Bartolomé Pacca nació en Benevento el 25 de diciembre de 1756. Estudió con los jesuitas en Nápoles, en el Colegio Clementino de Roma y luego en la Academia de los nobles eclesiásticos. Pío VI lo nombró en 1786 obispo titular de Damiette y nuncio en Colonia. Creado cardenal en 1801, fue prosecretario de estado en 1808, tras la dimisión forzada del cardenal Gabrielli cuando los franceses ocuparon Roma. Arrestado con el Papa en 1809 y exiliado en Italia y luego en Francia, volvió a Roma tras la caída de Napoleón. Ocupó después varios cargos importantes en la curia y siguió siendo un estrecho colaborador de los papas León XII, Pío VIII y Gregorio XVI.

En 1825-1826 era prefecto de la Congregación de los Obispos y Regulares. Por ese título el P. de Mazenod fue a encontrarlo veinte veces y tres veces fue invitado a almorzar. Se presentó a él por vez primera el 11 de diciembre con una carta de recomendación de un abate Taillé. Escribe ese día en su diario que “es recibido cortésmente”. El cardenal no cambiará de actitud y será paciente pues, desde el 7 de enero hasta el 15 de febrero, recibió al Fundador cada dos o tres días. El 7 de enero era para pedir obtener del Papa una simplificación del procedimiento: examen de la Regla por tres cardenales en lugar de siete u ocho. Enfermo, el cardenal aplaza sin cesar su visita a León XII. Va por fin el 19 y obtiene el favor solicitado. El Fundador le pide luego que convoque cuanto antes la comisión de los tres cardenales, pero el cardenal no se apura pues además el cardenal Pallotta, uno de los miembros de la comisión, está enfermo también. “Me recibe siempre muy bien, anota el padre de Mazenod el 18 de enero, y no avanza más aprisa”. Por fin, el 15 de febrero los cardenales se reúnen y aprueban la Regla.

También a él se dirige el Fundador el 20 de marzo para pedir al Papa la exención de la tasa del breve. León XII concede igualmente ese favor el 7 de abril. El P. de Mazenod escribe en su diario el 14 de abril que se ha despedido del cardenal Pacca y añade: “Ha sido, como de costumbre, muy amable conmigo; me ha testimoniado su pena por verme partir y me ha abrazado muy afectuosamente, deseándome buen viaje. Yo experimenté cierta pena al pensar que no volvería a ver a este excelente cardenal…” En carta del 16 de abril al P. Tempier hace esta confidencia: ” No terminaría contando todas las demostraciones de interés que me ha dado este venerable cardenal en todos los encuentros”.

Mons. de Mazenod escribió al cardenal Pacca el 3 de diciembre de 1831 para recomendarle a Felicité de Lamennais. Lo volvió a encontrar algunas veces en Roma en 1832 y 1833 cuando el asunto de Icosia. Intercambiaron varias cartas de amistad y de negocio en 1838, 1839 y 1840. El cardenal falleció el 19 de abril de 1844. El 29 recibió la noticia Mons. de Mazenod. Escribió ese día en su diario: “Anuncio de la muerte de mi venerable amigo, el cardenal Pacca, decano del Sacro Colegio. La Iglesia pierde en él a uno de sus más ilustres pontífices, yo pierdo a un verdadero amigo que siempre me había querido con una especie de ternura. Su correspondencia muestra hasta qué punto me tenía cariño. He ofrecido hoy el santo sacrificio por el descanso de su alma, pero quiero que se apliquen por él todas las indulgencias que se ganen en la Congregación durante 15 días. No debemos olvidar que él presidió la reunión de los cardenales que aprobó nuestras Reglas en 1826” (Ecrits Oblats, I, t. 21, p. 149).

Cuando viajó a Roma en julio y agosto de 1845 para la boda de su sobrina Cesárea de Boisgelin, Mons. de Mazenod fue a rezar ante la tumba del cardenal en la iglesia de Monticelli (Ecrits Oblats, I, t. 17, p. 179s).

En 1825-1826 el cardenal Pacca ya había escrito sus Memorias de capital importancia para conocer las relaciones entre el Papa Pío VII y Napoleón de 1809 a 1815. El Fundador las leyó en Roma desde fines de marzo hasta el 7 de abril de 1826.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.