Bangladés –

Por el P. Johnny Finney, OMI. 

Después de peregrinar durante un año en la vida de la vocación oblata, con gran alegría y agradecimiento a Dios, los oblatos de Bangladés, sus familias junto con sus amigos, seminaristas, miembros de AMMI y unos 200 fieles se reunieron en el Escolasticado De Mazenod para concluir el Año Oblato de las Vocaciones.

Los seminaristas oblatos representaron un pequeño drama sobre la vida de san Eugenio de Mazenod.

Su Excelencia Reverendísima Monseñor Moses Costa, CSC, Arzobispo de Chattagranm, Su Excelencia Reverendísima Monseñor George Kocherry, Arzobispo y Nuncio Apostólico de Bangladés, honraron la ocasión. El 24 de enero los Oblatos tuvieron un día de retiro y reflexión sobre el don de la vocación y el amor de María Madre por la Congregación. El 25 de enero tuvimos la misa con los fieles de la Iglesia De Mazenod presidida por  el Arzobispo Moses Costa, CSC. En su homilía dio las gracias a la Congregación oblata por tomar la iniciativa de conmemorar el Año de las Vocaciones que ha sido una exigencia de nuestro tiempo. Mencionó tres puntos importantes para responder al llamado de Dios.

El primer aspecto es el silencio del corazón, que nos ayuda a escuchar el llamado de Dios. “La familia es el lugar donde escuchamos este llamado. Las familias no deberían  perder ese silencio en medio de un mundo lleno de ruidos. Solo las familias que rezan pueden tener ese silencio”, explicó.

El segundo, necesitamos la guía  de otros para caminar en la respuesta al llamado de Dios. Por tanto, necesitamos buscar la guía de los padres, directores espirituales y formadores.

Tercero, somos responsables de nuestra propia vocación. Es una vocación difícil pero bella porque requiere sacrificio y la oblación de sí mismo.

El Arzobispo recordó después a los Oblatos que la vocación no es nuestra conquista sino que es un don gratuito de Dios. No es para una glorificación personal sino para servir y glorificar a Dios.

“Los oblatos están fuertemente enraizados en la Iglesia de Bangladés. Este logro no lo es para cultivar fama o tener un buen nombre, sino para la gloria del Señor y por la gente. Por tanto las familias también necesitan ofrecer sus hijos a la evangelización de los pobres y necesitados”.

Después de la Misa, el Nuncio Apostólico Monseñor George Kocherry, en nombre de Su Santidad el papa Francisco, agradeció a los oblatos su devoto y fiel servicio en el campo de la formación presbiteral y su cercanía a la gente pobre de Bangladés. A continuación, un breve programa cultural fue organizado y los seminaristas oblatos representaron un pequeño drama sobre la vida de san Eugenio de Mazenod. Más tarde, hubo una presentación sobre la espiritualidad y el trabajo misionero de los oblatos en las cuatro diócesis del país. Una revista fue publicada conteniendo historias vocacionales de los padres oblatos y los escolásticos. En nombre de la Delegación de Bangladés el P. Ajit Victor COSTA, Superior de la Delegación, agradeció a los obispos, presbíteros, religiosos y feligreses su presencia y apoyo orante en nuestras misiones. También invitó a todos los Oblatos a continuar su trabajo y crecer con el mismo espíritu que han experimentado y compartido durante el Año de las Vocaciones Oblatas.