Fundado por la Provincia francesa en 1977, los Oblatos de María Inmaculada han decidido cerrar la Misión de la Guayana Francesa después de haber servido al pueblo de Dios en Guayana como verdaderos misioneros durante 46 años.
LOS OBLATOS HAN DECIDIO CERRAR LA MISIÓN DE LA GUAYANA FRANCESA.
MOTIVOS DE ESTA DECISIÓN
Actualmente, son 12 Oblatos en la misión de Guayana, en la diócesis de Cayena, incluyendo 11 haitianos de la Provincia de Haití y un padre de origen hmong de la Provincia de Francia. Fue la provincia de Francia la que fundó esta misión en 1977, para acompañar a los hmong en Guayana. En 1997, la provincia de Francia pidió a la provincia de Haití que apoyara para mejorar el apoyo al gran número de migrantes procedentes de ese país. En 2002, también llamó a dos misioneros brasileños por la misma razón.
Frente a las emergencias pastorales de la diócesis de Cayena – es decir, los migrantes brasileños y haitianos, la formación de los fieles, el acompañamiento de sacerdotes, monjas y laicos – el obispo de la época, el arzobispo Lafont solicitó el apoyo de los Oblatos, y ambas partes firmaron un contrato con cláusulas específicas a respetar. Desde entonces, han pasado 46 años desde que los Oblatos van sirviendo al pueblo de Dios en Guayana como verdaderos misioneros. Han puesto el carisma oblato al servicio de la Iglesia local a través de la cercanía de los más pobres en los barrios pobres de Guayana; el apoyo a la formación y evangelización de las poblaciones y animadores eclesiales; la vida comunitaria y la internacionalidad.
En resumen, la presencia oblata en Guayana forma parte de un contexto pastoral particular. Sigue a la llegada de un primer grupo de unas cuarenta familias hmong a Guayana entre septiembre y octubre de 1971. De hecho, durante las repetidas guerras civiles que asolaron el país entre 1955 y 1975, estos hmong de Laos se refugiaron en Tailandia para escapar de la represión de las autoridades laosianas. Gracias a las intervenciones de los Misioneros Oblatos franceses en Laos, lograron llevar a las 40 familias hmong de un campo de refugiados en Tailandia a la Guayana Francesa, donde llegaron con dos sacerdotes oblatos franceses en medio de la noche, después de una breve escala en Roissy Charles de Gaulle.
Por otro lado, la inestable situación política en Haití después de 1990 llevó a una migración de haitianos a la Guayana Francesa. Dada la importancia de esta comunidad, los Misioneros Oblatos de Francia, ya presentes en Guayana, comprendieron rápidamente la necesidad de una misión conjunta entre las dos provincias (Francia-Haití) para acompañar más adecuadamente al creciente número de refugiados haitianos estableciéndose en Guayana. En septiembre de 1999, la Provincia de Haití envió un equipo de tres Misioneros Oblatos a Guayana, incluidos un sacerdote, acompañado por dos seminaristas para fortalecer la misión. Este experimento duró más de veinte años.
En Guayana, los Misioneros Oblatos fundaron varias parroquias con la ayuda de los fieles y sus benefactores. Varios Oblatos han servido a la Diócesis de Cayena, ya sea como vicarios generales (2 Oblatos), o como cancilleres o capellanes de migrantes, etc. Ahora, los misioneros Oblatos en Guayana sienten una gran tristeza y engaño por el hecho de que muy pronto deben abandonar esta misión por razones inciertas e injustificadas.
De hecho, comenzó como resultado de un malentendido entre el obispo de Cayena, monseñor Alain Ransay y los Oblatos en misión en esta diócesis. Posteriormente, este malestar creció y causó una fuerte tensión entre los misioneros y el obispo. Los dos Provinciales Oblatos de Haití y Francia, con el apoyo del gobierno central, optaron por el camino del diálogo y la reconciliación, que no dio fruto. En consecuencia, al final de una reunión que tuvo lugar en el obispado de Cayena el 19 de abril de 2023, el obispo Alain Ransay y su nuevo Consejo Episcopal, en presencia de los superiores mayores oblatos, decidieron unilateralmente rescindir el contrato vinculando la diócesis de Cayena con la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada. Esta decisión fue aceptada por los Oblatos, quienes posteriormente confirmaron la salida de los misioneros de Guayana para finales de junio de 2023.
Sin embargo, cabe señalar que el obispo Alain Ransay, después de romper el primer contrato con los Oblatos, tuvo la amabilidad de restablecer otro, que según él debe basarse en la internacionalidad de los miembros de la misión, con la presencia de uno o dos padres brasileños. Sin embargo, el retraso propuesto por el obispo Ransay no fue favorable a los Oblatos para tomar tal decisión, que merece un buen discernimiento en Congregación.
Por lo tanto, los Oblatos en Guayana acordaron dar vuelta a la página de la historia de su presencia misionera dentro de la Iglesia de Cayena a partir de junio de 2023. La misión continúa en el otro lado. ¡Salgamos adelante bajo la protección de nuestra Inmaculada Madre María y San Eugenio nuestro Fundador!