hermanos y a revitalizar tu Iglesia. Te damos gracias por esta vocación, por tu presencia, por tu Misericordia. ¡Oh Cristo crucificado! Te adoramos porque nos has amado, hasta el punto de morir por amor nuestro. Con María, nuestra madre, de pie junto a la cruz, repetimos una y otra vez, ‘que se cumpla tu voluntad’. San Eugenio, guíanos en nuestra misión, ayúdanos a ser fieles a nuestro compromiso de ser cooperadores con Cristo Salvador, cercanos a la humanidad. Ayúdanos a practicar la caridad, la caridad, la caridad y el celo por la salvación de las almas.”

Estos jóvenes se reúnen varias veces al año, en Aix, en Chavril o en Fontenay-sous-Bois. Parece que se abre así un camino nuevo y sin precedentes que inspira a jóvenes que desean vivir su vida cristiana en el espíritu de los Misioneros Oblatos.

¡La Eucaristía en la que estos cuatro jóvenes hicieron su compromiso fue una celebración muy hermosa! ¡Veinte de sus amigos, originarios de todos los países, un auténtico arcoíris, les acompañaron con su fe y su alegría! ¡Deo gratias! (Pierre Court in www.oblatfrance.com)