FILIPINAS

“¡Quédate en casa!” es la orden del día para combatir el COVID-19, pero no para los 3.1 millones de sintecho de la ciudad de Manila.

Con la bendición de la comunidad, dos de los Oblatos del Santuario de Nuestra Señora de la Gracia en Caloocan han decidido aventurarse como merodeadores nocturnos:

  • para entregar cheques regalo de Caritas Manila por valor de 9,3 millones de pesos en coordinación con el obispo de la diócesis, Mons. David.
  • para distribuir raciones básicas de comida (llevan ya distribuidos 320 sacos de arroz y la demanda aún crece cada día), y
  • para hacer posible la entrega de miles de mascarillas y algunos EPIs (equipos de protección individual) recibidos por distintos benefactores de la comunidad, para el personal de los hospitales y de la calle que están en la primera línea de actuación.

Con la incertidumbre de lo que traerá el mañana, también distribuimos cientos de semillas y plántulas por los hogares para fomentar la creación de pequeñas huertas caseras como fuentes sostenibles de alimentos en caso de que el bloqueo se prolongue durante más tiempo.

A medida que se siguen exponiendo ahí fuera, los padres Pon (Eduardo VASQUEZ) y Rey Emmanuel AMANCIO se alojan en improvisados cuartos en el despacho parroquial. Esto lo hacen para evitar posibles contagios a los otros; sin embargo siguen unidos al resto de la comunidad mediante oraciones y eucaristías online. Equipados con este apoyo espiritual, con su cruz oblata, y con agua y sal benditas, estos oblatos SE ARRIESGAN.