ARGENTINA

Hno. Luis Luján OMI
Provincia Cruz del Sur

Recientemente, en la parroquia de La Candelaria, en la provincia de Córdoba con el apoyo de la comunidad Oblata y de muchos laicos de la parroquia, celebramos el XXVI congreso de Jóvenes Oblatos, esta vez con la particularidad que no solo eran jóvenes, sino también laicos oblatos que participaron escuchando y acompañando. Desde Santa Fe, Mendoza, Buenos Aires, y los locales de Córdoba se vivió un reencuentro de la familia Oblata, donde también participaron hermanos escolásticos de Perú (Gonzalo y Gerson),  y Paraguay (Victos, Eduardo y Diosnel) desde Uruguay Fernando y un escolástico Italiano (Giovanni) que realiza su regencia allí. También nos acompañaron las COMI en la persona de Verónica Amaro que está en la misión de Bs As.

Con el convencimiento de escuchar las propuestas de los jóvenes y desde ahí plantearnos caminos en la misión, iniciamos este recorrido el año pasado. Venimos realizando un trabajo de reanimación de la pastoral juvenil oblata en el sector  argentino. Hacía diez años que se celebró el  XXV congreso de jóvenes Oblatos, y desde entonces se optó por otros modos de encuentros. En muchos  estaban aún latentes los recuerdos y el deseo de revivirlo. Tanto el congreso de las vocaciones como el año vocacional han sido momentos de repensar la misión con Jóvenes. La visita a cada grupo y parroquia, estimulando la participación, permitió que llegáramos a revivir con fuerza y alegre esperanza estos momentos. El documento final del sínodo 2018 fue la base para este reencuentro.  “Camino Junto a ellos…se le abrieron los Ojos… se pusieron en camino”.

Era necesario reencontrarnos, reflexionar, celebrar y salir a compartir la buena noticia de Jesús y así lo hicimos.

Durante el congreso vivimos momentos de reflexiones profundas con el documento del sínodo, una noche realizamos la adoración Eucarística y la otra veneramos la reliquia de San Eugenio. Este momento fue para todos muy emotivo, allí rezamos por las vocaciones, por la congregación e invitamos a plantearse la propia vocación.

Terminado el congreso  60 misioneros partieron a tres lugares de la Prelatura de Dean Funes en el norte de Córdoba para  compartir los días de misión en Villa Quilino, San José de las Salinas y Lucio V. Mansilla. Misión que se la vivió con alegría y mucha responsabilidad en un clima de convivencia entre  los miembros de cada grupo, adaptándose a las altas temperaturas propias de esos lugares. Allí los acompañó el P. Basilio MALU, celebrando la Eucaristía un día en cada lugar.

Al finalizar la misión, todos volvieron a Córdoba para acompañar la celebración de mi Oblación perpetua el 2 de febrero en nuestra parroquia de la Candelaria. Vivimos así una semana intensa que significó mucho esfuerzo pero que dejó el corazón lleno de alegría y esperanza. Ahora nos queda seguir acompañando y reavivando en cada comunidad la identidad con el Carisma Oblato como un modo de vivir la fe y la misión. La resonancia que recibimos de quienes participaron fue muy positiva, fue conmovedor escuchar que muchos de los jóvenes dijeron: ¡Vamos a invitar a otros para que puedan vivir esta experiencia!