La misión de Kandy cubría la mayor área de la Provincia Central de Sri Lanka, que en 1861 era de 8,305 km2, con 285,000 habitantes. Ese año, el Vicariato Apostólico del Sur o de Colombo, comprendía las Provincias Sur, Oeste y Central.

Al tomar el camino principal hacia el este desde Colombo, cerca del letrero del km 50, se entraba a la Provincia Central o misión de Kandy. Esta era la parte más importante del último reinado de gobernantes nativos, llamado el Reino de Kandy, conquistado por los ingleses en 1815. Estaba rodeado por y conformado de montañas de cualquier tamaño, algunas muy altas de reluciente piedra negra, y todas con algunas excepciones, más o menos cubiertas con vegetación y altos árboles. La población nativa era por completo cingalesa y budista.

Por lo tanto, dos diferentes tipos de personas parecían estar reemplazando a los nativos y ayudando de forma indirecta a extender la fe católica. Se trataba de los tamil, provenientes de la India al sector de las plantaciones y de los cingaleses, provenientes de las Provincias marítimas de Sri Lanka. Los tamil eran los únicos que trabajaban en las plantaciones de café. Los cingaleses de las provincias marítimas estaban diseminados por doquier en la provincia Central, como sirvientes o empleados en comercios. Con ellos comenzaron algunas pequeñas comunidades católicas en pequeñas misiones, que con la ayuda de Dios tuvieron fruto. La misión de Kandy se extendía por casi toda la provincia Central, bordeando al oeste con Siyane Korale, al suroeste con Hewagam Korale, al este con el  Vicariato de Jaffna, y en forma similar hacia el norte-noreste. En la parte más ancha su extensión era de más de 160 km.

Según el reporte Eclesiástico del Vicariato Sur de 1852, había siete centros de misión, localizados en Kandy, Kurunegala, Kegalle, Gampola, Nuwara Eliya, Palagolla y Badulla. Ese mismo año había 2,714 católicos en la misión. La aldea de Wahacotte, un pequeño territorio a 61 km al noroeste de Kandy, era propiedad de y habitado por completo por católicos. Se decía que eran de origen portugués.

Llegada de los Oblatos

En 1851, el Obispo Eugenio de Mazenod, a solicitud de Propaganda Fide envió al primer grupo de cuatro Oblatos al Vicariato Apostólico del Sur, primero en Colombo. Quedaron bajo la jurisdicción del Obispo José Maria Bravi, Silvestrino, Vicario Apostólico de Colombo, mientras que los Oblatos que ya se encontraban desde 1847 en el Norte, estaban bajo la jurisdicción del Obispo Horacio Bettachini, Oratoriano, Vicario Apostólico de Jaffna. Ambos grupos tenían al P. Étienne Semeria, o.m.i. como Superior Religioso.

En 1858, los Padres Adrián Duffo, o.m.i., y Domingo Pulicani, o.m.i., fueron los primeros Oblatos en la misión de Kandy. Había iglesias dedicadas a St. Anthony, St Mary, St. Thomas, St. Francis, y St. Joseph. Ambos trabajaban juntos y uno debía permanecer en Kandy mientras el otro visitaba las lejanas estaciones importantes de la misión. En palabras del P. Pulicani, su misión era “Además de la iglesia en Kandy, tenemos ocho capillas en el vecindario que visitamos por turnos. En las propiedades alrededor hay más de 20,000 tamil que no tienen ninguna instrucción. En cuanto aprendamos el idioma iremos a colocar nuestras tiendas en una propiedad y en otra. En Kandy, los domingos damos dos instrucciones, una en inglés y la otra en cingalés. Visitamos el hospital civil, el hospital militar y las prisiones.”

El P. Duffo escribió “Nuestro día comienza muy temprano y termina a las 10 de la noche; es muy corto para poder atender todo lo que nos reclama. Además del ministerio interno y externo como escuchar confesiones, preparar nuestras instrucciones, visitar a los enfermos, etc., regularmente vamos cada semana a los hospitales civil y militar y a las prisiones. Debemos tratar con muchos diferentes caracteres. Además de los indígenas, hay ingleses, portugueses (burgueses), tamil y franceses de Pondicherry y Mauricio.”

