En las cinco Regiones OMI muchos misioneros oblatos, siendo fieles a nuestro carisma de estar cerca de los pobres, han tomado varias iniciativas para dar de comer al hambriento durante el periodo de confinamiento por el coronavirus.

Bangladés

Los Oblatos en Bangladés alcanzaron a aquellos en pobreza extrema cuyo sustento depende mayormente de los jornales diarios. Con la imposición del confinamiento tenían grandes dificultades para dar de comer a sus familias. Los oblatos ofrecieron regularmente raciones de comida sin cocinar y paquetes de alimentos.  “Agradecemos especialmente al Centre Missionaire Oblat (CMO) de Canadá que apoyó financieramente nuestro proyecto”, dijo el P. Ajit COSTA, Superior de la Delegación. No solo las parroquias oblatas sino también la comunidad del Escolasticado organizó programas para alimentar a los hambrientos de una manera regular durante este periodo crítico.

“En la Misión OMI del Sáhara, en El Aaiún a través de una Asociación local, todos ellos musulmanes, cooperamos en la distribución de alimentos y productos higiénicos para los que tenían más necesidad de los numerosos emigrantes subsaharianos que son la población más necesitada. Unas 800 personas se beneficiaron de estas acciones. También para los migrantes en Dakhla (540 kilómetros de distancia) nuestros migrantes voluntarios de Cáritas lograron organizar acciones y más tarde coordinar otras patrocinadas por las autoridades locales. Unos 200 emigrantes recibieron un seguimiento especial, sobre todos mujeres vulnerables y niños. En El Marsa estamos comenzando nuestra presencia de una manera más regular y allí fue a través de amigos musulmanes que logramos atender a los más necesitados en los momentos más difíciles. Cada día en nuestras salidas diarias encontrábamos intencionalmente los pobres de la calle a los que intentamos ayudar de una manera discreta, a parte de las personas que vinieron a llamar a la puerta de la casa”, dijo el P. Luis Ignacio ROIS (Chicho).     

La pequeña comunidad oblata de Luxemburgo compartió generosamente su comida y otros productos básicos con los pobres y abandonados que llamaban a la puerta de su casa. Después de un discernimiento comunitario decidieron ayudar a un monasterio en Staniatki en Polonia donde las monjas han tenido dificultades por no tener los medios necesarios de subsistencia.

Luxemburgo

La parroquia del “Crociffisso” en Roma (Italia), no dio la espalda a los refugiados y personas sin hogar que vinieron buscando alimentos. Con la ayuda del grupo de Cáritas que existe en la parroquia, pudimos ayudarles. “Me gustaría enfatizar que se pudimos hacer este pequeño servicio es gracias a la generosidad de muchos feligreses de la parroquia”, reconoció el P. Nino BUCCA.

Italy

La parroquia oblata de san Blas en Asunción (Paraguay), organizó dos comedores para alimentar a los que perdieron sus empleos. Se prepararon para 570 personas al día, de lunes a viernes. La comunidad de Santa Fe también dobló las bolsas de comida que dan a los pobres en este tiempo de dificultades.

Nigeria

Nuestras comunidades y parroquias de Nigeria llegaron a los más pobres de entre los pobres dándoles alimentos como batata, alubias, arroz y condimentos.

Indonesia

En otra acción innovadora, los oblatos de Indonesia alcanzaron a los estudiantes de la universidad que estaban confinados en sus habitaciones de alquiler. Estaban lejos de sus familias y algunos de ellos con dificultades para su propio mantenimiento: los oblatos acudieron en su ayuda.

La comunidad oblata de la parroquia de José E. Rodó en Uruguay y la Juventud Oblata que reside en nuestra Casa Juvenil distribuyeron lo que llaman “canastas de comida” entre los menos afortunados con la ayuda de las autoridades locales.  

La Provincia de India llegó a los más abandonados (huérfanos/ semi-huérfanos, viudas, ancianos desatendidos, gitanos, familias indígenas, cristianos Dalit (parias), refugiados de Sri Lanka, etc.) a través de sus colaboradores y de los miembros de la AMMI. Como respuesta a la situación, la Provincia creó un Equipo Oblato para Gestionar la situación de desastre (ODMT sus siglas en inglés) para planificar y responder a esta situación de una forma organizada. En su primera fase llegaron a más de 2250 familias dándoles raciones de alimentos esenciales.

