Meditaciones para preparar el aniversario de los primeros votos del 1 de noviembre de 1818.

Como introducción a esta meditación contemplamos la alegría del Fundador y de Tempier de vivir la pobreza. Cuando el Fundador evoca en 1831 el aniversario del primer día de la vida en comunidad, dice: “La mesa que adornaba nuestro refectorio la formaban dos tablas, colocadas sobre dos viejos toneles. Nunca hemos tenido la dicha de ser tan pobres desde que hicimos votos de serlo” [1].

Fórmula de votos del P. Tempier (1818)

En la misión de Rognac en 1819, los misioneros deben apañarse su propio colchón de paja. El padre Tempier escribe: “No creo que el Beato Ligorio haya encontrado nada de superfluo ni en nuestro mobiliario, ni en nuestra vida ordinaria… y estamos contentos con nuestro modo de vida… caminar tras las huellas de los santo y ser de una vez por todas misioneros”.

Este ideal evangélico quedará enseguida escrito en la Regla de los Misioneros de Provenza, al principio como virtud. La Regla de 1818 habla del espíritu de pobreza. Después de hacer un resumen del libro “Práctica de la perfección cristiana” de Rodríguez[2], autor que el Fundador había integrado en su pensamiento en San Sulpicio, la Regla dice: “razones de circunstancia nos han hecho cambiar por el momento este pensamiento (pobreza voluntaria). Dejamos a los Capítulos generales sucesivos perfeccionar este punto de nuestra Regla… mientras tanto nos comprometemos, sin obligarnos aún por el voto, a acoger el espíritu de esta preciosa virtud” Y el párrafo se termina con estas palabras: “Esperando que estas Reglas puedan ser ejecutadas rigurosamente, cada uno se ejercitará a hacerlas familiares por la práctica. Los superiores probarán a los sujetos pero sin dejar que les falte lo necesario, sino dándoles la ocasión de sentir algunas privaciones y de darse cuenta que los pobres no pueden siempre obtener todo lo que desean” [3]. Sabemos por sus escritos que el Fundador tenía el deseo de añadir el voto de pobreza: “me pregunto por qué a los votos de castidad y de obediencia que he hecho anteriormente no añadiría el de pobreza”[4].

Al finalizar el retiro al comienzo del mes de noviembre de 1820, Tempier hizo voto de pobreza condicionado a que el Fundador lo aprobará.No sé si usted me aprobará, querido Padre: he hecho voto de pobreza en nuestra renovación; lo he hecho con la condición de que usted lo ratificara. Dios me dio la gracia durante este retiro de apreciar tanto esta virtud, que me habría tenido que hacer verdadera violencia para no emitir el votosin haber hecho aún ese voto, todos quieren desprenderse de lo que tienen para ponerlo todo en común” [5].

El Fundador no lo aprueba inmediatamente, pero esta iniciativa influencia el Capítulo de 1821 que impone el voto de pobreza en la Congregación: “El Reverendísimo Padre General da diversas explicaciones relativas a la práctica del voto de pobreza… el Fundador inmediatamente decidió insertar en las Reglas que el voto de pobreza será obligatorio para ser acogido en la sociedad[6].

El padre Beaudoin dice que la pobreza de Tempier era contagiosa para los novicios y los escolásticos y que casi provocó un escándalo cuando llega a Marsella como Vicario general en 1823[7]. A este voto de pobreza nosotros añadimos el espíritu de humildad y abnegación del padre Tempier. Lo vivió durante toda su vida pero de una manera totalmente particular en el momento en que el sucesor de nuestro Fundador como obispo de Marsella, Monseñor Cruice, no reconoció el testamento del Fundador. En un primer momento, para favorecer la reconciliación, los padres Tempier y Fabre firmaron un primer acuerdo. Pero el obispo llegará a amenazar con obtener la disolución de la congregación. El padre Tempier viaja discretamente a Roma. Después del Capítulo de 1862 el obispo amenaza con cerrar las casas oblatas de Francia si no se firma un nuevo convenio estipulando que tres propiedades serían reintegradas al obispado de Marsella. Para rebajar la tensión, el padre Fabre decide trasladar el escolasticado a Autun y vender Montolivet a la diócesis.

Foto del P. Tempier probablemente tomada en 1865.

En la Noticia necrológica del padre Tempier, escribirá el padre Fabre: “Dejar el suelo natal, el hermoso cielo de Provenza, abandonar la tumba donde reposaba el más amado de los Padres, y esto en la edad en que los cambios son tan penosos y la aclimatación tan difícil; alejarse de Montolivet ¿no era el exilio con sus privaciones y sus dolores? Sí, y el P. Tempier lo aceptó todo. Dios luchaba con este hombre de abnegación semejante a la de Jacob, y el hombre abnegado salió victorioso de la lucha. El momento llega en que Montolivet fue comprado por la administración diocesana de Marsella. ¿Quién va a completar las últimas formalidades, despojarse personalmente de la casa madre, firmar el acta de venta y entregar las llaves? El padre Tempier”[8].

Al escuchar cómo el padre Fabre nos describe ese momento particular de la vida del padre Tempier podemos cuestionarnos sobre nuestra disponibilidad para la misión del Señor.

En este año que es el 200º aniversario del voto de pobreza de Tempier proponemos que aprovechemos la ocasión en toda la Congregación para reflexionar sobre el voto de pobreza.

Mientras tanto, os proponemos reflexionar sobre nuestro testimonio comunitario a partir de un extracto del comentario del padre Jetté a nuestra Constitución 21: “El Espíritu que nos anima es el que guiaba a los primeros cristianos. Nos invita a compartirlo todo, a ponerlo todo en común. Nuestra vida será sencilla. Incluso consideramos “esencial” para nuestro Instituto “el dar testimonio colectivo de desprendimiento evangélico” [9].

[1] Lettre du Fondateur à la communauté de Billens, le 24 janvier 1831.
[2] Histoire de nos Règles, Cosentino, T1, p. 186-189.
[3] Regla de 1818, Bibliothèque Oblate texte 1, Ottawa 1943.
[4]Los escritos espirituales indican el retiro de mayo de 1818 y el padre Cosentino añade que no sabemos la fecha en que el Fundador ha pronunciado ese voto Cf. DVO ‘la pobreza’, nota N° 36, p. 699.
[5] Lettre du P. Tempier au Fondateur du 23 novembre 1820, collection Ecrits oblats II,2 Rome 1987, p. 234.
[6] Cf. Les Chapitres généraux au temps du Fondateur I, por J. Pielorz, Etudes Oblates 1968, p27 deuxième Chapitre général, octobre 1821 à Aix-en-Provence.
[7] Collection Ecrits oblats II,1 Rome 1987, p. 209.
[8] Notices nécrologiques II, du P. Tempier pp. 24-25.
[9] Cf. O.M.I. Homme Apostolique, Rome 1992, p. 157.