Paolo Archiati, OMI
Vicario General

Obra, Polonia, 1-13 de julio de 2019: Un encuentro de dos semanas de duración, “la Sesión Intercapitular”, reunió a cerca de 60 oblatos de todas las provincias y delegaciones de la Congregación, y de las dos misiones de la Región de Europa.

Este encuentro tiene lugar cada seis años, a mitad de camino entre dos capítulos generales, y cuenta con tres objetivos principales bien descritos en la Regla 128e en su última sección relativa al Capítulo general: “Entre un Capítulo y otro, el Superior general y su consejo en sesión plenaria convocarán al menos una reunión de Provinciales con el Gobierno central. Después de consultar a los Provinciales, precisarán los detalles de la convocatoria y el programa del encuentro. El objetivo de tal reunión es ante todo evaluar cómo se han llevado a cabo las decisiones del Capítulo precedente, estimular la ulterior puesta en práctica de estas decisiones y asegurar la preparación remota del Capítulo siguiente.”

Los detalles (como el lugar y la fecha) y la agenda de la sesión Intercapitular fueron previamente preparados por el Superior general con la ayuda de un comité interno del Gobierno central. La agenda de las tres semanas fue diseñada a la luz de los tres objetivos del encuentro.

En la primera semana, nuestro trabajo se centró en evaluar hasta qué punto se habían implementado las decisiones del último Capítulo. Esto se hizo a través de los informes de las cinco Regiones de la Congregación y del Gobierno central. Fue una buena oportunidad para tomar conciencia de los distintos logros en todo el mundo oblato en respuesta a los seis llamamientos de nuestro último Capítulo general.

Los distintos informes fueron oídos a la luz de tres preguntas que sirvieron luego para animar el debate en los distintos encuentros de grupos:

  1. Al escuchar, ¿qué es lo que enciende tu corazón? ¿Qué es lo que te anima?
  2. ¿Cómo podríamos superar las resistencias a los llamamientos del 36º Capítulo general expresados en el informe?
  3. ¿Qué es lo que apenas se ha mencionado, pero que ha captado tu atención? ¿Ha habido algo que no has oído y que consideras importante?

Cada una de estas preguntas nos ayudó a realizar el itinerario de los discípulos de Emaús, el tema bíblico que ha inspirado toda la Intercapitular.

El último día de la primera semana fue dedicado a estudiar y profundizar nuestra comprensión del asunto de la protección de menores y adultos vulnerables. La Sra. Suzanne Phelan, persona de referencia para nuestros hermanos Oblatos de la Provincia Anglo-irlandesa, nos ayudó a tratar este tema tan sensible y crucial. Su intervención aumentó la conciencia de todos los participantes sobre la importancia de este asunto en este momento histórico de la Iglesia, y sobre nuestra responsabilidad a la hora de garantizar que todos nuestros ministerios y nuestras comunidades sean lugares seguros para los menores y los adultos vulnerables, tal y como nos pide la Iglesia, en especial a la luz de los dos últimos motu propios del Papa Francisco. Es esencial que estemos bien preparados, con procesos y recursos en cada lugar que nos ayuden a tratar estas situaciones. Es responsabilidad nuestra acompañar pastoralmente y ayudar a aquellas personas que han sufrido abusos, además de ofrecer atención pastoral y dirección a las personas que han cometido abuso.

En la segunda semana, examinamos detenidamente lo que aún queda por hacer en relación a los seis llamamientos del Capitulo general de 2016. Fue una oportunidad para compartir compromisos, “sueños”, y proyectos, todos con vistas a mejorar la calidad de nuestra misión en la Iglesia, allí donde vivimos y trabajamos. Comenzamos con dos días de retiro que nos introdujeron en este tiempo de compartir. Un joven oblato de la República Checa nos ofreció una experiencia intensa y una buena oportunidad para profundizar nuestra vida espiritual con sus incisivas meditaciones. Los días nos ofrecieron tiempos de oración y para el sacramento de la reconciliación, y un paseo preparado con un hermano oblato siguiendo la experiencia de los dos discípulos de Emaús.  Estos días ayudaron a esta comunidad tan especial formada por los miembros de la Intercapitular a poner el centro de atención en su identidad y en los valores oblatos.

