«Somos llamados a vivir por Cristo, gastarse enteramente por amor a Él, servirle y darlo a conocer». San Eugenio de Mazenod.

El 4 de noviembre de 2018, la parroquia de San Eugenio de Mazenod, diócesis de Campo Limpo – SP, celebró sus 20 años de fundación. Fue un tiempo de gracia para nosotros, oblatos y feligreses, y de alabar a Dios por todas las bendiciones que Él ha derramado sobre la comunidad durante los últimos veinte años.

La celebración eucarística y el almuerzo fraterno fueron los aspectos más destacados del día. El actual párroco, el padre José CÁSSIO, y su vicario el p. José de PAULO, junto con los seminaristas oblatos y los feligreses, organizaron maravillosamente el evento. La celebración eucarística fue presidida por el p. Rubens Pedro CABRAL, primer párroco, y contó con la presencia del p. Paulo MEDEIROS, quien también sirvió en la parroquia durante muchos años.

Consideramos esta ocasión especial como un kairos, una ocasión para reconocer y agradecer a los laicos, los padres, diáconos, religiosos y seminaristas que se han entregado desinteresadamente a la Parroquia. Los frutos que hoy podemos cosechar se engendraron gracias al amor, esfuerzo y la dedicación de muchas personas anteriores. Recordamos con afecto el comienzo de esta comunidad y de tantos oblatos, algunos ya en la vida eterna, que no escatimaron esfuerzos para brindar atención pastoral y llegar hasta aquí.

El 1 de noviembre de 1998 fue cuando el Mons. Emilio, obispo de la diócesis de Campo Limpo, decretó la creación de nuestra parroquia de San Eugenio de Mazenod. Sin embargo, para contar con una mayor participación de los fieles, transferimos la celebración al domingo 4 de noviembre. Aquellos reunidos en dicho día se tomaron un tiempo para recordar historias, renovar amistades, construir lazos y generar unidad en la comunión y la participación, ¡construyendo así el Reino de Dios entre nosotros!

Cada celebración tiene que ser también un momento de renovar nuestros compromisos. A nosotros también nos entusiasma lo que el Papa Francisco nos pide: que seamos una «Iglesia en salida», una Iglesia que se extienda; que no se preocupe de sí misma, por sus propias estructuras y logros, sino que pueda ir, moverse, encontrar a los hijos de Dios en su situación real y curar sus heridas.

¡Que san Eugenio y María Inmaculada nos protejan e intercedan por todos nosotros! Y que el Espíritu Santo nos impulse en nuestra misión, alentándonos en los años venideros. Concluyo con el testamento espiritual de San Eugenio de Mazenod: «Entre ustedes practiquen la caridad, la caridad y el celo por la salvación de las almas».

José de Paulo Viana, OMI
Vicario parroquial de la Parroquia de San Eugenio, diócesis de Campo Limpo – SP