Colegio de Bytown
A fines de septiembre de 1848, a unos cuantos pasos de la catedral de Bytown, abrió sus puertas un modesto colegio bajo el patrocinio de Saint Joseph, para cerca de sesenta jóvenes católicos de idioma francés e inglés, que habían vivido los veinte años anteriores en las riberas del río Ottawa. La fundación fue la respuesta a la esperanza del Obispo Patricio Phelan, coadjutor de Kingston, que había invitado a los Oblatos a Bytown in 1844, llegando tres años antes. Desde entonces, el superior de la comunidad, Padre Adrián Telmon, había solicitado al Obispo de Mazenod, Fundador de la Congregación, establecer un local educativo…

Bytown, Colegio St. Joseph (AD)

En 1847, un Oblato, el Padre Bruno Guigues, fue nombrado obispo de la nueva diócesis. También le emocionaba establecer una escuela secundaria para los jóvenes del pequeño pueblo y deseaba formar sacerdotes para atender las necesidades del ministerio con la población que comenzaba a crecer.

Así fue como los Oblatos tomaron parte en la educación. Esencialmente eran misioneros, pero también estaban prestos a responder a las necesidades urgentes de la Iglesia. El primer colegio era una sencilla estructura de madera, que fue reemplazada en 1852 por un edificio en el terreno proporcionado por el Sr. Teodoro Besserer en la creciente área de Côte-de-Sable. Los Oblatos recibieron entonces la encomienda definitiva de la dirección del colegio, al que estaba anexa la parroquia Saint Joseph, que también estaba en proceso de fundación. Las dos tareas se hicieron una, por lo que en 1856 se firmó un acuerdo entre el Obispo de Bytown y el Obispo de Mazenod, Superior General de los Oblatos. El colegio no dependería ya del episcopado y podría desarrollarse libremente bajo la dirección de los Oblatos.

La institución le debía mucho al hombre que de 1853 a 1886 fue su alma como profesor y superior: el Padre José Enrique Tabaret. Fue un visionario de gran corazón, con un raro don de sentido práctico. Por treinta años, aparte de los tres que fue Provincial en Montreal, de 1874 a 1877, presidió el desarrollo del colegio en los aspectos materiales, académicos y espirituales, en los que se basa su historia.

Poco a poco se incrementó el número de estudiantes. Había menos de 100 antes de 1860 y más de 200 alrededor de 1870, incrementándose a 350 en 1889. Comenzando con cerca de doce profesores Oblatos en 1868, para 1888 había 22. Al curso de ocho años, de los cuales los dos últimos eran filosofía principalmente, se le añadiría otro de cuatro años en comercio y después uno en ingeniería civil, para poder ofrecer un programa equilibrado de cultura clásica y científica, así como una buena formación en los dos idiomas del país: francés e inglés. Se adoptó un nuevo plan de estudios en 1874, dando mayor espacio a la ciencia y las matemáticas y alentando los deportes como parte de la formación, que daría a la institución un carácter especial hacia el futuro.

Cédula de la Universidad
El gobierno de Upper Canada había incorporado el Colegio en 1849. Al darse el cambio en el nombre de la ciudad en 1861, se convirtió en el Colegio de Ottawa y en 1867 obtuvo su cédula elevando su rango a Universidad, del último Parlamento antes de la Confederación.

Université d’Ottawa (AD)

La identidad propia del Colegio era especial. Se distinguía por la enseñanza bilingüe, atendiendo a una gran parte de la población de franco-canadienses y estudiantes de habla inglesa. La nueva capital del país y la diócesis tenían necesidades especiales. Los responsables de la institución creían estaba justificado reclamar para el centro de Canadá una universidad como las de todas las demás regiones hacia el sur. Se requirió arrojo para que el sencillo Colegio Ottawa reclamara dicho privilegio. El esfuerzo del rector, Padre Timoteo Ryan, hábilmente secundado por el Padre José Teófilo Lavoie, tuvieron éxito en obtener el apoyo de los miembros del parlamento. Presentaron una solicitud al gobierno “para el honor de la religión y el mayor beneficio de los católicos para quienes se había establecido el Ottawa… todos los derechos y privilegios de las universidades ya existentes en el país.”

La asamblea legislativa presentó la solicitud del Colegio el 3 de julio de 1866, que fue seriamente discutida en las siguientes semanas. Habiendo pasado por la Cámara baja, siguió al Consejo legislativo y fue aprobada el 1° de agosto. El 15 de agosto recibió la aprobación real.

