Carta del Superior General a la Congregación en el Aniversario
de la Aprobación Pontificia de las Constituciones y Reglas

 

Queridos hermanos oblatos y todas las hermanas y hermanos comprometidos en vivir el carisma oblato.

Celebramos con enorme alegría y agradecimiento el 196º aniversario de la aprobación pontificia de nuestras Constituciones y Reglas de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Compartamos la profunda convicción de Eugenio de Mazenod de que esta aprobación fue obra de la divina Providencia. San Eugenio insistió en esto en una carta a los oblatos en Francia el 18 de febrero de 1826. En esa misma carta, lleno de reconocimiento por la intervención de Dios a nuestro favor, reconoció: “Aun siendo, en cierto modo, abortos por nuestra debilidad y por nuestro escaso número, no por eso tenemos en la Iglesia una existencia inferior a la de los más célebres cuerpos y de las sociedades más santas” [i]. Fue con una mirada profunda de fe que Eugenio vio y creyó en la paradoja evangélica: Dios elige lo que aparenta ser débil e insignificante para la vasta misión de la evangelización de los pobres.

Conmemoramos este aniversario en el contexto de la pandemia todavía en curso que aflige al mundo, especialmente a los pobres, y que está causando tanta ansiedad, frustración y marginación. Esta situación exige flexibilidad para aceptar y adaptarse a cambios en nuestro estilo de vida y en nuestro ministerio que son impuestos por condiciones fuera de control,. Somos testigos de una división creciente en muchas sociedades y en la Iglesia. El escándalo por los abusos en la Iglesia continúa resonando en los medios de comunicación. La migración masiva alimentada por la persecución religiosa, la guerra, la injusticia económica y el cambio climático atormentan el mundo. En este contexto, reconocemos la necesidad de cultivar nuestra capacidad de paciencia, interioridad, disciplina personal y creatividad. Esta crisis nos llama a la conversión, nos reta a estar firmemente enraizados en Dios y en la comunidad.

En este escenario incierto estamos preparando nuestro 37º Capítulo General que esperamos se realizará en septiembre, aquí en Italia. El Comisario del Capítulo, el p. Tom Ovalle, llegó a Roma al final de enero y está supervisando los preparativos junto con la Comisión pre-capitular. Los materiales para la animación estarán muy pronto a disposición de la Congregación. Como saben, el tema del capítulo es PEREGRINOS DE ESPERANZA EN COMUNIÓN. Esta es una afirmación audaz dado el contexto que nos toca vivir. Cada sustantivo en esta frase destapa muchas imágenes significativas, bíblicas y eclesiales, así como relatos y la sabiduría de nuestra cultura popular. El tema nos dará muchos puntos de partida para compartir la fe y la animación para prepararnos al Capítulo.

Hermanos y hermanas, hagan el favor de hacer de la preparación del 37º Capítulo General una dimensión importante en la vida de sus Unidades durante los siguientes meses. El Capítulo general es la autoridad suprema de la Congregación y es un tiempo privilegiado de reflexión comunitaria y de conversión. Por favor, utilicen la Oración del Capítulo, el logo y los materiales de animación para promover el interés y el compromiso de acompañar la preparación al Capítulo. En todos nuestros encuentros, sea en una comunidad local, en el Distrito o en la Unidad, dediquen tiempo a orar y reflexionar sobre el tema del Capítulo, cuenten sus experiencias de peregrinaciones, de esperanza y de comunión. Compartan sobre los temas de la misión y de la vida consagrada.

Como el proceso sinodal que el papa Francisco está llamando a practicar a la Iglesia, el Capítulo es un tiempo de discernimiento comunitario para escuchar hoy la llamada del Señor, leyendo los signos de los tiempos.  Inviten y escuchen lo que tienen que aportar los colaboradores laicos, los jóvenes oblatos en formación y los grupos de los Juventud Oblata involucrados en la misión con los jóvenes. Dediquen tiempo a escuchar la sabiduría y la perspectiva de nuestros ancianos. ¿Qué nos está diciendo cada uno de estos grupos? ¿Hacia dónde nos están señalando que debemos caminar como misioneros? ¿Cuáles son los retos que nos presentan? En este clima de escucha, los miembros del Capítulo tomarán decisiones misioneras con respecto a la evangelización con y de los pobres de hoy y para el futuro de la Congregación.

Hermanos y hermanas, hagan el favor de hacer de la preparación del 37º Capítulo General una dimensión importante en la vida de sus Unidades durante los siguientes meses.

Este año celebramos el 196º aniversario de la aprobación de las CC y RR. Estamos a cuatro años de nuestro 200º aniversario como Congregación pontificia en la Iglesia. Comencemos a prepararnos para este aniversario tomando nuestras CC y RR y conformando nuestras vidas al compromiso que hicimos de seguir esta regla de vida. Nuestra misión dará fruto bueno y abundante por el Reino solamente si nosotros las vivimos fielmente y profundizamos en nuestro compromiso de vivir los consejos evangélicos, la fe y la comunidad apostólica. En 1825 en el manuscrito de su Prefacio, Eugenio escribió:

No basta, con todo, que estén convencidos de la excelencia del ministerio a que son llamados. El ejemplo de los santos y la razón misma prueban claramente que, para el feliz éxito de tan santa empresa y para mantener la disciplina en una sociedad es indispensable fijar ciertas normas de vida que aseguren la unidad de espíritu y acción entre todos los miembros. Esto es lo que da fuerza a los organismos, mantiene en ellos el fervor y les asegura la permanencia.

Por tanto, dichos sacerdotes, al consagrarse a cuantas obras de celo puede inspirar la caridad sacerdotal, especialmente a la obra de las misiones que es el fin principal que los reúne, intentan someterse a una Regla y unas Constituciones aptas para procurarles los bienes que, al reunirse en sociedad, se proponen alcanzar para su propia santificación y para la salvación de las almas”[ii].

Nuestra fidelidad a las Constituciones y Reglas garantiza la fecundidad de nuestras vidas misioneras. Recemos unos por otros para que seamos fieles viviendo este precioso carisma, un regalo que nos viene desde el corazón de san Eugenio que amó apasionadamente a Jesucristo, la Iglesia y los pobres. Estoy convencido que la Bienaventurada Virgen María nos sonríe y nos asiste en nuestra conversión para vivir nuestro carisma misionero con una mayor integridad. Les deseo una feliz fiesta a todos ustedes.

Padre Louis Lougen, OMI
Superior General

[i] Cartas a los Oblatos de Francia; 1826-1830. Eugenio de Mazenod a los oblatos de Francia, p. 67
[ii] Prefacio de las Constituciones y Reglas, 1825-1826. Eugenio de Mazenod.