Nacimiento en Aviñón (Vaucluse), 7 de septiembre, 1830
Toma de hábito en N.-D. de l’Osier, 22 de octubre, 1847
Oblación en N.-D. de l’Osier, 1º de noviembre, 1848 (nº 221)
Ordenación sacerdotal en Marsella, 25 de junio, 1854
Muerte en Bas-Oha, Bélgica, 5 de enero, 1907.

Víctor Baret nació en Aviñón, el 7 de septiembre de 1830, hijo de Julia Arnaud y de Miguel Francisco Baret, cerrajero. Era el último de esta familia de siete hijos; el cuarto, Carlos, fue también Oblato. Víctor hizo sus estudios secundarios en Forcalquier y en Notre-Dame de Lumières. Entró al noviciado de Notre-Dame de l’Osier, el 22 de octubre de 1847 e hizo su oblación el 1º de noviembre de 1848. Se había aprobado su profesión en el consejo general del 2 de octubre anterior. “Esta admisión tuvo alguna dificultad, escribe el secretario general en el acta de la sesión. Este individuo que no parece aún bien formado, no carece de condiciones intelectuales, como se habría podido temer a primera vista. Es más bien otro aspecto más delicado, lo que inspiraría cierta aprensión”. En la reseña necrológica del padre, se encuentra una respuesta a esta última reflexión bastante enigmática. En efecto, se lee en esa nota: “La salud del joven junior era delicada, lo fue siempre […] de una apariencia frágil, de rostro pálido, pero expresivo y fino, se hubiera dicho que era ¡una muchacha con sotana!” Después de seis años de filosofía y teología en el seminario de Marsella, fue ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod, el 25 de junio de 1854.

En 1854-1855, reside en Notre-Dame de la Garde. Enseña filosofía en el seminario mayor de Marsella durante dos años (1855-1857) y recibe su obediencia para Notre-Dame de l’Osier, donde es misionero en 1857-1859. Enseña luego filosofía en el escolasticado de Montolivet de 1859 a 1862. Se lo envía de nuevo a Notre-Dame de l’Osier como misionero en 1863-1867 y como párroco en 1867-1869. El padre Víctor predicaba bien, pero sus fuerzas físicas y la potencia de su voz no respondían al ardor de su celo. No podía participar en las misiones parroquiales, pero tenía éxito ante auditorios pequeños.

En 1869, se le nombra capellán en el noviciado de las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos en Royaumont y en un orfanato mantenido por estas religiosas. Allí pasa el resto de su vida y las hermanas aprecian mucho su ministerio. El autor de su reseña necrológica escribe: “director prudente y delicado, no se quejó nunca de una sobrecarga de trabajo; siempre amable y sonriente, cuando se le pedía un servicio, sólo tenía una palabra en los labios: aquí estoy.”
En 1893, es afectado de sordera y ya no puede confesar. Una parálisis le impide predicar a partir de 1896. Se dedica a la oración y a trabajos de carpintería en los cuales es experto: altares, sagrarios, Vía Crucis, etc. Cuando las expulsiones de los religiosos en 1903, fue acogido por las Hermanas de la Sagrada Familia en su noviciado Bas-Oha, en Bélgica. Allí murió de una congestión cerebral, el 5 de enero de 1907.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.