Participando con inmensa alegría en el bautismo de seis nuevas hermanas turkmenas, ese es el modo como los fieles católicos de  Ashgabat, Turkmenistán, celebraron la Primera Jornada Mundial de los Pobres, proclamada por el Papa para el 19 de noviembre.

El P. Andrezj MADEJ, sacerdote polaco de los Oblatos de María Inmaculada y superior de la “missio sui iuris” de Turkmenistán, dijo a la Agencia de Noticias Fides: El Papa Francisco nos dio un claro mensaje para este día dedicado a los últimos “No amemos de palabras, sino con obras”. Esto indica con claridad cómo las obras de caridad en favor de nuestros prójimos son acciones salvíficas que ayudan a construir la historia de nuestra redención. La mayor obra de salvación es el camino hacia el bautismo. Y es con inmensa alegría que este domingo hemos bautizado una joven mujer y a sus cinco hijas.

El P. Madej contó a Fides la historia de las seis mujeres: “En los últimos años, esta familia que tenía dificultades económicas fue acompañada por una mujer francesa, una voluntaria, que dio testimonio de la solidaridad humana y cristiana. Su cercanía generó el interés por el evangelio y así comenzó el camino hacia el bautismo. La fecha del 19 de noviembre parecería pura coincidencia, pero es ciertamente el día escogido por Dios. Será una gran celebración para todos”.

Con esta celebración que reunió el pequeño rebaño de los fieles Turkmenos, la Jornada Mundial de los Pobres está siendo celebrada en Turkmenistán, un país en el que hablar de “pobreza” está casi prohibido. El concepto “pobre” es de hecho uno de las palabras tabú en la sociedad dado que el gobierno de Gurbanguly Berdimuhamedov, presidente nombrado por tercera vez en febrero de 2017 para llevar el timón del país, quiere mostrar la imagen de un país que crece y está en pleno desarrollo.

En la época soviética, Turkmenistán fue considerada como una de las repúblicas más pobres de la Unión, con el 45% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza en 1989. Después del colapso de la Unión Soviética, un desarrollo económico desigual contribuyó para crear una élite que poseía la mayor parte de los bienes y una desigualdad fuerte entre las provincias. Medir la pobreza era un tabú en la Unión Soviética, pero la escasez de datos siempre incompletos sobre la pobreza en la era posterior a la independencia indica que todavía la pobreza es un tema políticamente delicado en Asia Central. En 2012 el gobierno turkmeno estimaba que el 0,2% de la población estaba en estado de pobreza contradiciendo todos los indicadores independientes cuya estimación situaba en torno al 30%.

Turkmenistán tiene algo más de 5 millones de habitantes de los cuales el 90% son musulmanes. La Iglesia Católica fue reconocida por el gobierno turkmeno en 2010 (Agencia Fides de Noticias)