También visitaban regularmente las plantaciones de café, donde atendían las necesidades de los trabajadores pobres en ellas. El único medio de transporte era una pequeña carreta tirada por dos toros, o a pie. Permanecían en cada propiedad por algunos días, visitaban a las familias católicas, buscaban a las ovejas perdidas, enseñaban el catecismo a los niños, instruían a los ancianos, escuchaban confesiones, casaban a las parejas jóvenes, corregían los matrimonios irregulares, celebraban la Eucaristía y administraban los Sacramentos.

Con los prisioneros
En noviembre de 1859, los Padres Pulicani y Duffo contribuyeron a la conversión de ocho criminales condenados a muerte en Kandy. En 1861 el P. Pulicani estaba en Wahacotte, donde dedicó todo su esfuerzo al bienestar moral y material de los católicos del lugar, pero fue transferido a otra misión. De inmediato le sucedió el P. Juan Perréard, o.m.i., como socio del P. Duffo.

Durante sus visitas regulares a la prisión, el Pr. Duffo tuvo oportunidad de contactar, instruir y bautizar a muchos prisioneros. Entre ellos, sobresalió la conversión del famoso forajido Saradiel. Por casi mes y medio, desde el día que fue arrestado y encarcelado  (Marzo 21, 1861) hasta el día de su ejecución (Mayo 7, 1861), el P. Duffo lo visitó regularmente en la cárcel, en compañía del P. Perréard. Al principio solo hablaban de religión en forma indirecta. Su intención fue primero ganar su confianza. Con el pretexto de distraerlo de sus preocupaciones, le dieron algunos libros, como las Vidas de los Santos, el Pequeño Catecismo, una Corta Historia del Testamento Antiguo y Nuevo, Virtudes y Cosas Duraderas etc.. Gradualmente se hizo dócil y dispuesto a razonar y en cuestión de días de arrepintió por completo de sus errores. El P. Duffo continuó visitándolo e instruyéndolo en la fe cristiana y el día anterior a su ejecución, el 6 de mayo de 1861,  Saradiel, solicitó por sí mismo recibir el Bautismo, convirtiéndose en cristiano. El día de la ejecución, el P. Duffo lo acompañó al patíbulo, donde Saradiel se arrodilló, rezó y pidió perdón por los crímenes cometidos en el pasado. Perdonó a quienes lo traicionaron y dijo estar feliz de morir en reparación de sus pecados.

El P. Duffo escribió en 1863 al Obispo Semeria: “He aquí diez nuevas iglesias o capillas que hemos construido y bendecido durante los seis años en la Misión de Kandy. De ello, Su Señoría puede juzgar por usted mismo el avance de nuestra Misión y las conversiones obtenidas desde nuestra llegada’’.

En 1864, el P. Perréard visitó Dambulla, un pequeño pueblo en el camino de Kandy a Trincomalee, donde había un famoso templo budista en la cueva de una montaña rocosa de 180m de alto. El P. Perréard deseaba colocar la Cruz de Cristo en ese pueblo budista y construyó una iglesia. En Nawalapitiya, donde predicó para las novenas en el mes de diciembre de ese año, bautizó a muchos y preparó algunos protestantes para ser admitidos a la Iglesia. También visitaba regularmente las plantaciones y atendía las diferentes necesidades de los trabajadores pobres. Los Padres Duffo y Perréard continuaron su ministerio en la misión de Kandy hasta 1865.

A principios de 1866 la Administración General de los Oblatos decidió retirar a los tres Oblatos del Vicariato de Colombo y unirlos a los del Vicariato de Jaffna. De nuevo en 1883, Propaganda Fide encomendó el vicariato de Colombo a los Oblatos y transfirió al Obispo Ernesto Cristóbal Bonjean, o.m.i., de Jaffna al vicariato. Los Oblatos llegaron nuevamente y extendieron su ministerio a la mayor parte del vicariato

Según el reporte del Obispo Bravi el 6 de septiembre de 1858 acerca de su Visita Pastoral, había 8 iglesias en toda la misión, con una población de 3,000 católicos, quienes en su mayoría vivían en el pueblo de Kandy, incluyendo a 450 personas en la aldea de Wahacotte.

Jerónimo Velichor, o.m.i.