Mannar es la isla mayor fuera de la costa noroeste de Sri Lanka, unida a tierra firme por una carretera elevada. Se localiza en la punta este del puente Adam. La isla de Mannar es un área de casi 130 km2,  con una extensión de 32 a 35 km con 1.5 km de ancho en algunos lugares y de 2.4 km en otros. Es una isla desértica, arenosa.

Una fuerte tradición dice que un Padre Francisco Javier predicaba el Evangelio en la isla. También dice que los habitantes de Mannar lo invitaron de la India, pero al no serle posible envió a otro sacerdote conocido como Francisco Javier, para instruirles y bautizarlos. Alrededor del año 1544 el rey de Jaffna, llamado Sankily, mandó asesinar a los casi 650 convertidos que confesaron su fe en Jesucristo. La sangre de los mártires se vertió en la tierra, así los cristianos del lugar pueden estar orgullosos de llamarse  ‘Hijos e Hijas de Mártires’.

En la primera etapa de la historia de los Oblatos en Sri Lanka, la misión de Mannar comprendía toda la isla, situada en la Provincia del Norte. La Provincia del Norte, la del Este y la del Noroeste son tres de las seis provincias en las que se dividía la administración civil del entonces Ceylán, que en conjunto formaba el Vicariato de Jaffna o del Norte. En 1861 la Provincia del Norte contaba con un área de 8,683 km2 con una población total de 315,000. Cada provincia se dividía en varias misiones.

De acuerdo al reporte ‘Las Varias Misiones de Ceylán’ enviado por el Obispo Cayetano Antonio, Vicario Apostólico de Ceylán a Propaganda Fide el 12 de febrero de 1844, la misión de Mannar tenía una población católica de 6,026 personas. Había veintiséis iglesias, de las cuales siete eran de piedra recubierta de mosaico; las demás eran de barro, sin paredes, puertas ni ventanas, abiertas al frente. Los pisos estaban cubiertos con arena.  La distancia entre ellas era de 3 km, 5 km y 1.5 km, seis dedicadas a Blessed Virgin Mary, cinco a St. Anthony, dos a St. Peter the apostle, dos a St. Sebastian, una a St. Lucia, otra a St. Nicholas, otra a St. Andrew the Apostle, otra a St. Philip Neri otra a St. Bartholomew the apostle, otra a St. Thomas the Apostle, otra a St. Francis Xavier, otra a St. James the apostle, otra a St. Paul the Apostle, una a St. Lawrence the Martyr, y una a St. Anne.

Llegada de los Oblatos
El 28 de noviembre de 1847 llegaron los Misioneros Oblatos de María Inmaculada a Sri Lanka, por invitación del recién nombrado Vicario Apostólico de Jaffna, Obispo Horacio Bettachini, Oratoriano italiano. El primer grupo de cuatro Oblatos, los Padres José Alejandro Ciamin, o.m.i., Luis María Keating, o.m.i., y el Hno. Gaspar de Steffanis, o.m.i., con el P. Étienne Semeria, o.m.i. como superior, llegaron por barco a Galle. Después de algunos días en Colombo mientras esperaban con el Obispo Bettachini su barco hacia el norte, se detuvieron en Mannar, donde había un sacerdote Goano, el P. Miguel Philip, quien era cismático y se rehusaba a obedecer al Obispo. La misión aledaña de Mantotte, había quedado vacante a principios de 1847, debido al fallecimiento del P. Joaquín Gabriel, Oratoriano Goano. Como resultado, el P. Miguel Philip había mudado su residencia a Mantotte. El Obispo Bettachini instaló al P. José Ciamin como pastor de la extensa área de la misión de Mannar-Mantotte el 8 de febrero de 1848. Los demás miembros del equipo continuaron su viaje, llegando a su destino, Jaffna, el 10 de marzo de 1848.

Los sacerdotes cismáticos eran algunos de los sacerdotes Goanos del Sistema Padroado que no aceptaron la transferencia de la Iglesia de Sri Lanka del sistema Padroado al de Propaganda del Papa Urbano VIII, estableciéndolo como Vicariato Apostólico separado de Cochin y quedando bajo la jurisdicción directa de la Congregación de Propaganda Fide. El conflicto entre Padroado y Propaganda desarrolló un cisma en Sri Lanka, ocasionando un daño inmenso a la Iglesia católica. Algunos de los Padroaditas volvieron a su país y otros permanecieron, ocasionando interminables problemas a los misioneros enviados por la Propaganda. El Miguel Philip y el Rev. M. F. Mascarenhas fueron los sacerdotes cismáticos jefes en Mannar.

El P. Ciamin inició su carrera misionera con un auténtico celo apostólico y gran esperanza. Sin hablar el idioma tamil, que era el único que se hablaba, debió haber sido muy difícil para el joven sacerdote manejar esa vasta misión. El Obispo le dio a su propio catequista para ayudarle, y el P. Ciamin comenzó de inmediato a aprender el tamil y pronto pudo dar instrucciones y exhortar a la gente.

