ESTADOS UNIDOS

Por Will Shaw

Nota del Editor: A principios de 2019 el Padre Sylvester David, OMI, fue nombrado Presidente de la Escuela Oblata de Teología (EOT). Había sido vicario general de la Archidiócesis de Durban, Sudáfrica, y debía asumir el cargo de presidente de la EOT el 1 de agosto de 2019. Todo esto cambió el 7 de junio de 2019 al ser nombrado por el Papa Francisco obispo auxiliar de la Archidiócesis de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Antes de dejar San Antonio, Texas, hacia su nueva misión de Sudáfrica, el obispo electo David aceptó reflexionar sobre lo que pudo haber sido, y sobre lo que le espera en Ciudad del Cabo.

P – ¿Cuáles son sus principales impresiones sobre la EOT? – ¿Sus mayores virtudes?

Obispo electo David: La EOT es una Escuela bien dirigida. El informe de la AET (Asociación de Escuelas Teológicas) así lo confirma. Cuando llegué a finales de febrero tuve que aprender sobre la marcha. Aterricé a medianoche y a las 8 de la mañana ya estaba trabajando en la oficina. Me puse de inmediato a preparar la visita de la AET. Fue una oportunidad maravillosa para descubrir la Escuela a través de los ojos de personas independientes. La Escuela pasó con buena nota. Hubo muchas alabanzas a la forma en que la Escuela desempeñaba su misión oblata y todos los programas fueron avalados por un periodo de diez años. Nuestro programa de doctorado es uno de los dos que existen de este tipo en Norteamérica.

Una de las maneras en que el espíritu oblato es visto en la Escuela – y me refiero a realidades y no sólo simples eslóganes; Hablo sobre todo del núcleo, de lo que significa ser oblato: Me refiero a las Becas del Círculo Presidencial, que hacen posible que estudiantes de lugares menos favorecidos puedan estudiar en la EOT y volver luego a sus lugares de origen y convertirse en voces de los sin-voz trabajando en favor de los marginados. El objetivo es hacer realidad las palabras de Mazenod, “llevar a los hombres a sentimientos humanos, luego cristianos, y ayudarles finalmente a hacerse santos.” Ya he visto en primera mano este esfuerzo oblato de formar y capacitar cuando trabajaba en Cedara. Allí, religiosas y religiosos llegaban, se preparaban en Estudios para el Desarrollo y volvían luego a sus lugares para ayudar a su pueblo a lograr ser sostenibles. He sido un privilegiado por poder ver este mismo espíritu ahora de una forma más intensa en el Master que ofrece la EOT, así como en sus programas de Doctorado.

En la oficina del Presidente se trabaja muy duro para garantizar las Becas y de buena gana invitaría a otros a incorporar este esquema. A los Oblatos se les pide que difundan un interés por nuestro trabajo allí en donde trabajan, en parroquias y en otras áreas de misión oblata. El ideal es contar con un fondo para becas de al menos un millón de dólares y utilizar los intereses para apoyar cuatro o cinco estudiantes cada año. De esta forma podríamos garantizar nuestra ayuda a estos estudiantes que bien la merecen. La otra forma sería obtener 15.000,00 USD cada año durante cinco años consecutivos para ayudar a un estudiante. Pero la gente puede ayudar de otras maneras, p. ej.  ofreciendo bolsas de estudio a misioneros que inician un  periodo sabático bien merecido. Nuestro programa MpM (programa Ministerio para Ministros) es crucial en el campo de la formación permanente – una de las principales preocupaciones de los Oblatos.

P – En una congregación misionera consagrada a servir a “los más abandonados”, ¿Cómo encaja una institución de estudios superiores?

Obispo electo David: El ministerio de la educación ha sido durante mucho tiempo una obra oblata. Llegó a ser una preocupación de los Oblatos cuando De Mazenod aceptó la Universidad S. Pablo como obra oblata. Él veía la Universidad como un lugar de regeneración moral. En palabras del anterior Superior general, Mons. Guillermo Steckling OMI (en un discurso dado en la Universidad San Pablo el 28 de abril de 1999), tanto la Universidad de San Pablo como la Universidad de Ottawa pueden contar a De Mazenod como a uno de sus padres fundadores. Mi propia “alma mater” en Sudáfrica fue fundada por el P. Sormany, un oblato, y el difunto gran Arzobispo Denis Hurley, OMI fue su Rector hasta hace poco. El Instituto Teológico de San José (Cedara) imparte programas de Estudios Católicos y de Espiritualidad Cristiana en la misma Universidad, con cursos que van desde pregrado hasta doctorados. Explico todo esto para invitar a los Oblatos a hacer suyo este aspecto de nuestra vida misionera y a colaborar con nuestras instituciones generando interés por nuestra labor. Porque esta labor no se realiza de manera aislada, sino desde la perspectiva de nuestra labor misionera. La Congregación hace tiempo que cuenta con seis centros de Estudios Superiores bajo los auspicios de la Asociación de Institutos Oblatos de Enseñanza Superior (AOIHL en inglés) y recientemente se han incorporado otros dos. Además, la EOT alberga la Cátedra de Estudios Oblatos, un ministerio al servicio de toda la Congregación.

P – ¿Podría describirnos brevemente Ciudad del Cabo? ¿Cómo es su gente?

Obispo electo David: Ciudad del Cabo, como la mayor parte de Sudáfrica es un centro multicultural. Es una ciudad con todos los sitios típicos para turistas propios de un destino vacacional internacional y como la mayoría de las ciudades de Sudáfrica cuenta con asentamientos informales densamente poblados. También hay muchos migrantes que buscan ganarse la vida. Como tantos otros lugares del mundo Ciudad del Cabo tiene su dosis de desigualdades, con gente que muere por exceso de comida a la vez que otros lo hacen por inanición. Sudáfrica es un gran productor de vino y gran parte de este preciado néctar proviene de Ciudad del Cabo y de sus alrededores. Existen muchas marcas famosas en la zona, p. ej. Robin Island, donde Nelson Mandela estuvo preso, y el famoso Table Mountain. En resumen, Ciudad del Cabo es un rico tapiz con gran diversidad cultural y belleza natural. Prefiero no decir más para no robar a cada uno el entusiasmo y la emoción de descubrirla por sí mismo, ya sea visitándola personalmente o por internet.

P – ¿Cuáles son los desafíos que tendrá que afrontar en su Nuevo ministerio?

Obispo electo David: Si puedo juzgar por lo vivido como Vicario general de Durban entonces me espera tratar tanto con el clero como con laicos. Con frecuencia uno se encuentra con gran creatividad y extrema generosidad – pero también conflictos y disputas que deben ser resueltos. Una preocupación importante es la de garantizar que los pobres sean atendidos.

P – Sudáfrica todavía parece estar evolucionando, experimentando un “creciente dolor”. ¿Qué cosas tendrían que suceder para lograr una mayor estabilidad y prosperidad en Sudáfrica?

Obispo electo David: El Estado necesita demostrar que se enfrenta a la corrupción con seriedad. Por fortuna, se ha reducido el número de ministerios. Los esfuerzos deben dirigirse ahora a garantizar la recuperación de la economía – especialmente en lo relativo a las desafortunadas y desinformadas declaraciones sobre temas económicos hechas por varios políticos irresponsables.

P – ¿El carisma oblato tendrá alguna influencia en la manera en que desempeñará su Nuevo ministerio en el gobierno de la Iglesia?

Obispo electo David: Es algo inevitable. Simple y llanamente porque soy oblato.