Nacimiento en Tourette (Alpes Marítimos), 25 de agosto, 1820
Toma de hábito en Marsella, 7 de junio, 1839
Oblación en Marsella, 29 de junio, 1840 (nº 85)
Ordenación en Marsella, 27 de agosto, 1843
Expulsión de la Congregación, 25 de julio, 1844.

Leopoldo Fernando Carles nació el 25 de agosto de 1820 en Tourette, diócesis de Niza, por entonces en los estados del Rey de Cerdeña. Comenzó el noviciado en Marsella el 7 de junio de 1839 e hizo allí su oblación, el 29 de junio de 1840. Después de tres años de teología en el seminario mayor de Marsella y en Notre-Dame de Lumières, donde fue a la vez profesor del juniorado en 1842-1843, fue ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod el 27 de agosto de 1843.

Inmediatamente después de su ordenación, es enviado como profesor de filosofía al seminario mayor de Ajaccio. Apenas llegado a la casa, el padre Francisco-Noël Moreau, superior, lo manda a Vico y escribe al Fundador para decirle que este padre no puede permanecer en la casa, “su cambio es una cuestión de vida o muerte para los alumnos.” El Fundador escribe entonces al padre Esteban Semeria a Vico, el 5 de octubre: “Aunque estoy sumamente contrariado por la resolución que se ha debido tomar respecto al padre Carles, por el momento lo dejaré en Vico, dando por sentado que ahí trabajará mejor que lo ha hecho en otras partes para corregir su carácter difícil y que no perturbará de ninguna manera la paz y la tranquilidad que gracias a Dios reina en vuestra casa. Respecto a esto, le recomiendo no dejarle pasar nada. ¿Cómo puede ser que, recién ordenado y recién llegado al puesto que se le había asignado, haya podido mostrarse tan imperfecto que el superior temiera comprometer a la Congregación mostrándolo tal como él se había perfilado, a los seminaristas? No puedo decirle hasta qué punto me ha afligido este contratiempo. Ahí vemos cómo la imperfección de un hombre puede contrariar las combinaciones de los superiores y echar una sombra de perturbación en el conjunto de sus operaciones.”

En noviembre, Mons. de Mazenod piensa que el padre Moreau, influenciado por el padre Luciano Lagier, ha juzgado “un poco severamente” al padre Carles y aconseja al padre Semeria ser bondadoso con él y hacer todo lo posible por ayudarlo a corregir lo que tiene “de desagradable” en su carácter y “las ideas singulares a las que se aferra”, etc. En diciembre, el Fundador duda en pedir para el padre Carles los poderes para confesar, a causa de “los sistemas de moral erróneos” que él se forja y de los que “no quiere apearse”. En una hermosa carta al padre Semeria, el 15 de diciembre de 1843, Mons. de Mazenod expone su manera de actuar con sus Oblatos: “Usted comprende que estoy muy interesado por este muchacho. Ciertamente le había dado una gran prueba de mi confianza al destinarlo a un seminario mayor como el de Ajaccio. El no entendió la actitud que había que tomar en un puesto tan delicado. ¿Es desidia? ¿es defecto de juicio? ¿es falta de virtud? No lo sé. Todo lo que deseo es que dé muestras de lo contrario en la comunidad de la que forma parte y donde reina tan buen espíritu, tan pocas pretensiones, tanta sencillez, obediencia y abnegación. Temo decirle todas estas cosas por escrito, porque sé que es muy impulsivo y susceptible. Si me hubiera sido posible hablar con él, no habría vacilado en hacerlo con franqueza, pero usted ve que en la comunicación verbal me hubiera sido fácil contener todos los movimientos, suponiendo que la verdad le hiriera; mientras que por escrito, difícilmente se puede modificar la expresión y explicar adecuadamente el pensamiento para dar a entender que sólo se habla por el bien del individuo y la mayor utilidad del servicio que se espera de él. Yo sé que un superior y, sobre todo un padre como yo, no debiera verse reducido a estos miramientos y a tantas precauciones, pero ¿no les tocaría a mis hijos mostrarme que debo actuar con más libertad y sin dificultad con ellos?”

Según parece, el padre Carles participa en una misión con el padre Semeria a comienzos de 1844, pero desobedece, daña la paz de la comunidad de Vico y pide la dispensa de sus votos. El Fundador escribe en su diario el 26 de julio: “Consejo de la Congregación [el 25] para estudiar la petición del padre Carles. El consejo… no vaciló un momento en reconocer… que debía ser despedido inmediatamente de la Sociedad. Acto continuo, lo dispensé de los votos, dejando a Dios el juicio de aquel que había provocado esa sentencia.” El 22 de julio Mons. de Mazenod ya había anunciado al padre Carles que le concedería la dispensa de los votos y había agregado: “Termino esta carta con el corazón henchido de dolor, considero con anticipación las consecuencias desastrosas para su pobre alma de este paso que acaba de dar. Sabía que usted era muy imperfecto, pero no suponía que fuera infiel hasta el punto que se ha mostrado. El veneno estaba escondido en la llaga. De haber habido mayor franqueza de su parte, el mal acaso habría tenido remedio, pero cuando se deja penetrar a Satanás en el espíritu, éste pronto le ha arrastrado lejos. Esta es su deplorable historia. Voy a reunir sus cartas tan poco sinceras, en las cuales sin embargo yo creía, para quemarlas el día que usted sea separado de la familia que lo había adoptado. Me quedará la pena de haberlo conocido y la mucho mayor aún de haberle impuesto las manos.”

YVON BEAUDOIN, O.M.I.