Publicado en la página web OMI Lacombe

25 de julio de 2022, OTTAWA. En relación a la llegada del papa Francisco ayer por la mañana a la tierra canadiense, los padres Ken Thorson y Luc Tardif, Provinciales de dos Provincias que dirigieron 48 Escuelas Residenciales, publicaron la siguiente declaración en nombre de las Provincias OMI Lacombe Canadá y Nuestra Señora del Cabo.

“Los Oblatos de María Inmaculada se complacen en dar la bienvenida al Santo Padre a la Isla de la Tortuga, en una histórica peregrinación de sanación y reconciliación. Agradecemos la compasión del papa Francisco y su liderazgo al escuchar a los supervivientes de las escuelas residenciales y al guiar a todos los católicos en el camino hacia el futuro.

A la luz del papel de los oblatos en el sistema de las escuelas residenciales, esperamos que la visita del Santo Padre traiga sanación y consuelo a todos los pueblos indígenas que continúan experimentando el daño y el trauma del trágico legado de los internados.

Tras años de oración, reflexión y construyendo la amistad con los pueblos indígenas, comprendemos el legado de dolor y sufrimiento que ha causado el sistema de las escuelas residenciales y los oblatos que dirigieron muchas de las instituciones. Reconocemos que nuestra visión sobre la evangelización hirió a la gente a la que aspirábamos servir y pedimos perdón, no solo por el abuso que ocurrió en las escuelas, sino también por las actitudes coloniales que sustentaban su funcionamiento.

La primera petición de perdón oblata ocurrió en 1991, en el 150º aniversario de nuestra llegada a Canadá, en la víspera del quinto centenario de la llegada de los europeos a las Américas. El momento justificó la reflexión y creemos que proporcionó a los pueblos indígenas un firme reconocimiento de que lamentamos nuestro papel en este sistema y que comprendemos el daño que infligió a los supervivientes y a los supervivientes de varias generaciones.

Creemos que cuando el papa Francisco se embarque en esta peregrinación, se guiará no solo por las historias que escuchó de los delegados indígenas la pasada primavera, sino también de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que le pide que se disculpe por el papel de la Iglesia en el abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual a los niños de las Primeras Naciones, los Inuit y los Métis en las escuelas residenciales católicas.

Como Congregación sabemos que una petición de perdón es solo el comienzo de un camino que debe estar acompañado de una acción significativa. Por eso, seguimos comprometidos en ayudar con nuestros esfuerzos a los investigadores indígenas, los supervivientes y otros socios para conservar la memoria del legado de aquellos que jamás regresaron de los internados. Creemos que hemos hecho progresos significativos en este camino con más de 50.000 expedientes trasferidos al Centro Nacional por la Verdad y la Reconciliación, aunque reconociendo que queda mucho más que hacer.

Junto con este trabajo, muchos pastores oblatos han tratado de incorporar las tradiciones indígenas a la liturgia católica, incluyendo la incorporación de las ceremonias de purificación en la Misa católica. Otro ejemplo del que sentirse orgulloso en este trabajo, es la continua presencia de los Oblatos en la Peregrinación al Lago de Santa Ana, que se cree que es el mayor encuentro espiritual de los pueblos indígenas en Norte América. Este fue el lugar de la petición de perdón de los oblatos en 1991 y será uno de los lugares que visitará el Santo Padre el 26 de julio.

Si bien nos inspira la presencia del Santo Padre, reconocemos que muchos indígenas, particularmente los supervivientes de las escuelas residenciales, siguen traumatizados por sus experiencias y pudieran tener una reacción complicada ante este evento. Como Oblatos, escucharemos esas voces con humildad y una apertura para crecer mientras continuamos nuestro trabajo por la verdad, la justicia, la sanación y la reconciliación.

Creemos que la presencia del Santo Padre fortalecerá nuestra determinación por proseguir este camino y le agradecemos su presencia y compromiso. Al celebrar este hito, continuaremos caminando con nuestros hermanos y hermanas indígenas, construyendo sobre las tradiciones de amistad y afecto compartidos con tantas comunidades indígenas. Deseamos continuar este camino para que cada día traiga nuevas oportunidades para hacer gestos de reconciliación y sanación. Nos comprometemos a aprender juntos cómo vivir el Evangelio.”

Acerca de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.

Los Misioneros Oblatos de María Inmaculada fueron fundados en 1816 por san Eugenio de Mazenod en Aix-en-Provence, Francia. La comunidad llegó a Canadá en 1841. Desde su llegada, presbíteros y hermanos oblatos trabajaron en todo el Canadá y en el extremo Norte en una variedad de campos, incluyendo las escuelas residenciales, parroquias, predicación de retiros y capellanías de prisiones y hospitales. La Provincia OMI Lacombe Canadá tiene su sede en Ottawa (ON) y Nuestra Señora del Cabo la tiene en Richelieu (QC).