1. Oblato de María Inmaculada
  2. Obispo de Niza
  3. Arzobispo de Auch y últimos años

Nacimiento en San Víctor (Ardèche), 27 de mayo, 1828.
Toma de hábito en N.-D. de l’Osier, 28 de enero, 1851
Oblación perpetua en N.-D. de l’Osier, 2 de febrero, 1852 (nº 322)
Ordenación sacerdotal en Marsella, 6 de marzo, 1852
Ordenación episcopal en Fréjus, 25 de febrero, 1878
Arzobispo de Auch, 30 de mayo, 1896
Muerte en Auch, 13 de mayo, 1905.

Mons. Mathieu BalainMateo Víctor Balaïn nació en San Víctor, diócesis de Viviers, Ardèche, el 27 de mayo de 1828. Se bautizó el día siguiente. Sus padres Juan Pedro, comerciante, e Isabel Junique tuvieron siete hijos.

Siendo niño, Mateo fue confiado al Señor Méallier, profesor, pero su madre y su abuela velaron por su formación religiosa. Su primera educación continuó durante tres años a cargo de su tío, el abate Balaïn, párroco de Rochepaule. En 1838, sus padres lo enviaron a Étables, parroquia vecina a San Víctor, a la escuela dirigida por las Hermanas del Sagrado Corazón. Allí hizo su primera comunión el 28 de abril de 1839. Algunos meses más tarde Mateo entró en el colegio de Santa Bárbara de Annonay, dirigido por los sacerdotes de San Basilio, congregación fundada en 1822, dedicada a la educación y a la predicación. El 13 de mayo de 1840, recibió el sacramento de confirmación de manos de Mons. A. A. Dupuch, primer obispo de Argel. En 1846, al final de sus estudios de retórica, el joven entró en el seminario mayor de Viviers, dirigido por los Sulpicianos. Recibió allí una formación intelectual y espiritual esmerada y Mons. Hipólito Guibert, o.m.i., obispo de la diócesis de 1842 a 1857, le confirió todas las Órdenes hasta el diaconado.

Oblato de María Inmaculada

Mateo deseaba hacerse misionero. Con la aprobación de su director, el Señor Albouys, dejó el seminario una mañana de enero de 1851 siendo ya diácono, para dirigirse hacia el noviciado de los Oblatos en Notre-Dame de l’Osier, en Isère. Encargó al párroco de San Víctor que informara a sus padres. Tomó el hábito el 28 de enero de 1851 y, el 2 de febrero de 1852, hizo su oblación en manos del padre Melchor Burfin, en presencia de Mons. Alejandro Taché, recientemente nombrado coadjutor de Mons. Norberto Provencher en San Bonifacio, Canadá. Por unanimidad había sido admitido a la profesión en la sesión del consejo general el 18 de enero anterior. Se escribió entonces en el acta: “Este hermano, que terminó su teología, tiene talentos superiores, excelente juicio, mucha firmeza e incluso un poco de aspereza de carácter. Constantemente se ha mostrado como un perfecto religioso”.

Partió pronto para Marsella donde, el 6 de marzo, Mons. Eugenio de Mazenod lo ordenó sacerdote en la capilla del obispado, en presencia de Mons. Bernardo Buissas, obispo de Limoges. Celebró su primera misa en Notre-Dame de la Garde. De marzo a septiembre de 1852, residió en la casa del Calvario, allí hizo sus primeros armas en la predicación, en espera de su obediencia para las misiones extranjeras. En el otoño, el Superior general lo envió en cambio al Seminario mayor de Ajaccio donde enseñó dogma durante dos años y moral de 1854 a 1858. Buen profesor, se ganó el aprecio de sus colegas oblatos y de los alumnos.

En septiembre de 1858, fue nombrado superior del convento de Vico, casa de misioneros y sobre todo establecimiento de enseñanza secundaria, que había que reorganizar con una dirección firme y sabia. En el Consejo general del 6 de septiembre de 1858, se dice que él está en préstamo “en Vico para poner todas las cosas en orden”.

