1. Superior de los seminarios de Ajaccio (1846-1856) y de Fréjus (1856-1859)
  2. Superior en París (1859-1865)

Nacido en Marsella el 1 de mayo de 1812
Tomó el hábito en San Justo el 1 de mayo de 1829
Oblación en San Justo el 1 de mayo de 1830 (n° 38)
Ordenado sacerdote en el Calvario el 1 de noviembre de 1834
Dispensado de los votos el 16 de marzo de 1866

Juan José Magnan nació en Marsella el 1 de mayo de 1812. Empezó el noviciado muy joven el 1 de mayo de 1829 en San Justo, donde hizo su oblación el 1 de mayo de 1830. Fueron sus maestros de novicios los Padres Bruno Guigues, José Capmas y Juan Bautista Honorat. Estudió la teología en Billens de 1830 a 1832 y luego en el seminario mayor de Marsella en 1833 y 1834, aunque residía en el Calvario, donde el P. Casimiro Aubert era maestro de novicios y director de los escolásticos. Este escribe el 20 de abril de 1834 en un informe sobre los oblatos: “Magnan y Semeria ocupan indiscutiblemente el primer puesto por su regularidad y por su buen carácter”.

Juan José fue ordenado sacerdote por Mons. de Mazenod en la capilla del Calvario el 1 de noviembre de 1834 y recibió la obediencia para la casa de Aix, donde estuvo hasta 1845. El superior de esa comunidad, P. Hipólito Courtès, estuvo siempre descontento de todos sus colaboradores. Especialmente hizo sufrir al P. Magnan, a quien no soportaba, aunque lo consideraba indispensable. El 11 de noviembre de 1836 escribe el Fundador al P. Courtès: “Veo con pena lo que me dices del P. Magnan, después de los elogios que había merecido de ti. Me dices que ha perdido la aptitud que empezaba a tener para la tarea de la localidad. Hay que concluir que esa tarea es impracticable, ya que, entre todos los miembros de la Sociedad, Magnan es quien se ha resignado a ella de mejor gana, quien llegó incluso a hacer de buen grado por espíritu religioso y por deber lo que a todos repugna, y quien no se niega a nada más que a lo imposible. Digo que si ese excelente individuo no es apto para cumplir los ministerios que ha asumido la casa de Aix, es del todo necesario renunciar a seguir atendiéndolos. Ese juicio que emites sobre él es una de las cosas que más me ha apenado, porque hasta ahora me complacía el haber encontrado a alguien que había sabido resignarse por virtud y que, después de todo, tenía suficiente capacidad para cumplir dignamente lo que su celo muy sincero y muy verdadero le animara a emprender”.

El P. Magnan por cierto fue siempre bastante independiente, con ideas personales que le gustaba expresar. Tenía éxito en todo, incluso en música. El Fundador escribe en su Diario el 16 de junio de 1837: “El P. Mouchel me ha mostrado inquietud acerca del P. Magnan al que acusa de excesiva pasión por la música. Tuve que invitar a la moderación a ese buen Padre Magnan que reúne en el mismo grado la ligereza y la gravedad, el celo por la perfección y la negligencia, el amor propio y la caridad; su carácter necesita un continuo trabajo de reforma”.

En el otoño de 1837 Mons. de Mazenod constata que el P. Courtès no perdona al P. Magnan “el haber juzgado de otro modo que él en cosas que le interesaban mucho”. Decide enviarlo como ecónomo al seminario de Ajaccio. El P. Courtès protesta y no quiere dejarlo salir, pues dice que es su “súbdito más ocupado y el más presentable… Le había mandado, escribe al Fundador, dar el retiro de Mallemort, había figurado en el acto de desagravio de La Fare con ocasión del sacrilegio que se había cometido en la parroquia y se había preparado para un retiro proyectado en Rognes. Más cuidadoso que en el pasado de la comunidad de los hijos de la Caridad, acababa de fundar entre ellos una congregación. Ha ganado clientela en nuestra iglesia. Ciertamente tiene defectos; el conocimiento de éstos que yo le proporcionaba a usted tenía también por objeto darle a usted elementos para corregirle, ya que entre sus cualidades, que son una adhesión sincera a la Congregación y una concepción religiosa de la virtud de la obediencia, descubro un gran afecto a la persona de usted, lo que no puede menos de serle saludable”.