Se decidió de inmediato establecer algunas facultades superiores, pero las circunstancias hicieron que se demorara por algún tiempo. La institución tenía problemas financieros constantes y los responsables se veían forzados a ejercer su influencia para asegurar los subsidios necesarios de parte de varios gobiernos. Al ser católica, bilingüe y localizada en  Upper Canada, al tiempo que también atendía parte de Lower Canada (Quebec), que lo rodeaba, el Colegio siempre era menos favorecido que otros establecimientos de su tipo.

Cédula de la Universidad Pontificia
El Obispo Tomás Duhamel, sucesor del Obispo Guigues, había estudiado en el Colegio y deseaba seguir la política del Padre Tabaret en cuanto al futuro de la institución. Su deseo era obtener eventualmente el estado canónico de la Santa Sede mientras se obtenía el reconocimiento de las autoridades civiles. En 1878 se dieron los pasos necesarios hacia esta dirección durante su visita ad limina in 1878. Al buscar el estado canónico para el Colegio, el Obispo Duhamel esperaba obtener apoyo para crear una provincia eclesiástica al este de  Ontario. También deseaba que esa prueba de confianza fuera un reconocimiento a la dedicación de los Oblatos en la diócesis desde su comienzo. La oposición demoró los procedimientos para el plan del Arzobispo y parte del episcopado de Quebec. Más tarde se envió al Obispo Enrique Smulders a Canadá con la comisión de investigar la situación de la universidad en el país. Eventualmente, en 1886, Ottawa se convirtió en sede metropolitana. Otra visita ad limina en 1888 logró los planes del Obispo Duhame. El 5 de febrero de 1889, el Papa León XIII publicó el decreto apostólico Cum Apostolica Sedes, creando la Universidad Católica de Ottawa, estableciendo universidades católicas al mismo tiempo en Washington y Fribourg.

En su carta al Obispo Grandin para informarle de las noticias, el Arzobispo de Ottawa no dudó en escribir: “¿Qué mejor recompensa pude obtener de la Santa Sede para los devotos Padres Oblatos que han trabajado tanto y tan generosamente en la diócesis de Ottawa? ¿De qué mejor forma podría dar prueba y testimonio de mi confianza y además, hay algo mejor o más útil que pudiera haber hecho por mi diócesis y por mi país?”

Sorprendentemente tal vez, el Arzobispo Duhamel solo obtuvo un moderado apoyo de las autoridades Oblatas. Se dieron cuenta de que el honor que les había sido conferido aumentaría sus problemas de personal y recursos financieros, que ya eran grandes. Una vez sucedido, el Consejo General recalcó en las minutas de su reunión del 12 de marzo de  1889, que “puesto que no podemos evitar esta gran responsabilidad, la mejor forma de aligerarla es llevarla con alegría y apelar a todos los medios que tengamos a nuestra disposición”. El Padre Eugenio Antoine, asistente general, escribió: “Confío en que todos se sientan honrados y no den marcha atrás al enfrentar el sacrificio por hacer para cumplir las expectativas de la Iglesia”.

El 9 y 10 de octubre de 1889 se llevó a cabo la inauguración de la Universidad Católica, en presencia de numerosos representantes de las autoridades eclesiásticas y civiles, así como de antiguos estudiantes de la institución. Se aprovechó la ocasión para develar estatuas de los dos hombres que hicieron posible la Universidad de Ottawa: una del Obispo Guigues, cerca de la catedral y una del Padre Tabaret, frente al Colegio. La ocasión señaló el significado de lo que el Decreto Pontificio era para el futuro de la Universidad de Ottawa.

Al terminar la celebración, el Padre Celestino Augier dio inicio a la edición de las estatuas para la nueva universidad pontificia, que serían presentadas por el Arzobispo Duhamel al año siguiente. El 12 de junio de 1891, el Papa firmó las cartas apostólicas Cum Nobis, que incluían un donativo destinado para crear una cátedra de teología.

Facultades Eclesiásticas
La cédula civil de 1866 autorizaba la expedición de títulos en las diferentes disciplinas de enseñanza universitaria del mundo occidental: ciencias, leyes y medicina. La importancia de la adición de la cédula pontificia era que permitía a la Universidad de Ottawa otorgar además títulos en filosofía, teología y ley canónica. Las facultades de filosofía y teología comenzaron en 1889.

