OMI Lacombe – Canadá

Por Eugene Mule, OMI

(Publicado originalmente en www.omilacombe.ca)

El año pasado (2017), Su Santidad el Papa Francisco, en su carta apostólica, Misericordia et Misera, invitó a los fieles de la Iglesia Católica a celebrar el XXXIII domingo del tiempo ordinario conmemorando la Jornada Mundial de los Pobres. Al ver el contraste que se percibe entre “las palabras vacías presentes a menudo en nuestros labios y los hechos concretos con los que tenemos que enfrentarnos,” el papa Francisco invitó a todos los fieles católicos con las palabras del Apóstol Juan: “Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras” (Mensaje de la I JMP, n. 1)

Tomando en serio esta llamada, la Iglesia del Sagrado Corazón de las Primeras Naciones organizó una comida el 17 de noviembre de 2018, conmemorando la Jornada Mundial de los Pobres de este año. Gracias a la colaboración de los Servicios Sociales Católicos de Edmonton, al menos 600 personas pudieron gozar de una comida caliente y sabrosa. La comida tuvo lugar en el Salón Parroquial (Kateri Hall) de 11:30 a.m. a 2:00 p.m. El arzobispo, Mons. Richard Smith estuvo presente e inauguró la jornada con una oración de bendición y de acción de gracias. También participaron el arzobispo emérito, Mons. Sylvain LAVOIE, el P. Mark BLOM, las Hermanas de la Providencia, y muchos parroquianos que vinieron a echar una mano como voluntarios. También llegaron voluntarios del Centro Mariano, que está cercda de la iglesia.

Sin duda, fue algo mucho más que simplemente dar de comer un día a los pobres de nuestro vecindario. Fue para muchos un momento de encuentro. Incluso antes de empezar a servir las comidas, se creó una atmósfera en la que se compartían las vivencias de todos y unos y otros se escuchaban con atención. Ha sido una gran alegría ver cómo caían las barreras del miedo y de la indiferencia, y como crecía la convicción de que todos somos hermanos y hermanas. Ha sido también hermoso ver cómo los jóvenes, codo a codo con los más mayores, trabajar juntos. Ha sido tal y como decía el Papa Francisco, “redescubrir el valor de estar juntos” (Mensaje de la II JMP, n. 6)

Ahora que nos preparamos para celebrar la fiesta de Cristo Rey, es bueno dejar que Cristo nos enseñe qué es lo que significa crear relaciones con los pobres a los que tanto ama y con los que tanto se identifica, y descrubrir así el mundo que nos rodea, tocado profundamente por las huellas de la Divinidad.

Damos gracias a todos los voluntarios que nos mostraron el camino del Evangelio, con la mirada puesta en Cristo, fomentando una cultura del encuentro y de la promoción de la justicia, paz e intregridad de la creación en nuestra comunidad.