El P. Magnan es representante de la casa de Aix en el Capítulo general de 1837 y continúa en Aix, aunque el P. Courtès siga quejándose de él. En su Diario el 29 de diciembre de 1838 Mons. de Mazenod dice que recibe una carta de Courtès que añade “un largo párrafo sobre Magnan, dictado por la prevención más exaltada”. De 1838 a 1845 el P. Magnan predica mucho e incluso va a reemplazar ocasionalmente a otros misioneros en N.S. de Laus, N.S. de l’Osier y N.S. de Lumières.

Durante el año escolar 1845-1846 es llamado al seminario mayor de Marsella como profesor de moral y director espiritual de los seminaristas. El 11 de mayo de 1846 el Fundador lo nombra ‘suplente’ de Mons. Guibert, primer asistente general.

Superior de los seminarios de Ajaccio (1846-1856) y de Fréjus (1856-1859)

Tras la muerte del P. Noel Moreau el 2 de febrero de 1846, hace falta nombrarle un sucesor en el seminario mayor de Ajaccio. Mons. Casanelli d’Istria rehúsa a los Padres Juan Lagier y Esteban Semeria. Acepta al P. Courtès, al que no deja salir de Aix el arzobispo. El nombrado para eso el P. Magnan en el consejo general el 22 de junio. Va a Córcega para el comienzo del año escolar y durante diez años tiene correspondencia regular con el Fundador. Este le invita a dirigir lo mejor posible a los directores y profesores, a consultarles en los consejos que se realizan regularmente, a llevar en orden las cuentas y someterlas al obispo, etc. El seminario marcha bien, sobre todo desde que, en 1850, salen los seminaristas menores que van a habitar en un local separado. El número de los seminaristas se mantiene en torno a los cincuenta.

En 1855 el superior se disgusta con Mons. Casanelli d’Istria y sobre todo con Mons. Sarrebayrouse, su auxiliar, administrador de los seminarios, que impone su modo de ver. El P. Casimiro Aubert, provincial del Sur, hace la visita canónica en abril de 1956 y juzga necesario reemplazar al P. Magnan con el P. Jacques Santoni, de origen corso, que termina sus funciones de provincial en Canadá. En carta de 24 de agosto el P. Aubert anuncia ese cambio al obispo y lo justifica con el mal estado de salud del superior, que “ha sufrido, sobre todo en estos últimos tiempos, una notable alteración”.

Con todo, la salud del P. Magnan no parece causar muchas preocupaciones a las autoridades oblatas, pues ya el 17 de agosto, unos días antes de la carta del P. Aubert al obispo, el consejo general le nombró superior del seminario mayor de Fréjus en reemplazo del P. Juan Lagier, nombrado para el seminario mayor de Quimper, cuya dirección acababa de aceptar la Congregación. En carta del 3 de septiembre de 1856 Mons. de Mazenod anuncia ese cambio a Mons. Jordany, obispo de Fréjus: “El superior que le destino y que tengo el honor de presentarle es un hombre muy capaz, de buen carácter, de muy buenos modales y ya experimentado en el ministerio de los seminarios mayores. Desde hace diez años es superior del seminario mayor de Ajaccio y tuvo el talento de vivir durante ese largo espacio de tiempo en la mejor armonía, no solo con los obispos (uno de ellos le otorgaba su confianza íntima en la confesión) sino también con todo el clero de la diócesis…”

Poco después de su llegada a Fréjus, el 23 de noviembre de 1856, el P. Magnan anuncia a Mons. de Mazenod que su salud es buena y que está satisfecho con la conducta de los Padres, del personal y de los 57 seminaristas. Pero a Mons. Jordany no le gusta ese superior que, al parecer, está poco en su asunto. En el acta del consejo general del 26 de septiembre de 1858 se lee esto: “El P. Magnan recibirá algunos avisos un poco rigurosos acerca de la negligencia que se le reprocha en el cumplimiento de sus deberes de superior”. En junio de 1859 el Fundador escribe al P. Ambrosio Vincens , provincial del Norte, que ha nombrado al P. Magnan superior de la nueva casa de París y, añade, “será un grave problema reemplazarle en Fréjus, no porque él haga mucha falta allí, sino porque vamos a dejar desmontado a Vico quitándole al P. Balaïn”, que será nombrado para Fréjus.

