1. La fundación querida por el Fundador en 1859
  2. Traslado de la casa general de Marsella a París en 1862
  3. Sucesos felices e infelices

La fundación querida por el Fundador en 1859
El 24 de junio de 1856 el emperador Napoleón III nombró a Mons. de Mazenod senador. En consecuencia el obispo de Marsella fue a habitar en París durante los primeros meses de cada año durante la sesión legislativa. Eso fue para él la ocasión de implantar la Congregación en la capital. El asunto se decidió definitivamente en la primavera de 1859. A pesar de la oposición de su consejo, muy hostil a las congregaciones religiosas, el cardenal F. Morlot consintió en ello una vez que el Fundador le hubo asegurado que los Oblatos “serían hombres celosos que él iba a tener en su mano para catequizar a los pueblos de las afueras que viven en cuanto a religión como salvajes” (carta al P. Fabre, 1-3-1859).

El motivo principal por el que Mons. de Mazenod quiso esa casa no fue tanto el tener él mismo una vivienda de paso para sus estadías en París, sino más bien el agrupar a los padres llamados entonces a ser capellanes de las Hermanas de la Sagrada Familia de Burdeos en la capital (carta al P. Fabre, 9-3-1859).

El 12 de mayo de 1859 Mons. de Mazenod escribe al P. Ambrosio Vincens, provincial del Norte: “Lo difícil será formar ese personal selecto que hace falta en París para cumplir nuestra misión. Usted tendrá que frotarse la frente. Hombres regulares, edificantes, aptos para dirigir a comunidades religiosas y capaces de destacar en los púlpitos de París. Esta última condición, sin embargo, no me parece indispensable. ¿Qué oficio vamos a cumplir? Si hay una cosa insípida y de ninguna ventaja para la salvación de las almas, son los sermones aislados de París. Si usted me hablara de hacer instrucciones en el arrabal que tanta necesidad tiene de conversión, lo comprendería”

La comunidad se formó inicialmente con los padres Juan José Magnan, superior, Carlos Baret, ecónomo, y León F. Delpeuch. Vivieron provisionalmente en la calle des Batignolles nº 22. En abril de 1860 compraron, por la muy alta suma de 100.000 francos, un terreno en el barrio de Europa, en formación, que entonces estaba en el extremo norte de la ciudad. La construcción de la casa en la calle Saint-Petersbourg nº 26, exigió más de un año. No se tomó posesión de ella hasta el 17 de agosto de 1861. Tres meses después se abría al público la capilla, construida en estilo ojival.

Traslado de la casa general de Marsella a París en 1862
A la muerte de Mons. de Mazenod, se manifestó una fuerte reacción en una parte del clero marsellés contra los Oblatos que eran vistos como demasiado numerosos y demasiado poderosos. Para apaciguar los espíritus, éstos decidieron tener el Capítulo general en la nueva casa de París. Unos meses después de su elección, que ocurrió el 5 de diciembre de 1861, el padre José Fabre no dudó en fijar allí su administración.

El superior general tuvo siempre el título de superior local de esa casa que se componía de un doble personal pero que solo formaba una comunidad: la administración general con algunos hermanos y una decena de padres encargados del servicio de la capilla pública, de la atención a varias capellanías y de la predicación. Los trabajos en el exterior eran menos numerosos que en las casas exclusivamente dedicadas a esa clase de apostolado: misiones, cuaresmas, retiros, sermones sueltos que eran llamados a dar los capellanes y los asistentes generales, en la medida en que les dejaban libres sus ocupaciones ordinarias.

Sucesos felices e infelices
Durante el asedio de París por los prusianos, de setiembre de 1870 a enero de 1871, y en el transcurso de los meses de la Comuna (marzo-mayo de 1871), el padre Fabre y algunos miembros de la administración general fueron a vivir en Burdeos. Los padres Pedro Aubert, Amado Martinet, asistentes generales y algunos otros padres y hermanos se quedaron en la casa y sufrieron mucho de hambre, de frío y sobre todo, en los meses de marzo a mayo, de la amenaza de visitas de los communards, los rojos, que saqueaban y quemaban iglesias e instituciones religiosas. El P. Aubert colgó una gran bandera inglesa a la puerta de entrada, lo cual salvaguardó la casa. Varios padres fueron entonces capellanes militares.

La vida se reanudó luego regularmente y en 1876 hubo que agrandar la casa para acoger a los numerosos visitantes, oblatos y otros. El cardenal Hipólito Guibert, arzobispo de París de 1871 a 1886, nunca dejaba de acudir para celebrar la fiesta del 8 de diciembre con sus hermanos oblatos.

El 6 de noviembre de 1880, a consecuencia de los decretos del gobierno contra las congregaciones no autorizadas, se precintó la capilla, y luego los padres y hermanos fueron expulsados; solo los padres Marcos de L’Hermite, vicesuperior, y Marcos Sadou, ecónomo general, fueron autorizados a guardar la casa.

En 1881, el P. L’Hermite rompió el precinto y abrió la capilla al publico. Los padres y hermanos fueron regresando uno tras otro, tratando de no dar que hablar. Allí se tuvieron los Capítulos generales de 11 a 23 de mayo de 1893, donde el P. Luis Soullier fue elegido superior general, y de 16 a 28 de mayo de 1898 en que fue elegido el P. Casiano Augier.

Para mejor responder a las necesidades de los fieles del barrio, se había empezado a construir, antes de las expulsiones de 1880, otra capilla más amplia que la primera. Se continuaron los trabajos en 1899 y 1900. Fue bendecida el 12 de agosto, dedicada a Nuestra Señora de Lourdes. Los padres que se ocupaban de la capilla estaban encargados de ciertas obras importantes, en particular la de las Madres cristianas, de reciente fundación pero que cada año crecía en número de miembros, y la asociación de Santa Cristina, más antigua, a favor de las sirvientas. Más de 400 jóvenes le debían el mantenerse, a pesar de los peligros de París, en la práctica del bien y del deber. También se desarrollaba rápidamente la cofradía de Nuestra Señora de Lourdes, inaugurada a la par con la capilla.

En 1904, a consecuencia del rechazo del pedido de autorización el año anterior, los Oblatos fueron de nuevo expulsados y la casa fue confiscada por el Estado. Fue asignada al ministerio de comercio que puso allí sus oficinas. La capilla, inicialmente precintada, fue abierta en 1907 como capilla auxiliar de la parroquia San Luis de Antin. Tomó el nombre de San Luis de Antin de la calle de Petrogrado. Durante la guerra, en 1942-1943, los padres Bernardo Malenfant y Goulven Trébaol fueron nombrados vicarios en ella, pero quedaron ahí por poco tiempo. Durante más de veinte años los Oblatos reivindicaron en vano sus derechos sobre esa propiedad que, ya a finales del siglo XIX era evaluada en cerca de 850.000 francos. Esa casa existe todavía y la iglesia pasó a ser iglesia parroquial; Mons. de Mazenod figura siempre en una vidriera de la época.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.