Nacimiento en: Guipronvel, Finistère, Francia, Noviembre 8, 1834.
Toma de hábito en: Nancy, Mayo 1°, 1857.
Oblación en: Nancy, Mayo 3, 1858 (N. 456).
Ordenación sacerdotal en: Marsella, Junio 24, 1860.
Muerte en: Jaffna, Ceylán, Mayo 10, 1874.

 

Gabriel Salaün nació en Guipronvel, diócesis de Quimper, Francia, el 8 de noviembre de  1834. Para evitar el servicio militar, dejó el colegio antes del último año, tomando un año de filosofía y uno de teología en el seminario mayor Quimper, donde en 1856-1857 conoció al superior, Padre José Lagier o.m.i. Comenzó su noviciado en Nancy el 1° de mayo de 1857 y después de sus votos el 3 de mayo de 1858, continuó sus estudios de teología en Montolivet, Marsella. El Obispo de Mazenod lo ordenó sacerdote el 24 de junio de 1860 y le dio una obediencia para Ceylán. Los varios y muy satisfactorios reportes de los Padres Francisco Javier Guinet y Juan Bautista Berne, maestros de novicios y del Padre Antonio Mouchette, moderador de escolásticos, se resumen en una nota que se encuentra después del nombre del Padre Salaün en el registro Personnel de 1862: “Salaün: fortaleza física, apariencia tosca, inquieto, muy inteligente, de fuerte virtud y devoción, inteligencia vivaz, puntual…”

Llegó a Jaffna el 15 de octubre de 1860 y estudió tamil en Colombogam. Después de algunos meses fue nombrado asistente del Padre Yves Le Cam en Batticaloa. Estuvo a cargo de la misión en Valigamam (1862-1865). En febrero de 1865, el Obispo Semeria lo nombró superior de la casa del vicariato de Jaffna y director de las escuelas. Su salud se vio afectada por algún tiempo al contraer cólera en 1866-1867, por lo que fue asistente temporal del Padre Luis María Boisseau en Kayts. En 1872 fue director del orfanato Saint Joseph en Colombogam.

Desde su llegada a Ceylán el Padre Salaün se vio afectado por la tuberculosis. Su salud se deterioró rápidamente en 1874 y falleció en Jaffna el 10 de mayo de ese año, a los 39 años de edad. Fue sepultado en el cementerio Saint Mary.

En el obituario, el Obispo Cristóbal Bonjean y el Padre Boisseau alaban las virtudes y celo del Padre Salaün, copiando muchos de los extractos de las notas de retiro del Hermano Salaün durante su noviciado y escolasticado, que tienen muchas comparaciones realistas e interesantes. Como ejemplo, lo que escribió acerca de la necesidad de buscar la perfección: “Motivos que me hacen luchar por progresar: 1. La abundante gracia recibida en la religión: la vaca que se alimenta de una pastura más rica produce más leche que la que busca penosamente en la tierra árida; así el religioso debe producir mejores obras que un seglar; 2. Los compromisos sagrados que hizo Dios en la religión; así como la esposa debe tener más devoción a su esposo que la soltera, un religioso que contrae una alianza verdadera con Dios debe ser infinitamente más devoto a él que el seglar que solo es siervo; 3. Compromiso del religioso en cuanto a las almas: al igual que un padre no debe conformarse con solo procurar el pan a sus hijos, el misionero no debe conformarse con la medida de la santidad que solo fuera suficiente; debe seguir su sueño de alcanzar los tesoros del alimento espiritual para distribuirlos entre las almas de las que realmente es el padre…”

Yvon Beaudoin, o.m.i.