El Obispo Bettachini envió al P. Semeria a la India el 22 de mayo de 1848, para ver la posibilidad de conseguir dos Jesuitas que hablaran tamil y le acompañaran en su visita pastoral de uno o dos años y hacer un estudio del ministerio de los Jesuitas en el Colegio en Negapatam y el Seminario Jesuita en Pondicherry, pues el Obispo tenía la idea de abrir escuelas en su vicariato. Como resultado, el Obispo Alexius Canoz S.J., Vicario Apostólico de Trichinopolio, envió a su propio vicario general, el P. Castanier, S.J. a Jaffna, a fines de mayo de 1848. El P. Bruni S.J. llegó al vicariato en enero de 1849 para reemplazarlo. En marzo de 1849 el Obispo Bettachini decidió dar la misión de Kayts y Mannar a los Jesuitas. Así, el Mgr. Alexius Canoz S.J. envió a otro Jesuita, el P. Federico Rapatel, S.J., al Vicariato de Jaffna. Los Padres Bruni S.J. y Rapatel tomaron la misión de Mannar en mayo de 1849, pero el P. Bruni S.J. volvió a la India en septiembre de 1850, siendo reemplazado por el P. L. Saint-Cyr, S.J. Algunos otros llegaron después por cortos períodos, hasta 1851 en que los Jesuitas decidieron retirar a sus hombres de la misión de Mannar y del Vicariato de Jaffna en 1852.

Muchas presencias
Por lo tanto, el P. Ciamin fue enviado de la misión de Mantotte donde trabajaba con el P. José Vivier, o.m.i, a la misión de Mannar el 14 de septiembre de 1851. En 1852 se hizo una transferencia mutua, pues el P. Ciamin fue asignado a la misión de Mantotte y el P. Vivier a la de Mannar. El P. Vivier estuvo ahí hasta 1856. En 1853, los Padres Luis María Keating y León Juan Bautista Pélissier, o.m.i., fueron asignados a la vasta misión de Mannar-Mantotte-Vanny, con las iglesias en la isla de Delft y en Anuradhapura. Cuando el P. Pélissier fue transferido, el P. J. B. Emilio Flurin, o.m.i., lo reemplazó en agosto de 1855. Ese mismo año enfermó el P. Vivier, por lo que el P. Constante Chounavel, o.m.i., se unió al grupo para atender la misión de Mannar-Mantotte-Vanny. Durante su estancia en la misión, el P. Vivier iba por la calles de Pesalai, recogía a sus  niños y les daba clases diarias de instrucción religiosa. Hacía lo mismo para los adultos cuatro veces por semana. El pueblo llamado Pesalai era una de las grandes estaciones en la misión de Mannar y había alrededor de 1,500 católicos en esa época. Las misiones de Mannar-Mantotte-Vanny con otras iglesias vecinas se habían mantenido juntas hasta 1857. La misión de Mannar se separó en septiembre de 1857, quedando a cargo del P. Federico Mouchel, o.m.i., y continuando en ella hasta 1860. Fue sucedido por el P. Juan Le Bescou, o.m.i., y después por el P. Juan María Le Lons, o.m.i., en mayo de 1860.

El P. Le Lons permaneció ahí por muchos años y nos dejó un registro de lo que vivió en Mannar. Ahí generalmente se realizaban dos viajes de misión al año, uno de junio a septiembre y el otro de noviembre a febrero. En ellos vivían con la gente dando instrucciones religiosas, administrando los sacramentos, calmando problemas sociales, etc. Hizo un viaje de este tipo con el P. Boutin, o.m.i., en 1863. Comenzaron el 8 de mayo con una visita a Sirutoppu, una aldea cercana a Pesalai. Prepararon a la gente durante la Cuaresma y celebraron la Pascua con ellos. Después siguieron a Oleitoduvai, donde celebraron Pentecostés, visitando casas y bendiciendo la aldea. Posteriormente visitaron una comunidad católica en la iglesia St. Philip Neri, donde había 200 católicos. Salieron hacia la aldea llamada Thalvupadu, con 370 católicos que eran muy pobres, permaneciendo algunos días en el lugar, realizando servicios religiosos. Después fueron a Talaimannar, una estación en la parte más al oeste de la misión, con cerca de 600 católicos, donde celebraron la fiesta de la Asunción. El P. Boutin se quedó ahí y el P. Le Lons fue a las demás aldeas de la estación. Visitó la comunidad de la iglesia Sts. Peter and Paul en Oleitoduvai, y después Tulukutti. Volvieron a Mannar. El P. Le Lons colocó la primera piedra para la nueva iglesia en Thalvupadu.

En el reporte que el Obispo Semeria envió a Propaganda Fide el 3 de septiembre de 1861, dijo, “hay muchos a quienes les preocupa muy poco su bienestar espiritual, debido al alcoholismo, supersticiones y prácticas de magia. Cerca de 500 de ellos cayeron en el cisma y alrededor de 250 aún perseveran en ello. Para llevarlos de nuevo al sendero de paz y salvación eterna, el Señor les ha enviado varias veces una epidemia de cólera. Muchos eligieron morir como paganos, no deseando volver. Sin embargo, algunos escucharon el consejo y la petición de su misionero legítimo, quien hizo todo lo posible para devolverlos y reconciliarlos con la Iglesia y con el Padre de la Misericordia. En la isla de Mannar hay cerca de 250 o 300 protestantes; los paganos son difícilmente 100; pero los Mahometanos (musulmanes) son 3,580’’.

Según el mismo reporte, había seis iglesias y veinticuatro capillas, con 4,529 católicos. De acuerdo a esta información, la población católica era menor que la reportada el 12 de febrero de 1844. La población total de la isla fue reportada en 10,000 ese mismo año.

La misión de Mannar se encuentra ahora en la Diócesis de Mannar, tomada de la diócesis de Jaffna en 1981. El Obispo Semeria del Vicariato de Jaffna, fue sucedido por el Obispo Ernesto Cristóbal Bonjean, o.m.i., en julio de 1868. La sucesión continuó hasta el Obispo Jerónimo Emiliano Pillai, o.m.i., quien falleció el 17 de julio de 1972. Fue el último Obispo Oblato en la diócesis. La presencia de los Oblatos aún continúa en varios ministerios de la diócesis de Mannar.

 

Jerónimo Velichor, o.m.i.