Después de su vuelta a Francia en 1802, Eugenio formó parte de una asociación caritativa que ayudaba a los presos. En una sentencia del 22 de diciembre de 1806, el alcalde de Aix lo nombró, incluso, administrador de la obra llamada “de las cárceles”, aunque hasta el siglo pasado, hubo sólo una prisión en Aix, llamada cuartel Forbin, en el paseo Gambetta, reconstruida en 1833. El padre Rey encontró dos informes redactados por Eugenio, a comienzos de 1807, en los cuales éste da a conocer la situación material y moral de las prisiones. El 6 de octubre de 1807, renunció a este cargo. Justificó esta renuncia por “asuntos domésticos” que absorben todo su tiempo. Según el padre Rey, el motivo determinante parece ser “el lazo oficial que su título de administrador de las prisiones, establecía entre él y el Gobierno imperial, que se mostraba cada vez más acosador del Papa y de la Iglesia Católica.”
Entre las primeras actividades apostólicas de Eugenio, como joven sacerdote en Aix, figura también su ministerio en la cárcel. Dice algo a Charles de Forbin-Janson en la carta del 9 de abril de 1813: “Incluso el domingo [después del sermón en la iglesia de la Magdalena), iba a la cárcel para hacer a estos desdichados una instrucción en francés, después de la cual paso al confesonario, para escuchar, hasta las seis de la tarde, a los presos que se presentan. Antes y después de la instrucción, se entonan cánticos. Termino haciendo con ellos la oración de la noche. De allí, yo corro a casa, dónde se encuentra reunida la flor y nata de la piedad masculina de nuestra pobre ciudad…” (Écrits oblats I, t. 15, p. 63-64).

En enero de 1814, los aliados invaden Francia. Napoleón, cuyos ejércitos están derrotados, concentra en el sur a los presos de guerra austriacos. Aix recibe dos mil. El tifus se declara, médicos y capellán sucumben. Eugenio se ofrece a la administración diocesana para sustituir a este último. Él mismo se enferma, guarda cama el 10 de marzo y recibe la extremaunción el 14; gracias a las oraciones de los miembros de la congregación de la Juventud, sana después de algunos meses (carta a Forbin-Janson y a su padre, Écrits oblats I, t. 15, p. 78, 87-88).

Después de la fundación de la Congregación, hubo siempre un Oblato como capellán de la cárcel, hasta la expulsión de los religiosos en 1903. Se distinguieron en este apostolado el padre Daniel Valentin André, capellán de 1827 a 1837 y, ocasionalmente después, hasta su muerte en 1848.Luego, los padres Charles Pianelli entre 1845-1846, Joseph Bonnard, en 1850-1854, Joseph Marie Chardin en 1854-1864, Hippolyte Courtès, superior de la casa de Aix de 1823 a 1863, Paul Du Clôt en 1872-1878, etc.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.