ADMINISTRACIÓN GENERAL

Frank Kuczera, OMI

El Comité general para la Formación se reunió del 1 al 5 de marzo vía zoom debido a las diversas restricciones causadas por la covid, como la imposibilidad de viajar. En la reunión participaron cinco personas: Cornelius NGOKA (Asistente general para la formación oblata), Cleber LOPES (América Latina-Caribe), Sebastian LUSZCZKI (Europa), Joseph PHIRI (África-Madagascar), Ross KAPUNAN (Asia-Oceanía) y Frank KUCZERA (Canadá-EE.UU.).

Comenzamos nuestro encuentro revisando y compartiendo cómo estábamos y escuchando los distintos informes sobres los esfuerzos realizados en las regiones en los campos de la formación y de la pastoral vocacional. Nos alegramos al ver que el ministerio de la formación no se ha parado a pesar de la pandemia. El ministerio ha seguido online, manteniéndonos en contacto. Aunque la “conectividad online” nunca podrá remplazar a los encuentros cara a cara, dimos gracias a Dios por contar con las distintas plataformas de internet que nos permiten mantener el contacto. La pandemia del coronavirus ha traído sus propios desafíos. Se nos ha invitado a que seamos más creativos y proféticos en el uso de los medios de comunicación social para orar y ayudarnos mutualmente.

Hablamos del próximo taller para directores de post-noviciado.

Tendrá lugar en Roma, del 5 al 31 de julio de 2021. Algunos formadores podrán asistir físicamente, otros, al no poder viajar, se unirán por zoom.

Después tratamos la formación de Oblatos Hermanos.

Por desgracia, el taller programado para noviembre de 2020 tuvo que ser cancelado, pero tras nuestro intercambio creemos que debería celebrarse. Ha sido importante para nosotros reflexionar sobre la vocación de los Oblatos Hermanos, que, como dice el documento de 2013, “están unidos por el mismo carisma y son plenamente misioneros.” Esperamos que sea una conversación que tenga continuidad y que la reunión de Oblatos Hermanos pueda realizarse en un futuro cercano.

También hablamos sobre la importancia de la formación permanente.

Muchas unidades de nuestra Congregación han hecho un esfuerzo en esta etapa de la formación. Parece que este ministerio les toca “por defecto” a los superiores mayores o a los superiores de distrito. Muy pocas unidades tienen un programa fructífero de formación permanente. Con frecuencia nos reunimos para celebrar retiros o jornadas de estudio, pero parece que falta una auténtica experiencia de compartir. Animamos a las distintas unidades a reflexionar y nombrar un equipo oblato que acompañe a los miembros de sus Unidades en su renovación y en la profundización de nuestra vida oblata.

Otro punto de nuestra agenda fue el llamamiento a contar con protocolos para la salvaguarda de menores y adultos vulnerables.

Alentamos a cada casa de formación a incluir talleres durante la orientación al comienzo del año de formación y antes de enviar candidatos para experiencias de regencia. Cada casa de formación debería estar familiarizada con las directrices de la Unidad para la protección y salvaguarda de menores y adultos vulnerables, y contar con una copia de las mismas.

Otro tema que discutimos fue el de la interculturalidad.

Muchas de nuestras casas de formación son multiculturales, pero el llamamiento a ser personas interculturales es aún un reto muy importante para nosotros. Constatamos la necesidad de preparar las Unidades para enviar y recibir candidatos, bien para la regencia, bien para la misión. Tenemos ya mucho trabajo avanzado y hemos realizado numerosos talleres sobre la interculturalidad, pero vivirla es para cada uno de nosotros una invitación a abrazarla cada día.

Al final de nuestro encuentro, mencionamos y reafirmamos otra vez la importancia del taller para Oblatos Hermanos. Compartimos algo sobre la importancia del noviciado en la preparación. Esta preparación debería ser más adecuada e intencional durante la etapa del prenoviciado.

Aunque no pudimos reunirnos en persona, nos sentimos agradecidos por “la siguiente mejor cosa”, que es poder conectarse online. Experimentamos una gran sensación de apoyo y aprecio por cada miembro de nuestro comité, además del aliento para continuar al servicio de la Congregación en este importante ministerio.