COLOMBO

El H. Samith Sandaruwan OMI
Escolasticado Oblato, Kandy

El Escolasticado oblato de María Inmaculada, Kandy, Sri Lanka, participó en el Programa de Enriquecimiento de cinco días de duración, desde el 26 hasta el 29 de octubre, organizado por la Escuela Oblata de Teología (OST) vía zoom. Nuestra comunidad tuvo el privilegio de participar en el programa junto a los otros Hermanos Oblatos escolásticos de la región de Asia-Oceanía, a saber, Australia, Bangladesh, India, Indonesia, Japón, Korea, Pakistán, Filipinas, Jaffna-Sri Lanka y Vietnam. Ha sido, sin duda, algo muy bueno para los Oblatos escolásticos residentes en la región Asia-Oceanía, a pesar de las diferencias de cultura, lengua, provincia y país, y es que todos pertenecemos a una misma y única familia de los Oblatos de María Inmaculada. Ciertamente, este programa nos ayudó a mejorar nuestra comprensión de la visión de Nuestro Fundador y de la Congregación, del Carisma y de los Valores Oblatos. El programa giró en torno al tema: “Internalización de los Valores Oblatos”.

En el curso de estos cinco días, se nos pidió que reflexionáramos sobre los temas centrales que inspiraron a nuestro Fundador, S. Eugenio de Mazenod: como el amor a la Iglesia y a María Inmaculada, el reconocimiento de la necesidades de salvación, el celo por la salvación de las almas, el espíritu de reparación, el esfuerzo por la perfección, etc. También pudimos explorar los aspectos relacionados con el mundo oblato y con el carisma y espiritualidad mazenodianas.

Estamos profundamente agradecidos al equipo de la OST que presentaron los temas y dirigieron el programa. Hicieron todo lo posible para presentar cada tema impartiendo conocimientos y haciendo aportaciones a partir de su rica experiencia, y ayudándonos a internalizar los valores oblatos y a vivirlos de manera actualizada en el día a día. Apreciamos enormemente la colosal contribución que han hecho en nuestro itinerario formativo. Nos ha conmovido su entusiasmo y la sagacidad que han puesto en el desempeño de esta delicada misión de formar a los futuros oblatos de María Inmaculada.

“La vida oblata no es un sistema sino personas que se esfuerzan por responder a la llamada de Jesucristo dentro de la Iglesia.”

No es necesario decir que este programa es muy enriquecedor y que nos ha motivado a nosotros, jóvenes oblatos, a prepararnos bien, aquí y ahora, para la misión que nos aguarda. Ciertamente nos permitió ensanchar nuestros horizontes y echar un vistazo a la misión y a la vida religiosa oblata tal y como nuestro Santo Fundador las comprendió. S. Eugenio fue reconocido por el Papa Pablo VI como “un hombre apasionado de Jesucristo e incondicional de la Iglesia”. Nosotros, sus hijos, también somos invitados a dedicarnos por entero al bien de la Iglesia, en la Congregación, sirviendo a los pobres y más abandonados. Nuestro carisma es un don gratuito del Espíritu Santo. Por tanto, estando en estos Lugares Sagrados, tratamos de las cosas de Dios y no de las cosas de los hombres, como bien nos dijo el P. Frank Santucci, OMI en su presentación sobre el carisma oblato. El P. David Muñoz, OMI rejuveneció para nosotros la Espiritualidad Mazenodiana con sus implicaciones. Con razón nos dijo que como S. Eugenio ardía en amor por Jesús y por la Iglesia, se sintió profundamente turbado al ver la condición de los pobres y más abandonados y a su causa consagró toda su vida. Después, el P. Bonga Majola, OMI, en su exposición sobre la Internalización de los Valores Oblatos, explicó que nosotros hemos nacido y existimos para la misión y es el Mismo Cristo quien nos invita a seguirle y a compartir Su misma Misión. Continuó diciendo que deberíamos hacer nuestro y vivir el libro de las Constituciones y Reglas, ya que forma parte integral de los valores oblatos. El P. Thomas Klosterkamp, OMI enfatizó la importancia de la Comunidad Apostólica ayudándonos a ver cómo vivir hoy y de manera actual los valores oblato, de forma práctica. También dijo que, aunque misioneros, siempre estamos aprendiendo, y que nuestra misión en la formación está muy claramente definida. Así, reiteró la importancia de la relación personal con Cristo, ya que sólo eso ofrece una sólida fundación. Es realmente sorprendente cómo el P. Cleber Lopes, OMI integró de forma holística todo cuanto habíamos aprendido hasta entonces. Para él, un hombre apostólico tiene una historia sagrada que compartir. Debe celebrar el perdón y la Misericordia de Dios, con los demás, y es que mi hermano/a no es un ser divino, sino una persona con debilidades humanas. De ahí que la celebración del perdón sea tan importante en la vida de comunidad. Todas estas charlas estuvieron interconectadas y complementadas entre sí, resultando muy inspiradoras.

Pudimos también tener encuentros en pequeños grupos en torno a ciertas preguntas sobre los distintos temas para ayudarnos a profundizar y comprender mejor las charlas; esto tenía lugar por zoom, en las “pequeñas salas”. El P. Julito de la Cruz, OMI nos ayudó y nos explicó cómo hacerlo. Es sin duda de gran valor poder compartir nuestra vida con los Escolasticados oblatos de toda Asia-Oceanía, creando solidaridad entre ellos compartiendo noticias sobre el espíritu de formación que prevalece en cada casa de formación además de las distintas preguntas ofrecidas para el compartir. Esto nos ayudó a nosotros, futuros oblatos, a crear vínculos más estrechos entre nosotros y a adquirir una visión más amplia de la región.

Con todo, nos dimos cuenta que la principal preocupación de la Congregación es evangelizar a los pobres. La Cruz de Jesucristo ocupa el centro de nuestra misión. Necesitamos ver a través de la mirada del Salvador crucificado el mundo rescatado por su Sangre. En verdad tenemos el mérito de escuchar las palabras de Jesús, “El espíritu de Dios está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres…” (Lc 4, 18). Esta oblación y mandato misioneros debería tocarnos en lo más profundo a nosotros, Oblatos. Una idea fundamental del Papa Francisco es que todos nosotros somos discípulos misioneros y agentes de la evangelización. Por tanto, mediante nuestra respuesta, somos co-trabajadores con Cristo, el Salvador, e imitamos su ejemplo. Así, la misión pertenece a Cristo y nosotros somos sus co-operadores.

Este programa ha sido, sin duda, un tesoro enriquecedor. Estoy seguro de que ahora retomamos nuestra vida con una nueva mentalidad. Para concluir, quisiera citar el Diccionario de Valores Oblatos: “La vida oblata no es un sistema sino personas que se esfuerzan por responder a la llamada de Jesucristo dentro de la Iglesia.”