Tras los días de retiro, tratamos de concretar, especialmente en las regiones, cómo responder mejor a los llamamientos del Capítulo de 2016. Cada Unidad y cada Región ofreció varios compromisos y áreas de trabajo para los próximos tres años y aún más allá. Y en este punto, se compartieron muchos temas de acuerdo con las situaciones y prioridades que habían establecido las distintas regiones: pastoral juvenil y vocacional, formación, reestructuración de unidades, interculturalidad, consolidación de casas de formación, autoridad, formación de formadores, etc. Se subrayaron también otros temas que salieron en el “foro abierto” que tuvo lugar después, en la sesión plenaria. Un tema que surgió y que quedó para la posterior reflexión y estudio del Gobierno central fue la posibilidad de alcanzar una nueva forma de organizar la formación primera en la Congregación: ¿Debería tomar el Superior general mayor iniciativa a la hora de distribuir por casas de formación de todo el mundo con equipos de formación interculturales a nuestros post-novicios? Esto podría ayudar a promover la interculturalidad además de un estilo de formación orientado a la vida consagrada y a la misión. No se tomó ninguna decisión ya que no había tiempo suficiente para profundizar en el tema o para estudiar las implicaciones y consecuencias. Pero la conversación se desató con cierta pasión y fue dejada en manos del Superior general y de su consejo para mayor consideración.

El comité directivo, que asistió al encuentro desde su inició, identificó las cuatro áreas principales en las que las unidades y regiones deben trabajar en los próximos años, cuatro “Prioridades regionales” tal y como fueron llamadas. Son Reestructuración, Formación, Protección de Menores y Adultos Vulnerables, e Interculturalidad. Aunque éstas no son las únicas áreas en las que se deberá trabajar, se hizo claro en el encuentro que éstas eran áreas en las que se debía reflexionar y trabajar más, en línea con el “mensaje final” de nuestro último Capítulo general.

El tercer objetivo de la Sesión Intercapitular era “asegurar la preparación remota del Capítulo siguiente”. La mayor parte de los últimos dos días del encuentro fueron dedicados a pensar en el Capítulo general de 2022. Fuimos conducidos a través de varios temas, como el Capítulo general en nuestras Constituciones y Reglas, el lugar escogido para el próximo Capítulo, algunos elementos nuevos en el 37º Capítulo general. El importante punto final de este proceso fue el de ayudar al Superior general a discernir un tema para proponer a los miembros del 37º Capítulo general. Los miembros de la Intercapitular prestaron atención a este punto a lo largo de tres sesiones, incluyendo el trabajo por grupos y una sesión plenaria, en torno a los temas que fueron objeto de mayor consenso durante la sesión “ad hoc”. El resultado del compartir y del debate quedó en manos del Superior general quien continuará el discernimiento en diálogo con su Consejo.

El último día fue una buena oportunidad para tomar en consideración algunos puntos que no estaban directamente relacionados con la Intercapitular: El Centro Internacional De Mazenod de Aix-en-Provence, el encuentro global (vía internet) de todas las personas relacionadas con el carisma oblato, el Mes Extraordinario de la Misión de Octubre de 2019, y la propuesta de celebrar un Año Mariano Oblato en 2022.

La sesión Intercapitular concluyó con un diálogo abierto entre las cinco Regiones Oblatas y el Gobierno central. Se compartió sobre las expectativas que ambas partes mantienen y las áreas de colaboración para los próximos tres años. Después, el Superior general dio por concluida la reunión. Le siguió una solemne celebración de la eucaristía de clausura, con dos gestos simbólicos: el lavatorio de los pies y el envío a la misión. Un numeroso grupo de laicos asociados y de amigos del área de Obra participaron en esta conmovedora celebración.

La Intercapitular ha sido una oportunidad excelente para compartir en familia de formas bien diversas. Se dio un buen número de “encuentros ocasionales” en los que tratar temas de interés común. Hubo tres tardes organizadas sobre temas relevantes para nuestra vida y misión: La misión Oblata y los medios de comunicación social y la misión oblata con jóvenes. Una tarde tuvimos la oportunidad de escuchar la experiencia de dos jóvenes, un chico y una chica, del grupo Niniwa, un enfoque muy creativo de la misión con jóvenes que ha surgido en la provincia de Polonia.

Por último, aunque no menos importante, nuestra vida de oración durante la Intercapitular ha sido una preciosa oportunidad para celebrar nuestra fe y nuestra identidad oblata. Cada sesión comenzaba con la Oración de Laudes todos juntos y, por la tarde, teníamos la ocasión de orar con oblatos en formación primera y con laicos asociados de todo el mundo mediante videos de oraciones previamente grabados. Nuestra celebración de la eucaristía difería cada día, a veces por regiones, otras por grupos lingüísticos y otras todos juntos. Cada tarde nos juntábamos delante del Santísimo Sacramento en oración silenciosa, el “lugar” privilegiado en el que Eugenio disfrutaba encontrándose con los Oblatos, especialmente con aquellos que trabajaban en misiones lejanas. Este espíritu estuvo siempre presente entre nosotros y nos ha ayudado a crecer como familia, ¡la familia más unida sobre la tierra!