CAMERÚN

P. Ferdinand Owono Ndih, OMI

La Provincia de Camerún celebra este año 2021 sus 75 años de presencia y acción misionera con el lema “Mar adentro con esperanza”.

Mgr. Yves Plumey

Esta aventura misionera comienza el 21 de marzo de 1946 cuando la Sagrada Congregación de la Propaganda Fidei contacta con el padre Hilaire BALMÈS, entonces el vicario general que dirigía la congregación. Fiel al carisma, el padre Hilaire Balmès acoge favorablemente este ofrecimiento y contacta con las Provincias de Francia que se muestran abiertos a poner a la disposición de la nueva misión oblatos valerosos y entusiastas por la causa del Evangelio.

El 4 de mayo de 1946 se constituye el primer equipo destinado a esta misión de Camerún-Chad. Esta nueva misión depende directamente de la Administración general y tiene como superior religioso al padre Yves PLUMEY, el cual es invitado a ir a Roma para recibir las instrucciones de la Sagrada Congregación de Propaganda Fidei.

El 1er equipo en julio de 1946 alrededor del padre Perbal predicador de su jubilación antes de la gran partida

Este primer equipo, en su dinámica de preparación para esa salida hacia lo desconocido, hace un retiro espiritual del 21 al 28 de julio de 1946. Este retiro es animado por el P. Albert PERBAL, misionólogo y profesor en Roma. Esto prepara su impulso misionero. Antes de su viaje, el P. Yves Plumey va a Lisieux para confiar la misión que les espera a santa Teresa, patrona de las Misiones. Después, ha viajado el primero por avión, salió el 14 de agosto de 1946 y aterrizó a N’Djamena en el Chad. Sus hermanos le han seguido por barco. Se embarcaron en Marsella el 15 de agosto para desembarcar en Douala el 16 de octubre de 1946 (después de una travesía marítima de dos meses). Los acoge el P. Yves Plumey que los anticipó.  

Pueblo animista del lejano norte, abierto al evangelio

Este equipo de jóvenes misioneros Oblatos de María inmaculada celebra por primera vez en el territorio que se le ha confiado, el 27 de octubre de 1946 en la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. De rodillas, recitan las letanías y la consagración al Sagrado Corazón para confiar ese territorio al Señor.

En su pedagogía misionera, el padre Plumey recomendó a sus hermanos “sabiduría y prudencia” y él mismo mostraba la apertura al diálogo con las religiones tradicionales y el Islam. Podemos decir, a la vista de los frutos, que eso ha favorecido la cohabitación pacífica entre las religiones. Desde entonces, el grano del Evangelio ha echado raíces en esta parte del mundo y no podemos más que dar gracias a Dios que ha hecho maravillas.

Resumiendo digamos que en 75 años, Jesucristo ha sido anunciado, un pueblo se ha levantado y la Buena Noticia continúa su recorrido. Hoy nos toca a nosotros “ir mar adentro con esperanza”.