En el mes de agosto de 1859, Mons. de Mazenod lo nombró superior del seminario mayor de Fréjus, donde el padre Juan José Magnan, superior de esa institución desde hacía tres años, no era apreciado por el obispo, Mons. A. J. H. Jordany. Al presentarlo al obispo de Fréjus el 25 de septiembre de 1859, el padre Casimiro Aubert, secretario del superior general, escribió: “Es un hombre serio y muy dedicado a su deber, buen religioso y perfecto eclesiástico, espíritu inteligente y cultivado que, desde su primer año de sacerdocio, siempre ha estado dedicado a la enseñanza de la teología…, su solo defecto, si eso lo es, es el de la edad, aún muy joven para el puesto que debe ocupar: [31 años]…”

Durante dieciocho años, el padre Balaïn dirigió el seminario con éxito, revelándose como formador delicado y buen administrador. Los dos obispos que le conocieron, Mons. Jordany hasta 1876 y Mons. J. S. Terris, lo tuvieron en alta estima. Sus colegas oblatos lo apreciaron también; fue delegado a los Capítulos generales de 1861, 1867 y 1873. El superior pasó un duro período en 1870-1871 durante la guerra franco-prusiana. El establecimiento fue requisado, en septiembre de 1870, para servir en primer lugar de cuartel (800 soldados) y luego de hospital durante cerca de un año. Los profesores y los alumnos dejaron el seminario, pero el superior permaneció en el lugar pasando meses difíciles: “Muchas veces, escribe, sin galones y sin título, tuve que constituirme cabo, sargento y capitán… Algunas celdas pasaban a ser verdaderos antros de juego durante la noche…”

Obispo de Niza

El 22 de noviembre de 1877, un decreto del mariscal Mac-Mahon, Presidente de la República, anunciaba el nombramiento del abate Balaïn como obispo de Niza, sede vacante desde hacía algunos meses, tras la dimisión de Mons. Sola.

El condado de Niza había sido anexado a Francia en 1860. La diócesis se separó de la metrópolis de Génova en 1863 para transformarse en sufragánea de Aix en Provenza. Mons. Balaïn fue el primer obispo francés. El ministerio de Culto le había pedido al cardenal Guibert, arzobispo de París de 1871 a 1886, proveer cuanto antes a esta sede haciendo nombrar a un sacerdote que conociera el italiano. El cardenal tomó parte en el Consejo general del 19 de noviembre. Él propuso al padre Balaïn, pero el consejo no quería obispos oblatos fuera de las misiones extranjeras. El cardenal se dirigió entonces al nuncio, el cual telegrafió al Papa que nombró al padre Balaïn. El 25 de noviembre de 1877 el padre José Fabre escribió una circular a la Congregación para anunciar y explicar este nombramiento. Fue el mismo cardenal Guibert quien, el 25 de febrero de 1878, ordenó al nuevo obispo en la catedral de Fréjus.

La diócesis contaba en 1876 con cerca de 130.000 habitantes y 154 parroquias distribuidas entre los distritos de Niza y Puget-Théniers. En 1886, el distrito de Grasse, que formaba parte de la diócesis de Fréjus, fue adscrito a la diócesis de Niza. En 1896, la diócesis contaba con 265.000 habitantes y alrededor de 225 parroquias y capillas.

Nacido en la comarca del Vivarais, acostumbrado a una vida simple y austera, Mons. Balaïn se sentía especialmente cercano a la población campesina de la región montañosa de los Alpes Marítimos. Hizo regularmente las visitas pastorales y las ceremonias de confirmación. Le gustaba celebrar misa y participar en las procesiones durante las fiestas religiosas de las parroquias. En Niza sobre todo, visitaba regularmente al círculo obrero católico, los internados y las instituciones religiosas. Había tomado como divisa episcopal pro animabus vestris. Guiar e instruir a los fieles, tal fue su principal misión. No se negaba nunca a predicar y publicó cada año, con ocasión de la cuaresma, una carta pastoral sobre temas precisos: la caridad, el sacerdocio, el credo, la muerte, la oración, la cruz, el Sagrado Corazón de Jesús, “los que no acuden a la iglesia”, la oración, los principales deberes del cristiano, la blasfemia, la misa, la comunión, la santificación del domingo, etc.

Se interesó especialmente por la formación del clero y por el reclutamiento. Su deseo era ver al clero servir de ejemplo a la comunidad cristiana. A tal efecto, fue pródigo en consejos a través de cartas pastorales y circulares, participó en los retiros anuales del clero, fomentó las obras y las misiones parroquiales, invitó a los párrocos a enseñar el catecismo y a predicar, recordándoles que la predicación debía ser preparada por el estudio y la oración, sin lo cual “la palabra será fría, sin vida y sin unción”. Los sacerdotes jóvenes debían perfeccionar sus conocimientos teológicos, sometiéndose durante cinco años a exámenes anuales sobre: Sagrada Escritura, dogma y moral, liturgia y administración temporal de las parroquias.

