CENTRO INTERNACIONAL EUGENIO DE MAZENOD

El pasado fin de semana la Casa de la fundación de los misioneros oblatos acogió y dio la señal de salida para su comunidad estudiante.

El grupo se compone por trece jóvenes que escogen vivir en los históricos muros de la casa de fundación de los misioneros oblatos y forjar durante un año una verdadera vida de fraternidad. Este primer fin de semana ha sido la ocasión de descubrir a los nuevos vecinos, estudiantes o padres y hermanos oblatos, los valores de Eugenio de Mazenod y llevar a cabo una reflexión sobre los proyectos del año que debemos construir colectivamente.

El viernes por la tarde, los miembros de la futura « Frat-Mazenodiana » se han conocido de manera oficial en torno a una cena compartida en el claustro. La velada concluyó con una relectura de nuestro confinamiento; sin distracciones, el aislamiento impuesto puede ser también una ocasión de regreso a lo esencial. Como el resto del fin de semana esta velada de lanzamiento estuvo muy animada y a la vez fue espiritualmente fuerte.

El día siguiente fue consagrado a la reflexión sobre nuestra elección de vida por el periodo de un año: unirse a la fraternidad estudiante es desear vivir y construirse con los otros y con el Señor, es desear dejar caer las máscaras y acoger al prójimo. Todo este proceso estuvo  alimentado a lo largo del día por las intervenciones a distancia del padre Bonga, desde África del Sur, los otros responsables de los hogares de estudiantes de toda Francia y las meditaciones y testimonios de estudiantes sobre su año de vida en el extranjero. Igualmente tuvieron su lugar los debates prácticos sobre la organización de la vida colectiva así como sobre los futuros proyectos de grupos para mantener la comunidad en la acción y en el servicio.

Por último, el domingo por la mañana durante la celebración semanal en la capilla de los Oblatos, la “Frat-Mazenodiana” fue presentada a toda la comunidad reunida.

Semejante fin de semana es siempre un momento de temor al comenzar un nuevo año. Sin embargo, este parece augurar buenos presagios para lo que venga. Al final de estos tres días, ricos en emociones y recuerdos diversos, la “Frat-Mazenodiana” ha logrado su misión: encontrarse, trasmitir y realizar las primeras acciones para construir a lo largo de todo el año un ambicioso recorrido espiritual, solidario y colectivo.