Modesto Demers nació en Saint-Nicolas-de-Lévis, Canadá sur, el 11 de octubre de 1809. Al terminar sus estudios en el seminario en  Quebec, fue ordenado al sacerdocio por el Obispo José Signay el 7 de febrero de 1836. Su primera asignación fue como asistente en  Trois-Pistoles. En 1837 fue enviado como misionero a Saint-Boniface al oeste de Canadá, y al año siguiente a Oregon, con el Padre Norman Blanchet, con los canadienses franceses que trabajaban en la Compañía Hudson Bay y buscando evangelizar a los amerindios.

Los dos misioneros establecieron su residencia en Fort Vancouver en 1838-1839, y después en el área de Fort Willamette. De 1841 a 1843, el Padre Demers visitó a los amerindios en  Cowlitz, Fort Langley y a lo largo de las riberas del río Fraser, hasta Fort Alexandre y Fort George en Nueva Caledonia (que se convirtió en British Columbia en 1868). De 1844-1847 fue pastor en la ciudad de Oregon. En 1846 Oregon fue elevada a provincia eclesiástica; el Obispo Norberto Blanchet fue nombrado arzobispo y el Padre Demers se convirtió en el Obispo de la isla de Vancouver y administrador de las diócesis de las islas Queen Charlotte y Nueva Caledonia.

Fue ordenado Obispo el 30 de noviembre de 1847. Viajó en el este de Canadá y Europa buscando misioneros y fondos. Pasó por Marsella en 1850. El 29 de octubre de 1852 llegó a su diócesis con algunos sacerdotes y estableció su residencia en el pequeño pueblo de   Victoria, donde el Padre Honorato Lempfrit había sido misionero de 1849 a 1852. Sus co-operadores no permanecieron mucho en la diócesis, que en ese entonces contaba con cerca de 2,000 amerindios bautizados (en su mayoría niños) y algunas docenas de canadienses diseminados en los puestos de la Compañía Hudson Bay. El obispo permaneció solo algunos años en Victoria, donde construyó una casa y una capilla, terminadas en 1854. Para mantenerse ocupado, cultivaba una parcela, reparaba los relojes de los misioneros de Oregon y celebraba Misa los domingos y predicaba a los fieles de Victoria. Parece que conoció al Padre Pascual Ricard, quien llegó a Oregon en septiembre de 1847. Entre 1853 y 1856 le escribió 39 cartas a Olympia. Expresó su alegría al recibir algunas noticias del Padre Ricard en el “agujero” donde vivía. No hablaba mucho de su apostolado, era muy severo al juzgar a los blancos y amerindios, explicaba sus dificultades con los pocos sacerdotes que le abandonaron después de escandalosos episodios para ir a trabajar a California. A partir de 1853 contaba con que los Oblatos hicieran una fundación en la isla. Escribió una carta al Obispo de Mazenod solicitándole seis sacerdotes, pero no fue sino hasta 1854 que recibió respuesta del Padre Casimiro Aubert. En ella prometía enviar misioneros, pero sería en algunos años. El 11 de junio de 1854, el obispo Demers confió su decepción al Padre Ricard, añadiendo que necesitaría misioneros tan pronto como fuera posible en Fort Thompson (Kamloops) y en Nueva Caledonia. “A riesgo de ser tomado como profeta,” escribió, “ahí es donde creo habrá misiones bien establecidas.”

El Padre Ricard salió de Oregon a principios de 1857 y fue reemplazado por el Padre Luis D’Herbomez. En 1858, el Obispo de Mazenod recibió una invitación urgente de la Congregación de Propaganda Fide y decidió enviar misioneros a la diócesis del Obispo Demers. Los Oblatos en Oregon las consideraron ser “las misiones que ofrecían la mayor esperanza de éxito en ese vasto país.” (carta del Padre Casimiro Aubert al Padre Francisco Bermond, Febrero 8, 1858 y a D’Herbomez, Abril 20). En el verano de 1858, los Oblatos se domiciliaron en Esquimalt, cerca de Victoria. En menos de dos años habían construido dos capillas, trabajado con los soldados y marineros del Puerto militar y fundado un colegio, que fue transferido a Victoria en 1860. A partir de 1859 algunos de los sacerdotes habían ido al continente a evangelizar a los amerindios en las riberas del río Fraser y fundado la misión de Immaculate Conception cercana al Lago Okanagan. En 1860-1861, los Padres Léon Fouquet, Francisco Jayol y Paul Durieu visitaron a los amerindios en la isla de Vancouver.

En 1860 el Obispo Demers anunció su deseo de renunciar. Los obispos de Canadá y de los Estados Unidos sugirieron el nombre del Padre Alejandro Trudeau, o.m.i., como su sucesor. El Obispo de Mazenod no se opuso al nombramiento, aunque mencionó que no podría darle ningún Oblato, pues no había mostrado gran apego a la Congregación (carta al Obispo Guigues, Noviembre 23, 1860). En 1861, el mismo Padre Trudeau rehusó su nombramiento como obispo (carta del Padre Tempier al Cardenal Barnabò, Febrero 8, 1861).

En 1863, la diócesis de la isla de Vancouver fue dividida, creando el vicariato apostólico de British Colombia y encomendándolo al Obispo D’Herbomez como primer vicario apostólico. En 1865, los Oblatos dejaron la isla de Vancouver. El Obispo Demers continuó en el lugar, realizando poco trabajo en su diócesis. Durante el período de 1866-1869 viajó a Sudamérica, los Estados Unidos y Francia aún en busca de fondos y sacerdotes. Asistió al Concilio Vaticano en 1870 y volvió a Victoria, donde falleció el 21 de julio de 1876.

En un artículo sobre el establecimiento de la Iglesia Católica en British Colombia, (L’implantation de l’Église catholique en Colombie-Britannique) Emiliano Lamirande dijo que el Padre Demers había aceptado aprehensivamente su nombramiento como obispo, añadiendo: “Se multiplicaron las pruebas, la enfermedad en la persona del primer Obispo de la isla de Vancouver tomó el doloroso aspecto que permaneció como su distintivo.”

Yvon Beaudoin, o.m.i.