A principios de 1848 el Obispo Guigues había comenzado un sencillo seminario en la sacristía de la catedral. En 1856 encomendó sus futuros sacerdotes a los Oblatos, quienes los alojaron con algunos de sus escolásticos en un nuevo edificio en Côte-de-Sable. Los futuros sacerdotes diocesanos y los Oblatos compartían las bancas en los cuatro años de estudios de formación. Sin embargo, con la intención de mejorar la calidad de enseñanza de las materias eclesiásticas y evitar a los escolásticos las distracciones de la vida universitaria, en 1885 se mudaron de Côte-de-Sable a Archville (este de Ottawa), a un edificio nuevo que daba cabida a cuatro sacerdotes, siete Hermanos y treinta y tres estudiantes, que sería el reconocido Escolasticado Saint Joseph. Los seminaristas también se mudaron a la nueva ala del Colegio, donde podrían, al igual que los escolásticos, aprovechar el ambiente más adecuado para la oración y el estudio.

La duplicidad de cursos en filosofía y teología llevó a separar los dos grupos de futuros sacerdotes, dando pie a la idea de transferir el seminario a un sitio más cercano al escolasticado, donde aun viviendo aparte, podrían reunirse para los mismos cursos universitarios. Sin embargo, habrían de pasar cincuenta años antes de que se concretara.

Mientras tanto, los responsables de las facultades eclesiásticas que se habían formado en Francia, Irlanda o Roma, estaban ansiosos por promover en sus estudiantes el amor por el aprendizaje y buscar la excelencia que hiciera de Ottawa uno de los centros privilegiados de formación para nuestros futuros misioneros. En esa era el equipo profesional estaba conformado por especialistas en ciencia eclesiástica de la estatura de José Mangin, Miguel Froc, Juan Duvic, Juan Antonio Poli, Enrique Lacoste, Luis Péruisset, Nicolás Nilles, Francisco Gohier, Alberto Antoine. Al pasar el tiempo, los jóvenes Oblatos canadienses formados en Canadá o en Roma ocuparían su lugar en la historia. Entre ellos se distinguió el Padre Juan María Rodrigo Villeneuve, futuro Cardenal-Arzobispo de Quebec. De 1907 a 1930 su carrera se desarrolló como profesor, administrador y formador de futuros sacerdotes quien tenía la idea de desarrollar en la ciudad capital un centro de estudios eclesiásticos que atrajera estudiantes de los institutos religiosos y diocesanos de la región. La Constitución apostólica Deus Scientiarum Dominus de Pío XI, publicada en 1931, proveería facultades eclesiásticas con un nuevo impulso hacia mejorar la calidad académica. De ahí nació el Instituto de estudios filosóficos para estudiantes laicos en 1934 y en 1937, el seminario universidad interdiocesano, con Saint Paul como patrón.

En 1935, por inspiración del Padre Andrés Guay, se abrió un sencillo centro educativo popular de carácter pastoral, que pronto sería conocido como Le Centre catholique. El primer resultado y más ampliamente conocido, fue el pequeño misal dominical titulado Prions avec l’Église, antecesor de Prions en Église. Pronto le seguiría la edición en inglés, Praying with the Church (Living with Christ). Del Centro fluyeron muchas iniciativas, que en 1970 se convertiría en la casa editorial Novalis, como laboratorio donde los sacerdotes y laicos en conjunto buscaban respuestas a las cuestiones actuales en la Iglesia.

Facultades civiles
Al cambiar el siglo, la Universidad tuvo algunos años de dificultades. La mayor de ellas sin duda, el incendio que destruyó por completo el edificio principal del instituto el 2 de diciembre de 1903. La reconstrucción comenzó de inmediato, con los planos diseñados por A. O. von Herbulis, arquitecto americano. La primera piedra fue colocada el 24 de mayo de 1904. Sin embargo, por obvias razones financieras, las ampliaciones posteriores no siguieron la línea majestuosa de la estructura planeada en un principio.

Otro problema fue de carácter institucional: el largo y doloroso conflicto entre los Oblatos que trabajaban en la Universidad acerca de la vocación cultural de ésta. A partir de 1874, el  Colegio se había vuelto en forma progresiva de habla inglesa y esta orientación no era afín a los planes originales del Obispo Guigues y del Padre Tabaret. La causa de los Oblatos franco parlantes, que entonces se encontraban en lucha por el reconocimiento de este idioma en Ontario, eventualmente dio fruto y a partir de 1901, los programas en francés comenzaron a tomar su lugar. Al establecerse la Provincia St. Peter se restauró gradualmente la paz entre los Oblatos de habla inglesa y los del Colegio St. Patrick, encargado entonces a dicha Provincia, que quedó al servicio exclusivo de los católicos que hablaban inglés.