En Paquistán también en casi todas las parroquias en las que servimos, incluida la estación misionera en el desierto en Derekabad, los oblatos pudieron ayudar a los necesitados de varias maneras. En la parroquia  del Santísimo Rosario en Gujrat los oblatos colaboraron con los musulmanes de la zona y distribuyeron raciones de comida a los necesitados.

Paquistán

Provincia Anglo-Irlandesa: La comunidad oblata del Sagrado Corazón en Kilburn, Londres, organizó un banco de alimentos en los locales parroquiales. Cada día se distribuyeron más de 30 cestos de alimentos. No solo los feligreses, también la Comunidad Judía del vecindario y la Comunidad de la Iglesia de Inglaterra ayudaron en la tarea. El P. Ray WARREN participa en un grupo de diversas confesiones religiosas llamado “Mesa Abierta” que sale al encuentro de los sin hogar y gente de la calle de Londres. “Una vez a la semana preparamos comida cocinada en casa y a las 9 de la tarde ponemos una mesa en la calle, al exterior de la estación de tren. Entre 40 y 50 personas vienen y nosotros les servimos comida en paquetes que pueden llevar además de café y té. Estoy particularmente inspirado por la colaboración y ayuda que ha crecido entre nosotros, musulmanes, cristianos, miembros de otras religiones e incluso sin religión”, añadió el P. Ray.

Canadá

Oblatos y Asociados laicos de la parroquia oblata de san Alberto en Canadá invitaron a la comunidad a donar alimentos para distribuirlos entre los pobres. La gente respondió generosamente y los cestos de comida fueron recibidos con agradecimiento. Un Asociado oblato comentó: “la gente reaccionó rápidamente, como si estuvieran esperando algo parecido. Creo que este llamado a la acción ha beneficiado tanto a los que donaron como a los que necesitaban alimentos. Al estar aislados,  el hecho de ver a nuestros amigos en persona a pesar de la distancia fue también un inesperado acto de caridad”.

Jaffna

Nuestras dos provincias en Sri Lanka, Colombo y Jaffna, también dieron de comer al hambriento de muchas formas. La comunidad de la Iglesia de Fátima en Colombo organizó un proyecto para distribuir alimentos sin cocinar a los pobres y más afectados. Independientemente de su religión, los oblatos proveyeron productos esenciales a 700 familias que lo necesitaban. Entre ellos había budistas, hinduistas, musulmanes, cristianos y también por supuesto católicos. La comunidad “Rajabima” en Anuradhapura también distribuyó porciones de comida sin cocinar entre los pobres y necesitados. La Provincia de Jaffna ayudó económicamente a varios grupos: familias pobres en las parroquias oblatas, enfermos en el hospital, pequeñas cosas en las casas oblatas, laicos asociados oblatos y familias de algunos de nuestros seminaristas cuyo sustento cotidiano había sido afectado por el COVID-19.

Colombo

En África del Sur muchos párrocos oblatos con el apoyo entusiasmado de sus feligreses distribuyeron paquetes de alimentos y otros productos básicos para los pobres y aquellos que quedaron al margen de los demás. Desafortunadamente no se pudieron continuar con las cocinas populares que tenían algunas parroquias debido a las restricciones de agrupamiento de personas pero se encontraron otros medios para asistir a la gente.

Desde el comienzo del confinamiento la Juventud OMI de Hong Kong junto a los oblatos han aumentado el número de bolsas de alimentos que dan a los pobres de la calle y que actualmente alcanzan 250 personas cada día.

La parroquia oblata de san Leandro en Madrid, España ha ayudado a 80 familias del barrio para cubrir las necesidades alimentarias primarias. Con este objetivo lanzaron la campaña de recogida de donativos y la respuesta fue muy positiva.

En una parroquia OMI de Filipinas los Oblatos han dado cientos de semillas y esquejes a los hogares promocionando la construcción de un pequeño huerto para tener alimentos de una manera sostenible durante el confinamiento. En la parroquia de san Miguel en Saphan Mai de Tailandia nuestros misioneros organizaron una distribución regular de alimentos cada primer miércoles de mes durante los tres meses de COVID-19.

Corea

¿Cómo podemos olvidar del Hno. Sebastián JANKOWSKI (Ucrania) y del P. Vincenzo BORDO (Corea) que ha dedicado su vida al servicio de alimentar a los hambrientos, incluso antes del coronavirus?

Este artículo no es suficiente para recoger todos los proyectos al detalla pero basta para sentirnos humildemente orgullosos de nosotros como familia oblata.