Adolphe Tavernier nace en Aix el 30 de octubre de 1799, hijo de Marie Marguerite Huard y de Joseph Alexandre, impresor y recibidor (uno de los administradores) de los hospicios de Aix. Adolphe es admitido en la Congregación de la Juventud de Aix a comienzos de 1814 a los quince años, siendo recibido oficialmente el 21 de noviembre siguiente. Desempeña muchos cargos de confianza: viceprefecto, prefecto, ostiario y enfermero, asesor, secretario, celote, etc. Brillante estudiante en el liceo de Aix, siendo retórico en 1815 obtiene el premio de excelencia, el primer premio en traducción y el segundo en declamación latina.

Es muy afecto al P. de Mazenod y de 1818 a 1821 le escribe dieciséis cartas en las que aparece una viva afección y, en ocasiones, celos. Las trece respuestas del Fundador del mismo período son más sobrias pero marcadas también por el sello de una confianza y un afecto profundos.

Adolphe se convierte en abogado. Dedica al P. de Mazenod su tesis doctoral en la facultad de Derecho de Aix. Éste asiste a la primera defensa de un caso ante la corte de apelación de Aix por parte del doctor Tavernier y el 27 de diciembre de 1823 bendice su matrimonio con Marie Honorine, la hija de un abogado. El Sr. Tavernier es nombrado miembro de la Academia de Aix en 1840 y muere el 7 de mayo de 1882.

Tras su marcha a Marsella en 1823, el P. de Mazenod mantiene ocasionalmente una cierta correspondencia con Adolphe y le pide consejo como abogado en numerosos asuntos: la compra de la casa de Coûteron en 1836, el asunto Véze, juzgado en Aix en 1838, el testamento del Hno. Morandini en 1838, la herencia dejada por la Sra. de Bausset en 1839, el matrimonio de Caesaria Boisgelin en 1845, en 1846 las deudas contraídas por el Presidente de Mazenod con el Sr. Pèrier. En relación a este asunto Mons. de Mazenod escribió el 29 de mayo de 1846: “No he retirado nada de la herencia de mi padre, en consecuencia no debo nada” y el 20 de septiembre añade: “No reconozco más deudas que las que yo he contraído”.

En 1872, el Sr. Tavernier publica la obra Quelques souvenirs sur Mgr Charles Eugéne de Mazenod (95 págs.) en las que publica su correspondencia con el P. de Mazenod de 1818 a 1821. Al principio de esta obra escribe: fue este Abate de Mazenod “quien guió mis primeros pasos en la vida y quien me hizo conocer los caminos de la virtud con sus ejemplos y sus enseñanzas. Su recuerdo revive en mi espíritu lleno de frescor y de suavidad al fin de mis días como en los primeros momentos de mi existencia. No se ha borrado nada. Lo veo con las cualidades superiores de su espíritu, su gran naturaleza, su mirada penetrante, sus nobles y distinguidas maneras y su corazón generoso. Veo aún su fortaleza moral, su inclinación al bien, su afectuosa indulgencia y los fascinantes recovecos de su alma que tan tiernamente sabía amar. Oigo aún su palabra elocuente y experimento, tras muchos años, las emociones que ella me provocaba. Me lo represento sobre todo consagrándose con fervor a la juventud, la reunión en torno a él, buscando iniciarles en el estudio y el gusto por la verdad de la religión”.

El Sr. Tavernier hizo una visita a Mons. de Mazenod poco antes del 21 de mayo de 1861. Terminó su obra con estas palabras: Mons. de Mazenod “fue en ese momento supremo para mí lo que siempre fue durante su vida. Me alejo bañado en lágrimas, saludando su gran alma que me ha dejado, y siento que una parte mí mismo se ha consumido sin retorno para nunca vivir más que en los cielos y para continuar velando por aquellos que amó aquí abajo”.

Yvon Beaudoin, o.m.i.