La Universidad no solo tenía facultades eclesiásticas. La secundaria y la Facultad de Artes era el trayecto normal de un estudiante universitario. Después de la autorización de la Cédula y las necesidades de la clientela, se añadieron otras series de materias e institutos: música, escuela de enfermería, ciencia comercial, ciencia bibliotecaria, psicología, capacitación de maestros.  Además, en 1945 se crearon las Facultades de medicina, de leyes, ciencia social, escuela de ciencia aplicada (futura Facultad de ciencia) y la escuela de educación física.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial había más de 3,000 estudiantes inscritos, de los cuales cerca de mil eran de tiempo completo. Diez años después la población estudiantil había llegado a 4,200. Sin embargo, el mayor cambio fue en la conformación de los estudiantes. Había comenzado como un sencillo colegio con pocos programas de estudios superiores, dependiendo principalmente en las facultades eclesiásticas. Ahora la Universidad se estaba convirtiendo en el modelo para las principales instituciones canadienses de estudios superiores, cristalizando las esperanzas de más de cien años, que hasta entonces solo era un sueño.

Creación de la nueva Universidad de Ottawa
El desarrollo se volvía extremadamente costoso. La Universidad siempre había conservado la característica de ser católica y como tal no era elegible para las subvenciones del gobierno y de los institutos no-confesionales. La Congregación se dio cuenta de que sus finanzas ya no podrían mantener las necesidades de una institución de esas proporciones. Además, la imposibilidad de continuar reemplazando a los Oblatos en el personal, hizo aconsejable una reestructuración integral en la Universidad. Las autoridades se vieron forzadas eventualmente a buscar una solución urgente a la ruina que amenazaba a la institución. En 1964 dieron comienzo las tediosas negociaciones con el gobierno provincial de Ontario.

A partir de 1965, la “Universidad de Ottawa”, heredera del pequeño Colegio de Bytown, tomó el nombre de “Universidad Saint Paul”, conservando tanto las Cédulas civil como pontificia, que la regían hasta entonces. En ese entonces el gobierno creó una nueva institución con el  título de “Universidad de Ottawa”, a la cual la Universidad Saint Paul le cedió la mayor parte de sus bienes y propiedad. Por mutuo consentimiento, ambas universidades se convirtieron en un conjunto unificado y compartieron las instalaciones existentes, considerándose escuelas complementarias entre ellas. La Universidad Saint Paul conservaría las facultades eclesiásticas, mientras que la nueva Universidad de Ottawa tendría las facultades civiles y sería elegible para recibir los subsidios del gobierno necesarios para su desarrollo.

En 1889, al recibirse la cédula eclesiástica, el personal estaba conformado por cerca de cuarenta Padres, Hermanos y Escolásticos. En 1960 había cerca de cien, con otros cuarenta en las casas de formación Oblata en Ottawa.

Entre 1848 y 1965, el Colegio de Bytown, que más tarde sería la Universidad de Ottawa, tuvo veinticinco rectores. Mencionaremos a continuación los nombres de quienes estuvieron por más tiempo o que de alguna forma dejaron una huella más profunda en la institución: Carlos Napoléon Chevalier (1848-1849), primer superior; José Enrique Tabaret (1853-1864, 1867-1874, 1877-1886), segundo “fundador” de la Universidad; Timoteo Ryan (1864-1867), rector cuando se recibió la Cédula civil; Santiago McGuckin (1889-1898), rector al recibirse la Cédula pontificia; Guillermo Murphy (1905-1911); Luis Rhéaume (1915-1921); Gilles Marchand (1930-1936); José Hébert (1936-1942); Felipe Cornellier (1942-1946; Juan Carlos Laframboise (1946-1952); Rodrigo Normandin (1952-1958); Enrique Légaré (1958-1964); Roger Guindon (1964-1985), último rector Oblato antes de la separación de la Universidad de Saint Paul University y quien en 1965, se convirtió en rector de la nueva Universidad de Ottawa, hasta 1985.

Alexandre Taché, o.m.i.