La mansión Mazenod, en el Paseo Mirabeau en Aix, fue construida hacia el final del siglo decimoséptimo, por una familia de tintoreros, los Chantre, quienes la vendieron a Antoine de Laugier, caballero de la orden de Saint-Michel y subdelegado general de la intendencia de Provence, cuya única hija se casó en 1743 con Charles Alexandre de Mazenod, presidente del Tribunal de Cuentas.

No es el mayor de los edificios construidos en el paseo, pero el interior está ricamente decorado, en el estilo del siglo dieciocho: oro en los revestimientos de madera, guirnaldas entrelazadas en el techo, enlucidos en yeso entre las ventanas pintadas, etc. “Esta casa, que los dueños abandonarán en 1790 para siempre, seguirá siendo para Eugenio de Mazenod, el querido y doloroso símbolo de su hogar, dispersado por la tormenta revolucionaria y de su existencia rota en la flor” (LEFLON I, p. 47).

Fue en esta casa que nacieron el padre de Eugenio y sus tres tíos y, a la generación siguiente, Eugenio y su dos hermanas, la mayor, Charlotte Élisabette Eugénie, muerta a la edad de cinco años y la menor, Charlotte Eugénie Antoinette. Para los niños, había doce criados. Se vivía allí a la manera de los ricos nobles de antes de la revolución. Pero desde su infancia, Eugenio experimentó las amenazas de la revolución. Por ejemplo, el 14 de diciembre de 1790, podía ver enfrente de su casa, colgados del farol, los cuerpos de dos amigos de su padre ejecutados por los revolucionarios. Actualmente, esta casa está ocupada por un almacén y arrendatarios.

René Motte, o.m.i.