No lejos de la mansión de Mazenod en el Paseo Mirabeau y de la casa de los Joannis, calle Papassaudy, se encontraba la iglesia parroquial de los Mazenod y los Joannis, dedicada a santa Magdalena, donde se bautizó Eugenio. Muy antigua y en mal estado, esta iglesia fue demolida al final del siglo XVIII. En 1791, se trasladó el servicio parroquial y el título de santa Magdalena a la iglesia de los Dominicos (en la plaza de los Predicadores), expulsados por la Revolución.Se transportaron, también, las pilas bautismales de la antigua iglesia; por ello se conservó la fuente de mármol que sirvió para el bautismo del Fundador de los Oblatos. Al principio del siglo XIX, se puso también en esta iglesia, la estatua de N.-D. de la Grâce, entregada por San Buenaventura a los Frailes Menores de Aix y conservada, hasta entonces, en su convento de la calle de los Cordeliers. Delante esta estatua, se hicieron las novenas, en 1814, de los asociados de la Obra de la Juventud, cuando Eugenio estuvo seriamente enfermo de tifus, contagiado por los presos austríacos en la prisión de la ciudad. El 3 de mayo de 1814, el padre de Mazenod, convaleciente, vino a celebrar una misa de acción de gracias, en el altar de la Cruz, en la capilla de la Virgen.

Fue también en esta iglesia donde el padre de Mazenod inauguró su ministerio sacerdotal, en marzo-abril de 1813, predicando en provenzal los domingos de cuaresma. El 9 de abril, escribió a su amigo Charles de Forbin-Janson: “Todos los domingos de cuaresma he predicado en lengua provenzal, a las 6 de la mañana en la iglesia de la Magdalena, para la instrucción del pueblo. La curiosidad, como puedes imaginar, atraía a muchas otras personas, además de los campesinos; pero son éstos y las personas de clase baja a quienes tenía principalmente en la mira, acudían con tanto celo, que tengo motivos para esperar que el buen Dios haya sido glorificado.”

Yvon Beaudoin, o.m.i.