FRANCIA

Un mensaje especial de la comunidad oblata de Lourdes a los novicios y escolásticos

Lourdes, 29 de mayo de 2021.

Queridos novicios y escolásticos,

Permítanme que comience esta carta recordando los últimos instantes de la vida de San Eugenio de Mazenod. El martes de la octava de Pentecostés, el 21 de mayo de 1861, a las 9:30 p.m., el día entraba en su ocaso. Sólo faltaba el rezo de completas, la última oración antes de irse a descansar. Y era justo esta oración la que faltaba para que terminase también la vida terrena de un hombre.

Uno de los que velaban a Mons. de Mazenod, observó que llegaba la hora del rezar completas. El obispo, ya agonizando, da su aquiescencia…

Se recita el Salve Regina: Cuando llega el momento de decir: “…y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre”, Mons. Eugenio abre sus ojos por última vez, como queriendo que María le tome de la mano y le lleve hasta Jesús. Le siguen las últimas palabras de esta oración: “Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María”, y con estas palabras… su último aliento… un descanso bien merecido.

The Oblate presence in LourLa presencia oblata en Lourdes tiene más de 35 años.des is more than 35 years old.

Ninguno de los Oblatos conocía entonces lo que Eugenio había escrito en su testamento. Sin embargo, María sí lo conocía y se regocijaba:

“Invoco para eso la protección de la Santísima e Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, atreviéndome a recordarle, con toda humildad pero también con consuelo, la devoción filial de toda mi vida y el deseo que siempre he tenido de procurar que fuera conocida y amada y de propagar su culto en todas partes por el ministerio de aquellos que la Iglesia me ha dado como hijos y que se han asociado a mis planes.”

(Testamento, 1 de agosto de 1854).

Al final de la novena de oración por las vocaciones oblatas, nosotros, los oblatos de la comunidad internacional al servicio del Santuario de Lourdes, dirigimos esta carta a cuantos disciernen su vocación a la vida religiosa en nuestra Congregación, en el momento de su formación primera. Querríamos expresarles la alegría que sentimos al vivir en una comunidad internacional haciendo realidad el deseo de nuestro Fundador, que siempre quiso que la Bienaventurada Virgen María fuera conocida y amada, y que su culto fuera propagado en todos los lugares a través de nuestro ministerio. Nos sentimos igualmente orgullosos de vivir en línea con el testamento de nuestro Fundador y de servir en un lugar tan famoso como el Santuario de Lourdes.

P. Nicola Ventriglia – Italia
P. Linus Soysa – Sri-Lanka
P. Krzystof Zielenda – Polonia
P. Josephe Nguyen – Vietnam
P. Martin Obikara – Nigeria