De 1818 a 1825 la Congregación llevó el nombre de Misioneros de Provenza. Después de que, en marzo de 1825, se fundó la casa de Nîmes en el Languedoc, fuera de Provenza, el Fundador dio a su sociedad el nombre de Oblatos de San Carlos. “El título de Misioneros de Provenza ya no podía convenirle, no tenía razón de ser, escribe el P. Rambert, era demasiado exclusivo, estrechaba demasiado la acción de una familia visiblemente llamada por Dios a crecer, a multiplicarse y a extenderse. Podía incluso perjudicar a las vocaciones y alejar a hombres que, sintiéndose llamados a ser misioneros, no tuvieran la voluntad formal de consagrarse a las misiones de Provenza. Todos en la pequeña familia lo habían sentido y captado; por eso, en el momento en que el Fundador iba a salir para Roma a fin de solicitar la gracia de no ser ya una congregación diocesana, sino de convertirse en una verdadera sociedad religiosa, se tomó de común acuerdo la decisión de elegir otro nombre. El de Oblatos de San Carlos se presentó en primer lugar a la mente de la mayoría. San Carlos no solo era el modelo del clero, sino también el patrono del venerado Fundador; era además el protector secular de la familia de los Mazenod, cuyos primogénitos, de padres a hijos, llevaban todos su nombre. Parecía conveniente que la familia espiritual de aquel en quien se iba a extinguir el apellido de Mazenod heredara, para perpetuarlo, el nombre de San Carlos” (RAMBERT, I, p. 429). El P. Rey añade: “Esa elección […] fue ratificada por todos, y a partir de octubre tuvieron en mucho agregar a su firma la cualidad de Oblato de San Carlos. Ya no era el nombre de un lugar limitado, era el nombre de un santo que planeaba sobre todos los horizontes y abría al celo de sus protegidos la catolicidad entera” (REY, I, p. 347).

Ese nombre aparece en la mayor parte de las cartas de aprobación de los siete obispos, escritas desde el 26 de setiembre hasta el 4 de noviembre de 1825, cuando el Fundador partió para Roma. Aparece también en algunas cartas y rescriptos de fines de 1825 y comienzos de 1826. El 17 de febrero de 1826 se cambió oficialmente en el nombre de Oblatos de María Inmaculada.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.