Méditations pour la préparation de l’anniversaire des premiers vœux du 1er novembre 1818

El papa Francisco, mayo de 2014: El testimonio del cristiano

“Testimoniar a Cristo es la esencia de la Iglesia que, de otro modo, acabaría siendo sólo una estéril «universidad de la religión» impermeable a la acción del Espíritu Santo…

Nosotros somos un pueblo que sigue a Jesucristo y da testimonio, quiere dar testimonio de Jesucristo. Y este testimonio algunas veces llega a costar la vida.

En cambio, cuando la Iglesia se cierra en sí misma, se cree —digámoslo así— una universidad de la religión con muchas ideas hermosas, con muchos hermosos templos, con muchos bellos museos, con muchas cosas hermosas, pero no da testimonio, se hace estéril” [1]

Gracias a los testimonios de sus contemporáneos podemos descubrir al padre Tempier y ellos nos ayudan a conocer mejor el espíritu que le animaba.

Para comenzar dejemos la palabra al Fundador: “Quería al comienzo de mi carta, deciros, mi querido amigo, cómo había quedado impresionado por los sentimientos que me expresáis de modo tan edificante en vuestra última carta. He reconocido en esa primera página al verdadero religioso, al hombre recto, al corazón bueno, a un querido Tempier de toda una pieza. Agradezco también sin cesar a Dios haberme asociado a usted y le ruego le llene cada vez más de su espíritu para nuestra mayor ventaja común… Nadie tiene más derecho a mi confianza. Mi primer compañero, habéis captado, desde el primer día de nuestra unión, el espíritu que debía animarnos y que debíamos comunicar a los demás; no os habéis apartado un solo instante del camino que habíamos decidido seguir; todo el mundo lo sabe en la Sociedad, y se cuenta con usted como conmigo ¿Sería sorprendente después de eso que teniendo una casa bastante lejana, muy esencial para nosotros en razón de las circunstancias y de la localidad, estéis encargado de regirla?” [2]

Una mirada exterior, Timon David, escribe sobre el padre Tempier: “Era un hombre venerable, que escondía bajo formas un poco abruptas uno de los mejores corazones que es posible encontrar…

Imposible decir cuántas comunidades en Marsella le deben su fundación o su establecimiento. Era el padre de todas… Era fácil entenderse con un hombre así” [3].

El padre Fabre describirá al padre Tempier con estas palabras en su Noticia necrológica: “La alegría, la comunicaba; el dolor se lo reservaba…, bajo un exterior austero, frío, casi insensible, la naturaleza meridional del P. Tempier escondía un corazón de oro, capaz de todos los heroísmos de la caridad… Jamás nadie ha llevado tan lejos el respeto del secreto y la práctica de la discreción en el ejercicio de los cargos que ha tenido… sí, era piadoso, esa piedad sólida, profunda que cautiva el alma y la pone en contacto inmediato con Dios. Tenía el gusto por las cosas santas. Las horas de oración no le parecían largas… la vida del padre Tempier se resume en una sola palabra:la abnegación, la abnegación más absoluta. Eclipsarse sin cesar, olvidarse siempre para situar en primer lugar, en plena luz, al Padre de todos; entregarse a la felicidad de éste, a su gloria, a su defensa, y entregarse, por él y con él, a la familia que fundó: esa fue la vida, la existencia del P. Tempier…”[4].

Concluyamos con este extracto de la homilía de Monseñor Chalandon en la Iglesia de la Misión de Aix, el 7 de abril de 1864, en el 50º aniversario de presbiterado del padre Tempier: “Mientras esta Sociedad sea guiada por el espíritu de fe, de dedicación y de celo que animó siempre a vuestro primer Padre y que sigue animando en su vejez lozana al que él podía llamar su hijo, no menos que su hermano, su asistente y su amigo; mientras, siguiendo las huellas de los Mazenod y los Tempier, podáis decir: Societas nostra cum Patre et Filio ejus, la Iglesia de la tierra y la Iglesia del cielo podrán regocijarse” [5].

Al comienzo de esta meditación hemos citado un extracto de la homilía del papa Francisco en Santa Marta el 6 de mayo de 2014. Terminaba el papa esa homilía con algunas preguntas que hoy se dirigen a nosotros: “¿Cómo es mi testimonio? ¿Soy un cristiano testigo de Jesús o soy un simple miembro de esta secta? ¿Soy fecundo porque doy testimonio o permanezco estéril porque no soy capaz de dejar que el Espíritu Santo me lleve adelante en mi vocación cristiana?”[6]

Se pudiera igualmente escribir un testimonio sobre algún hermano, lo que contribuirá a sacar a la luz uno u otro aspecto de su vida.

Deseamos que estas pocas meditaciones provoquen la curiosidad para releer la vida del padre Tempier.

Para profundizar más, os recomendamos los dos volúmenes sobre el padre Tempier escritos por Yvon Beaudoin en 1987[7], la Noticia Necrológica escrita por el padre Fabre en 1870[8], la Conferencia del padre Michel Courvoisier pronunciada el 17 de febrero de 2016 en Aix-en-Provence [9] y también el artículo sobre el padre Tempier en el Diccionario Histórico[10].

[1] Extracto de la homilía del papa Francisco en Santa Marta, 6 de mayo de 2014.
[2] Lettre du P. Mazenod au P. Tempier du 15 août 1822.
[3] Testimonio de Timon David sobre Tempier, Collection Ecrits oblats II,1 Rome 1987, pp. 61-62.
[4] Notices nécrologiques II, du P. Tempier.
[5] Homélie de l’Archevêque d’Aix, le 7 avril 1864, collection Ecrits oblats II,1 Rome 1987, pp. 228-230.
[6] Extracto de la homilía del papa Francisco en Santa Marta, 6 de mayo de 2014.
[7] François de Paule Henry Tempier, collection Ecrits oblats II,1 et 2 Rome, 1987.
[8] Notices Nécrologiques II, circulaire N° 49, pp. 81-118.
[9] « Je ne peux pas y arriver seul ! », Aix-en-Provence 2016, pp. 44-48.
[10] Dictionnaire historique des Missionnaires Oblats de Marie Immaculée, Vol. I, Rome 2004, pp. 704-710.