José Tomás Joannis, abuelo materno de Eugenio de Mazenod, nació en 1717. Doctor agregado en medicina el 26 de noviembre de 1736, fue nombrado en 1770 profesor real en la facultad de medicina de la universidad de Aix. Era miembro de la administración de la ciudad de Aix en el momento de la Revolución. Fue el padrino de Eugenio en su bautismo el 2 de agosto de 1782 y le enseñó el provenzal. Murió en Aix el 9 de noviembre de 1795, poco antes del regreso a Francia de la señora de Mazenod, su hija.

La señora de José Tomás Joannis, Catalina Isabel Bonnet, nació hacia 1730. El matrimonio tuvo tres hijas: María Rosa Eugenia, madre de Eugenio, nacida en Aix el 29 de mayo de 1760, María Sofía Adelaida, nacida el 13 de setiembre de 1763 y muerta el 14 de marzo de 1766, e Isabel Gabriela Alejandrina, nacida el 3 de noviembre de 1765, casada con Jacinto Enrique Dedons, fallecida el 6 de junio de 1807. La Sra. Joannis emigró a Niza con sus hijas durante unos meses en 1791. Regresó en seguida a Francia y logró recuperar los bienes de los Mazenod para su hija. El Sr. Carlos Antonio de Mazenod, padre de Eugenio, no amaba a la Sra. Joannis, a la que consideraba autoritaria y celosa de sus hijas.

Al volver del exilio en 1802 y hasta su ingreso en el seminario en 1808, Eugenio vivió en la casa de los Joannis con su madre y su hermana, su tía Dedons y el hijo de ésta Emilio, y con la Sra. Joannis a la que quiso mucho y fue querido por ella (Eugenio a su padre, 5 de noviembre de 1802 y 15/16 de julio de 1803). Fue algunas veces a pasar el verano con ella a su castillo de San Julián cerca de Martigues. Le escribió 11 cartas de 1802 a 1811 y la mencionó más de cien veces durante el mismo período en las cartas al padre, a la madre y a la hermana. Ella sostuvo a Eugenio en su vocación en 1808 y se hizo cargo de los gastos de sus estudios en París.

Eugenio no fue a Aix de vacaciones en el verano de 1811 y fue entonces cuando falleció la Sra. Joannis el 15 de agosto. El 7 de septiembre escribe a su hermana: “No empezaré diciéndote el efecto que me produjo la aplastante noticia de la muerte del ser que me era más querido; eso sería aumentar inútilmente el dolor que tú misma sientes, sin disminuir en nada el exceso del que a mí me embarga”. Sólo el 1 de mayo de 1813 puede anunciar esa noticia a su padre. Le escribe: “Yo era su hijo querido y nunca una madre ha sido más tiernamente amada que como yo la amaba; por eso su muerte fue para mí la prueba más cruel que yo podía soportar. No he conocido nada más perfecto en la tierra; ella ha sido víctima tanto de su ternura como de su dedicación a sus hijos. Murió en San Julian donde se encontraba sola con Emilio”. En 1823 el cuerpo de la Sra. Joannis fue trasladado de San Julián al Enclos, cerca de Aix, y luego en 1844 fue depositado en el panteón de los Oblatos y de los Boisgelin en el cementerio de Aix (Diario, 22-5-44 y 21-4-45).

YVON BEAUDOIN, O.M.I.