Nacimiento en Trégarantec (Finistère), Marzo 10, 1836
Toma de hábito en Nancy, Octubre 13, 1858
Oblación en Montolivet, Diciembre 17, 1859 (No. 495bis)
Ordenación sacerdotal en Marsella, Abril 7, 1860
Salió de la Congregación para entrar a los Cistercianos en 1869

Juan María Caër nació en Trégarantec, diócesis de Quimper, el 10 de marzo de 1836. Sus padres fueron Juan Claudio Caër y Ana Le Bihan. Después de dos años de teología en el seminario mayor de Quimper, comenzó su noviciado en Nancy el 13 de octubre de 1858. Poco después de su entrada, el maestro de novicios anotó en su reporte: “Caër ha hecho todo bien. No deja nada que desear desde el punto de vista de la piedad, virtud y amor por la penitencia… Tiene un celo real. Es feliz en el sentido real de la palabra”. Esta apreciación del Padre Francisco Javier Guinet no se modificó con el tiempo. A fines de septiembre, escribe de nuevo: “Caër es un excelente candidato, ardiente, alegre, de fuerte piedad, inteligente, se adapta pronto al noviciado, feliz en su vocación que había analizado por completo antes de tomar la decisión, de buena salud, alegre y de carácter abierto”.

El novicio pasó el año escolar 1859-1860 en Montolivet, donde hizo sus votos el 17 de diciembre de 1859. Previo a su oblación, el Padre Antonio Mouchette, moderador de los escolásticos, escribió que “era muy bueno en todo” aunque señaló algunos defectos: “De carácter más bien tímido, titubeante, incapaz de decidir; dudó por algún tiempo al pensar en su oblación; ha adquirido seguridad en sí mismo desde que llegó”.

El Obispo de Mazenod lo ordenó sacerdote el 7 de abril de 1860, saliendo el 9 de Marsella hacia Red River, adonde llegó con el Obispo el 10 de julio. Trabajó cinco años y medio bajo la dirección del Padre Alberto Lacombe en las tres misiones de Lac-Sainte-Anne, Saint Albert and Saint-Joachim (Edmonton). También visitó la pradera de los nativos aborígenes americanos (Amerindios). A principios de 1866 fue enviado como compañía del Obispo Grandin a la misión de Saint-Jean-Baptiste en Île-à-la-Crosse y de ahí visitó la misión de Portage-la-Loche. A menudo se encontraba solo en el ministerio con los Crees y los Montagnais, teniendo la responsabilidad de los materiales, el trabajo y la granja. En una carta al Padre Vandenberghe, el 24 de julio de 1866, menciona que tenía que alimentar a 65 personas y no estaba hecho para ello.

De hecho, al escribir al Obispo de Mazenod al iniciar su trabajo en Saint-Boniface el 16 de julio de 1860, dijo que preferiría la vida monástica al trabajo de apostolado, pero que había obedecido al maestro de novicios y al moderador de los escolásticos. Más adelante, en sus cartas a los Padres José Fabre, Lacombe y Vandenberghe, decía que trabajaba con mucho celo, pero que cada vez más deseaba la vida monástica y que se iría, en cuanto fuera autorizado. Volvió a Francia en 1869 e ingresó al monasterio Cisterciano de Reposoir, cerca de Cluses, en la región de Haute-Savoie, con la autorización del Consejo General el 5 de noviembre de ese año.

Yvon Beaudoin
y Gastón Carrière, o.m.i.