Nacido en Nice (États sardes, Italia), 25 de mayo, 1835
Toma de hábito en N.-D. de Osier, 16 de septiembre, 1852
Oblación en N.-D. de Osier, 17 de septiembre, 1853 (nº 353)
Ordenación sacerdotal en Marseille, 29 de mayo, 1858
Salida de la Congregación en 1887.

Eugène Audric nació en Nice, el 25 de mayo de 1835. El 16 de septiembre de 1852, comenzó su noviciado en N.-D. de Osier, donde hizo su oblación el 17 de septiembre de 1853. Comenzó su escolasticado en el seminario mayor de Marseille en 1853-1854 y lo continuó en Montolivet hasta 1857. En las actas de los escolásticos, el padre Mouchette escribió algunas líneas cada año sobre él. Lo encuentra poco formado, descontento de sí mismo, con algunas dudas sobre su vocación, pero piadoso, observante, suave, se relaciona muy bien con sus hermanos. En 1857, escribe: “Excelente religioso, lleno de virtud, agradable y de buena voluntad. Ahora más seguro frente a la excesiva desconfianza de sí mismo. Dejó Montolivet con excelente disposición.”

Eugène Audric es ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod, el 29 de mayo de 1858. Ya como diácono, en 1857-1858, luego sacerdote en 1858-1859, es alumno del “gran curso”, enseña filosofía en Montolivet y, de vez en cuando, es secretario del Fundador y del provincial del Sur de Francia.

En 1859, recibe su obediencia para Vico donde permanece hasta 1881, en un principio como simple misionero, luego superior de la casa durante sus últimos años en Corce. Predica con éxito numerosas misiones parroquiales. La revista Missions habla a menudo de estas misiones y publica, en 1875, una carta del párroco de Albitreccia, escrita el 26 de octubre, para agradecer al superior que le envió al padre Audric: “Este excelente religioso, leemos, con esta elocuencia del corazón que sólo la religión puede dar, ha hecho llover sobre mi pueblo las más abundantes bendiciones celestiales. Su palabra, tan evangélica, removió corazones más duros que las rocas, que eran presa de enemistades sangrientas y de disensiones de bandos encarnizados. Puedo decir que, en mi parroquia, el padre Audric fue un Evangelio viviente…”

De 1881 a 1886, permanece en Aix, luego en N.-D. de Lumières, entre 1886-1887. En Aix, es en primer lugar capellán de las Hermanas del Santísimo Sacramento, pero vuelve a ser pronto misionero. El padre Célestin Augier escribió en 1886: El padre Audric predica “casi en todas partes y nunca dice: ¡ya es suficiente!”.

A principios del año 1887, pide entrar a la Trapa. No tiene nada contra los Oblatos y éstos no tienen nada contra él, pero reconoce que siempre ha tenido el deseo de seguir la vida monástica. Esto explica las dudas que tenía sobre su vocación durante su escolasticado. En sus notas sobre algunos escolásticos, el Fundador, por otra parte, había escrito de Eugène Audric: “No siente rechazo por las misiones, pero no se siente llevado a ellas. Su pensamiento, al entrar a la Congregación, era santificarse allí, fuera de las acechanzas del mundo”. El Papa, por intermedio de la Congregación de Propaganda, le responde que debe permanecer como Oblato. El padre Aubry estuvo muy descontento con esta respuesta y dijo que influyó en ella una carta de la administración general en este sentido. Se propone insistir para obtener su dispensa; mientras tanto, pide encargarse de la parroquia de Goult, cerca de N.-D. de Lumières (Conseils généraux, 11 de enero, 22 y 29 de marzo 1887). Obtiene, a continuación, la autorización para entrar a la Trapa, pero no perseveró. Quiere entonces volver a la Congregación, pero el 8 de octubre de 1888, el Consejo general se niega a recibirlo, a pesar de la recomendación de dos padres.

El 9 de marzo de 1898, mientras es capellán de las Hermanitas de los Pobres en Grasse, escribe al padre Nicolas, quién le aconseja volver a ser Oblato con dispensa de permanencia: “El simple título de Oblato, sin las ventajas de la vida religiosa, ¿podría ser para mí tan provechoso como lo sería para un obispo “in partibus”, sin tener una diócesis que dirigir, sin fieles que bendecir, etc.? Si deseo volver a la Congregación, es para practicar con seguridad la observancia y la humildad…” Escribe entonces al padre Cassien Augier, elegido superior general en 1898, para pedir su admisión, reconociendo que está dispuesto a reiniciar su noviciado. El 12 de junio de 1898, el Consejo general se niega a reintegrarlo a la Congregación.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.