Como parte del programa de formación permanente, el Congreso de Oblatos Jóvenes de la Región de Europa (hasta cinco años de primera obediencia) ha sido organizado como una iniciativa del Comité Europeo para la Misión y de la Oficina Europea para la Formación. Este año ha tenido lugar en el escolasticado de Obra, Polonia, del 3 al 7 de abril. Asistió al encuentro en nombre de la Administración general de Roma el P. Louis LOUGEN, Superior general y el P. Antoni BOCHM, Consejero general para Europa.

El programa del congreso incluía la oración en común, talleres, trabajo en equipo y una conferencia del Superior general.

El primer día del encuentro, a través de conversaciones, conferencias y talleres, pudimos tomar conciencia del carácter comunitario de nuestra Congregación. Es ésta una palabra clave a la hora de comprender el carisma de los seguidores de S. Eugenio. No sólo pudimos experimentar la alegría de reunirnos con nuestros hermanos a lo largo del seminario, sino que también tuvimos la oportunidad de escuchar la historia de cada uno para así conocernos mejor. Junto al Padre General y al P. Bochm, se hizo también presente el P. Pawel ZAJĄC, Provincial de Polonia.

Al día siguiente, los participantes pudieron escuchar las resoluciones y llamamientos del Capítulo general de 2016. Las presentó el P. Antoni Bochm. Le siguió después seis pequeñas discusiones por grupos sobre temas escogidos: jóvenes, los pobres, interculturalidad, formación, finanzas y medios sociales. Los miembros compartieron por grupos las experiencias de sus comunidades y países.

El programa del viernes comenzó con un plato fuerte: una reunión con el Superior general de la Congregación, el P. Louis Lougen. Respondió a las preguntas que los participantes al encuentro habían preparado con anterioridad. Habló sobre las realidades de la vida oblata en las distintas partes del mundo, la pobreza, y la esperanza de evangelizar Europa y el mundo entero en el espíritu de San Eugenio. También habló de los gozos y sufrimientos en su ministerio.

Una tarde dedicada a los deportes estrechó los vínculos de unión y, al final, el día culminó con la Eucaristía y una tarde festiva.

El sábado por la mañana, después de la Misa, los participantes salieron hacia sus casas. Aquellos llegados de fuera de Polonia pudieron quedarse aún unos días para visitar nuestro hermoso país, pero la mayoría regresó ya a su comunidad. (P. Dominik OCHLAK en http://oblaci.pl/)