Nació en Chantemerle (AltosAlpes) el 12 de febrero, 1798
Ordenación sacerdotal en Digne en 1822
Toma de hábito en N.-D. de Laus el 21 de setiembre, 1822
Profesión en Aix el 9 de febrero, 1823 (no 14)
Muerte en Aix el 20 de abril, 1823.

Santiago Antonio Jourdan nació en Chantemerle, cerca de Briançon, diócesis de Gap, el 12 de febrero de 1798, hijo de Antonio y de Petronila Blanchard. Inició el noviciado en Notre-Dame de Laus el 21 de setiembre de 1822, poco después de su ordenación sacerdotal en Digne. Hizo la oblación en Aix el 9 de febrero de 1823.

Murió poco después de su oblación. El P. Courtês que era entonces su superior en Aix, escribió estas pocas líneas, las únicas que tenemos sobre las circunstancias de su muerte. El padre Jourdan “tenía un carácter suave, tímido e inclinado al escrúpulo”. El P. de Mazenod le escribió varias cartas desde París “hechas para tranquilizar una conciencia del todo desorientada. Sus buenos consejos resultaron inútiles. El mal hacía progresos alarmantes. El que entonces estaba al frente de la casa de Aix, demasiado poco experimentado para discernir entre una situación moral, resultado de simples escrúpulos, y la que procedería de una alienación mental, solo pensó en tomar las medidas extremas cuando era demasiado tarde”. El P. Bourrelier le custodiaba de día y de noche. “Un solo momento en que el guardián se olvidó dio lugar a lamentos perpetuos. En fin, el pobre enfermo, agotado en las fuerzas morales y físicas, murió un Domingo. El P. Jourdan tenía las convenientes a un hombre de comunidad. Manso y humilde, habría edificado por mucho tiempo a la sociedad con su regularidad y su obediencia, si los escrúpulos, demasiado descuidados, no hubieran dañado su cerebro y quebrado una existencia todavía tan joven”.

El P. Courtès habla de cartas del Fundador No se ha encontrado más que la del 30 de marzo, bien hecha para alentar. Ahí dice, entre otras cosas: “Mi muy querido Jourdan, que la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con usted. ¡Cómo! ¿no poseería usted esa preciosa paz que el divino Maestro vino a traer al mundo?… Yo le declaro en nombre de Dios que usted está en su amistad, Sólo contrista su corazón paternal no teniendo bastante confianza en su bondad” (Escritos Oblatos, I, t. 6, no 99).

Luego, el Fundador tranquiliza a sus padres sobre la certeza de la salvación del difunto: “¿Qué te diré, querido hijo; de la desgracia que nos ha consternado a todos?, escribe desde París al P. Sumien el 2 de mayo de 1823. Estoy estupefacto y apenas puedo creerlo. Pero no comparto tus temores sobre la salvación de su alma”. En la misma forma escribe al P. Tempier desde Turín el 24 de mayo de 1826: Podemos, contar en el cielo “a nuestro pobre Jourdan que era muy santo, y cuyo género de muerte no podría imputarse a su voluntad”. Dudó sin embargo a principios de 1829 porque el Padre Suzanne, antes de morir insistió para que no olvidara al pobre Jourdan que le había dado a conocer que se quejaba de nosotros en el purgatorio. Es posible que no se hayan hecho por él todos los sufragios que fueron determinados más tarde a favor de los nuestros”. Pide entonces a todos los Oblatos que celebren una misa a la intención del Padre Jourdan (Carta al P. Courtàs, 19-2-29). El P. Jourdan fue el primer Oblato muerto en la Congregación.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.