Superior en París (1859-1865)

Las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos tienen entonces en París varias casas y obras. Desde su afiliación a la Congregación en 1859 piden oblatos como capellanes. Para permitir a esos Padres vivir en comunidad, Mons. de Mazenod decide abrir una casa en la capital. Busca en vano una parroquia. En 1859 encuentra una habitación provisional en la calle ‘des Batignolles’ n. 22 y manda allí a los Padres Magnan, Carlos Baret y León F. Delpeuch. Hacen falta, escribe al P. Provincial “hombres regulares, edificantes, aptos para dirigir comunidades religiosas y capaces de descollar en los púlpitos de París”.

En abril de 1860 los oblatos compran, a un precio muy elevado, un terreno en el barrio de Europa, entonces en el extremo norte de la ciudad, en la calle San Petersburgo, n. 26. En año y medio, los Padres Magnan y Baret, ecónomo, hacen construir una casa grande y una capilla. Allí se celebra el capítulo general de diciembre de 1861 y allí se instala, el año siguiente, la administración general. Los Padres de la casa predican bastante en París, mientras se ocupan de los fieles que frecuentan la capilla.

En 1865 los Oblatos compran lo que queda de la abadía real de Royaumont situada a 30 km. al norte de París. Según el P. Ortolan esa compra es querida por el P. José Fabre que se propone colocar allí a los escolásticos, que crecen en número y pronto se van a encontrar apretados en el antiguo convento de las visitandinas de Autun , donde se alojaron al dejar Montolivet en 1862. En el registro de los consejos generales de 1865 a 1867 aparece que el P. Magnan ha comprometido su responsabilidad, sin la autorización de sus superiores, por la suma de al menos 210.000 francos. ¿Buscó esos préstamos para comprar Royaumont o para las construcciones de París? No se ve claramente. Lo cierto es que el P. Magnan no logra rembolsar sus préstamos y que la Congregación es incapaz, o al menos rehúsa hacerlo. Decide deshacerse cuanto antes de Royaumont. El asunto pasa a los tribunales. El arzobispo de París no quiere más al P. Magnan en la diócesis. El 16 de marzo de 1866 éste pide y obtiene en seguida la dispensa de los votos “para aliviar a la Congregación de las deudas que él había contraído”.

Entre sus asuntos financieros oscuros, el P. Magnan recibió muchas intenciones de misas que no celebró. En 1867 pide a la Congregación que reembolse el precio de una propiedad que ha recibido en herencia y que el P. Tempier ha vendido. Propone al P. Fabre dejarle esa cantidad a condición de que se manden celebrar misas a los Oblatos a fin, dice, de saldar al menos mi deuda con las almas del purgatorio. En carta de 1 de noviembre de 1867, el P. Fabre responde que la herencia recibida de 1837 a 1845 asciende a unos 10.000 francos y que con esa suma mandará celebrar misas.

La Congregación debe mucho al P. Magnan que predicó con éxito en varias diócesis y desempeñó funciones importantes. Sus cartas de 1865 a 1867 nos dejan ver sobre todo su profunda pena: su padre está moribundo en Marsella; sufre al verse alejado de la Congregación, su madre; nunca perteneció a una diócesis y no sabe qué hacer. En 1869 pide que la Congregación le otorgue una pensión de mil francos anuales. Se ignora si se le concedió. El 16 de julio de 1891, en carta al P. Fabre, una señorita de Mâcon, María Gardial expresa que está dando una pensión vitalicia al abate Magnan y que tras la muerte de éste dará dinero para las obras de los Oblatos. Él fue vicario auxiliar en la parroquia San Vicente de Mâcon desde 1873 hasta su muerte acaecida el 5 de febrero de 1893.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.