Veló especialmente por la promoción de las vocaciones. La crisis de las vocaciones apareció por todas partes en Francia en los últimos decenios del siglo XIX. La diócesis de Niza contaba con 300 sacerdotes al principio del episcopado de Mons. Balaïn en 1877, con 415 en 1887, tras la anexión del distrito de Grasse, y solamente 344 en 1896. El obispo invitó al clero y a los padres a ser promotores de vocaciones. Cerró la escuela eclesiástica de Sospel en 1885, pero agrandó el seminario menor, dirigido por los Lazaristas, que pasó entonces de 100 a 300 alumnos. En 1886, el seminario menor de Grasse, ampliado y renovado, pasó a la diócesis de Niza con sus 150 alumnos pero también con una enorme deuda de cerca de 400.000 francos. El seminario mayor, dirigido por los Lazaristas era una casa maciza y oscura, situada en la parte antigua de Niza. Al final de su estancia en la diócesis, Mons. Balaïn hizo construir, con un costo de 450.000 francos, un nuevo edificio en el barrio de Carabacel-Cimiez. Había 40 seminaristas en 1896, y eran sólo 30 en 1877.

Mons. Balaïn fue obispo durante un período de medidas gubernamentales antirreligiosas: decretos contra los Jesuitas y las congregaciones no autorizadas, el 29 de marzo de 1880; laicización de los hospitales, pompas fúnebres y cementerios, en 1881; laicismo de la enseñanza primaria, el 28 de marzo de 1882; supresión de las becas de estudio para los seminarios, en 1885; servicio militar obligatorio para los seminaristas, en 1889, etc. Hubo violentas reacciones por parte de la prensa católica; la Semaine religieuse du diocèse de Nice no fue una excepción. Mons. Balaïn, como el Papa León XIII, se distinguió por su cuidado por la moderación y el diálogo. Evitó toda forma de confrontación con las autoridades públicas. Protestó contra los ataques inferidos al derecho de la Iglesia, pero conservó la confianza del Prefecto. Mons. Chapon, su sucesor, escribió sobre él: “A la verdad, no era de esos que, en estas horas de crisis, van espontáneamente a los puestos de avanzada, sino de aquellos que uno de nuestros autores clásicos describe con la palabra: cunctator (contemporizador). Era de aquellos a los que los violentos acusan de ser tímidos y los tímidos de ser violentos. De un espíritu eminentemente práctico, él temía como desastrosas todas las manifestaciones ruidosas y estériles; más prudente que intrépido, pero concienzudo y desprovisto de toda consideración personal; si en opinión de algunos impacientes permanecía en silencio demasiado tiempo, por escrúpulo de no haber agotado todos los medios de conciliación, cuando era claro que había llegado el momento, sabía hablar, escribir y decir también él el non possumus, tanto más impresionante e invencible, cuanto que es pronunciado en el momento oportuno, con más sangre fría y mesura, y nadie podría, con un mínimo de razón, acusarlo de provocador” (Carta de Mons. Chapon a la muerte de Mons. Balaïn, el 19 de mayo de 1905). Las principales dificultades que encontró procedían de una minoría conservadora, incluidos varios miembros del Cabildo, contrarios a Francia; éstos encontraron un aliado precioso en el periódico en lengua italiana: Il Pensiero di Nizza.

Arzobispo de Auch y últimos años

El 30 de mayo de 1896, un decreto del Presidente de la República anunciaba el nombramiento de Mons. Balaïn como arzobispo de Auch (departamento de Gers, en el Suroeste de Francia). Instituido canónicamente por León XIII en el consistorio del 25 de junio, hizo su toma de posesión en Auch el 3 de septiembre. Se conoce poco de su actividad durante nueve años en Auch. Se sabe que realizó regularmente las visitas pastorales e hizo agrandar el seminario mayor. En 1902, se celebró solemnemente su triple jubileo de 25 años de episcopado, y 50 años de oblación y de sacerdocio.

Murió, a los 77 años, el 13 de mayo de 1905, algunos meses después de haber otorgado su adhesión pública a la carta de los cardenales franceses contra el proyecto de separación de la Iglesia y el Estado. La Semaine religieuse de Auch escribe que “desde hace mucho tiempo, una debilidad, cuyo progreso lento e ininterrumpido constatábamos, dificultaba sus movimientos y condenaba a Su Excelencia a una inmovilidad relativa. Mas dos cosas en su robusta naturaleza seguían intactas, su cabeza y su corazón”. El 18 de mayo se le hicieron funerales solemnes. Fue sepultado en la capilla de Beaulieu, casa de campo del seminario mayor.

Como obispo, Mons. Balaïn no había dejado de ser Oblato. Fue Delegado en los Capítulos generales de 1879 y de 1893 y se expresa su presencia en la coronación de Notre-Dame de Bon Secours en 1880, en la celebración de los 25 años de la elección del padre Fabre en 1886, en la ordenación episcopal de Mons. Pascal en Viviers en 1891, en los 50 años de existencia del noviciado de Notre-Dame de l’Osier, en 1892; en el traslado de los restos de Mons. de Mazenod a la nueva catedral de Marsella, en 1897, etc.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.