Emanuele de Gregorio nació en Nápoles el 18 de diciembre de 1758. Cuando la prisión de Pío VII en Savona, fue durante un tiempo delegado apostólico en Roma, antes de ser exiliado a París donde fue arrestado el 2 de enero de 1811 y detenido hasta la caída de Napoleón. Pío VII lo creó cardenal el 8 de marzo de 1816. Fue luego miembro de varias congregaciones romanas, en especial prefecto de la Congregación de la inmunidad eclesiástica en 1818 y de la Congregación del concilio en 1820.

En Roma los años 1825 y 1826 el cardenal De Gregorio fue sobre todo un amigo y consejero del padre de Mazenod que se encontró varias veces con él. Al pasar por Turín algunos amigos le habían dado una carta de recomendación para ese cardenal, a quien por otra parte había encontrado antes en París. Fue a verle el 5 de diciembre y el 6 almorzó con él. Éste le trató con mucha amistad pero le dio poca esperanza de obtener una aprobación formal de la regla. El padre de Mazenod volvió a verlo el 11 y el 22 de diciembre, el 12 y 15 de enero y el 9 de febrero. El 24 de diciembre, gracias a la protección del cardenal, participó en la ceremonia del cierre de la puerta santa en la basílica de San Pedro.

En 1832 el cardenal De Gregorio era penitenciario mayor desde 1829, y Mons. de Mazenod, nombrado obispo de Icosia, lo encontró por lo menos una vez. Hablaron juntos sobre Lamennais, entonces presente en Roma, y de “los horribles principios de L’Avenir” (Cartas de Mons. de Mazenod al canónigo Cailhol, el 18 de agosto, y a los escolásticos, el 11 de setiembre de 1832). El cardenal falleció el 7 de noviembre de 1839.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.