Luis Antonio Agustín Pavy nació en Roanne (Loira) el 18 de marzo de 1805. Cumplidos sus estudios en los seminarios menor y mayor de Lyón, fue ordenado sacerdote el 13 de junio de 1829. Primero fue vicario en algunas parroquias y en 1837 pasó a ser profesor en la facultad de teología de Lyón. Nombrado obispo de Argel el 25 de febrero de 1846 y preconizado el 24 de mayo, llegó en julio a su ciudad episcopal. Levantó a la Diócesis del desastre financiero en que la había dejado Mons. Dupuch, fundó un seminario menor y uno mayor, aumentó las parroquias de 29 a 187, a los sacerdotes diocesanos de 48 a 273, y a las religiosas de 87 a 800. Murió el 16 de noviembre de 1866.

En 1848 Mons. de Mazenod se entendió con Mons. Pavy para enviar a algunos oblatos a Argelia. El P. Tempier fue a negociar el asunto en el lugar en diciembre, y ya en febrero de 1849 llegaban tres padres a Argelia. El Fundador había escrito al obispo el 5 de enero: “Espero que llegará el día en que usted pueda emplearlos en la conversión de los árabes”.

Desde su llegada a Argel el P. Viala, superior, no se entendió con el obispo, que se había comprometido a permitir a los Oblatos vivir en comunidad, encargados del ministerio parroquial en Blida y del servicio religioso del hospital de la ciudad. En cambio, los estableció a las puertas de la ciudad y les confió el servicio de siete pueblos sin iglesia. El padre Viala se quejó a Mons. Pavy, que se mostró muy descontento. Mons. de Mazenod escribió al padre Viala el 5 de marzo: “Me habría gustado que la carta demasiado lacónica que usted me dice haber escrito sobre ese asunto hubiese sido más cortés. Nunca hay que faltar a la deferencia debida a un obispo, incluso cuando uno tiene motivos para quejarse de él”.

El Fundador por su parte escribió al obispo una carta muy cortés para recordarle los términos del convenio. Mons. Pavy respondió con injurias. “Hay motivos para lamentarse, confía Mons. de Mazenod al P. Viala, viendo a un obispo desmandarse hasta ese punto. Le aseguro que es menor la herida por los ultrajes que se permitió contra mí, que la pena que siento al ver a un hombre revestido de ese sagrado ministerio, rebajarse de ese modo […] Ahora ¿qué hay que hacer? Si no se tratara de tan graves intereses y no estuviera en juego la salvación de las almas, mi partido sería tomado rápidamente. Pero las consecuencias de una determinación que implicaría el abandono de todas las esperanzas que habíamos concebido por la conversión de los infieles y la buena dirección de una cristiandad descuidada, merecen reflexión. Así que no me voy a decidir bajo la impresión de las injusticias y los ultrajes que usted tiene que soportar…”

A pesar de esas dificultades, Mons. de Mazenod envía aún cuatro padres y un hermano (cf. artículo: Argelia), pero en junio de 1850 retira a los oblatos, a consecuencia del comportamiento del padre Bellanger que ha dilapidado los bienes de la Congregación, del grave accidente del padre Eymère, enviado en remplazo del P. Bellanger, y de una carta de Mons. Barnabò, secretario de la Congregación de Propaganda, que propone a la Congregación un Vicariato en Africa del Sur con el fin de evangelizar a los negros.

Mons. de Mazenod tuvo posteriormente solo pocas relaciones con Mons. Pavy. Pero le escribió en 1853 y 1859, en respuesta a cartas del prelado que pedía informes sobre las conferencias eclesiásticas y las oficinas de beneficencia.

YVON BEAUDOIN, O.M.I.