Las Actas del Capítulo general de 2016 en su número 62 dicen, “Percibimos una llamada del Espíritu a la conversión en el campo de la interculturalidad: vivir de forma más profunda la tensión creativa entre una unidad fuerte y la riqueza de la diversidad, ser capaces de aprender algo nuevo, como un niño, desarrollar la capacidad de aprender, de desaprender y de reaccionar, optar por la interculturalidad como estilo de vida, como una manera de estar en la misión.” En esta breve cita, aparecen varios verbos: percibir, llamar –llamada-, convertir, vivir, aprender, desarrollar, optar. Quizás una de las cosas más importantes en este momento de la vida de nuestra congregación sea optar.

El 36º Capítulo general tomó claramente una decisión, optar por hacer de la interculturalidad, (sensibilizarnos, convertirnos y vivirla), una prioridad para la Congregación. Vivir la interculturalidad entre nosotros, Oblatos, es un testimonio profético que ofrecemos al mundo, cada vez con una mayor mezcla de pueblos y culturas.

De izquierda a derecha: Christopher CHUKWU (Camerún); Ross KAPUNAN (Filipinas); Callistus KHATHALI (Roma); Jean-Pierre FETSHI (D R Congo); Francis KABIKA (México) y Nhlanhla John MHLANGA (Sudáfrica).

Como parte de su compromiso para promover y favorecer una auténtica vivencia de la interculturalidad, la Administración general ha invitado a 7 delegados a un “Taller Internacional sobre la Interculturalidad” organizado por la Sociedad de los misioneros del Verbo Divino (SVD). El taller se celebró en el famoso Centro Ad Gentes, fuera de la ciudad de Roma, en una pequeña ciudad llamada Nemi, del 23 al 31 de enero de 2018.

En el taller hubo un total de 53 participantes de distintas comunidades masculinas y femeninas, muchos de los cuales con responsabilidades de gobierno en sus propias congregaciones, órdenes o sociedades. Los delegados Oblatos, todos en el ministerio de la formación, fueron: el P. Callistus KHATHALI – Roma; el P. Ross KAPUNAN – Filipinas; el P. Józef WCISŁO – Polonia; el P. Christopher CHUKWU – Camerún; el P. Jean-Pierre FETSHI – República Democrática de Congo; el P. Francis KABIKA – México; H. Nhlanhla John MHLANGA – Sudáfrica.

Algunos de los temas tratados fueron, Interculturalidad en la vida religiosa hoy; Cultura, Contexto e Interculturalidad; Diseñando, Construyendo puentes e Integrando: cómo construir Comunidades Interculturales; Diferencias culturales; Respuestas psicológicas y culturales a la vivencia de la interculturalidad; Vida religiosa intercultural; Teología de la Inculturación y diálogo profético; Formación Inicial a la Interculturalidad: Salir del aprendizaje; Liderazgo Intercultural; Género e Interculturalidad; Espiritualidad de la Interculturalidad; entre otros.

Uno de los ejercicios más importantes del taller era el de contar las historias personales. Los participantes tuvieron un buen número de ocasiones en las que pudieron compartir sus experiencias personales en las distintas etapas de su vida, explorando sus experiencias de interculturalidad de manera sincera y abierta. Esto fomentó una honesta introspección y sin duda sembró semillas de conversión a la interculturalidad en muchos de nosotros. Los participantes Oblatos, en la evaluación que hemos hecho, coincidimos en que habría que animar a este compartir de la propia historia personal, de experiencias, y del propio itinerario intercultural en comunidades oblatas; sin duda, es necesario dar espacio a este compartir. Alcanzar una vivencia auténtica de la interculturalidad dependerá sobre todo de la capacidad de cada uno para mirar de manera crítica la propia cultura y las experiencias personales de interculturalidad. Es justo esperar que como Congregación sigamos comprometiéndonos con esta realidad de la vivencia de la interculturalidad, haciendo caer barreras, cuestionando estereotipos, cruzando fronteras, creando puentes allí donde hay división y construyendo comunidades auténticamente interculturales.

En palabras de Anthony Gittins, uno de los presentadores del taller, “si podemos comprometernos con una vivencia de la interculturalidad, y superar el simple ‘vivir juntos de forma separada’, entonces estamos al inicio de toda una revolución en la vida religiosa.”