Juan Timon nació el 12 de febrero de 1797 en Conewago Township, Pennsylvania, E.U.A. Su familia se mudó en varias ocasiones a diferentes lugares en los Estados Unidos. Ingresó al seminario en Saint Louis en 1882, continuando en el seminario Vicentino Saint Mary of the Barrens, en el condado Perry. Tomó votos el 10 de junio de 1825 y fue ordenado sacerdote el 23 de septiembre de 1826.

Trabajó por diez años en el seminario Vicentino, al mismo tiempo que era pastor y predicaba misiones. En 1835 el Obispo Rosati de Saint Louis escribió a la Congregación de la Propagación de la Fe diciendo que el Padre Timon había convertido y devuelto a la fe a más personas que todos los demás sacerdotes juntos. Los obispos de América presentaron su nombre como coadjutor en Saint Louis. Fue provincial superior de los Vicentinos de 1835 a 1847 y al mismo tiempo vicario general de Saint Louis y prefecto apostólico de Texas de 1839 a 1841.

El 23 de abril de 1847, Pío IX lo nombró primer obispo de Buffalo. El Obispo Juan Hughes de New York lo ordenó al episcopado el 17 de octubre, en la catedral Saint Patrick en New York. El Obispo Timon hizo construir la catedral Saint Joseph y fundó muchas parroquias, al igual que algunos colegios y dos seminarios.

Relación con los Oblatos
Camino a Roma, el Obispo Timon visitó Marsella a fines de diciembre de 1849 y principios de enero de 1850. Solicitó tres Oblatos, “uno de los cuales debe hablar bien el inglés.” El Obispo de Mazenod escribió en su Diario el 26 de diciembre: “Visita del Obispo Timon. Tan grande es la confianza que este prelado me inspira, que no rehusaré su petición.” En su reunión del 4 de enero, el consejo general accedió al plan y nombró superior al Padre Julián Pedro Amisse. El 7 de enero el Obispo Timon envió por escrito sus intenciones. Encomendaba a los Oblatos un colegio que apenas comenzaba. Estarían “por completo y absolutamente a su cargo”. Trataría de conseguirles el terreno para construir una iglesia de habla francesa y si pudiera, construiría una iglesia de madera. “Es mi deseo de corazón”, añadió “que tengan el derecho absoluto de vivir de acuerdo a su regla y seguir sus costumbres.” El Obispo de Mazenod gustosamente dio su consentimiento para el plan “por el bien que nuestra Congregación podrá hacer en ese país”, según escribió en su Diario el 16 de abril.

Al regresar de Roma el Obispo Timon no pasó por Marsella, pero se encontró con el Fundador de nuevo alrededor del 20 de junio, en la residencia del duque de Arundel en Londres y en la casa Oblata en Maryvale algunos días después. El obispo de Buffalo zarpó de Liverpool, mientras que los Padres Pedro Amisse, Francisco Javier Pourret y Ricardo Molony salieron de Le Havre el 19 de junio, llegando a Nueva York el 22 de julio, donde les esperaba el Obispo. El 23 de junio el Fundador escribió desde Maryvale al Padre Tempier, diciéndole que el Obispo cubriera los pasajes de los tres misioneros, pues “había recibido bastante dinero en todos los lugares donde había estado”.

Aunque los Padres permanecieron en la casa del obispo, comprendieron de inmediato que no se había preparado nada para su llegada. Partieron hacia Montreal dos semanas después, llegando el 16 de agosto. El Obispo Guigues se encontraba en Europa para el Capítulo General realizado del 26 al 31 de agosto; fue delegado para ir a Buffalo a su retorno y ver la situación. Llegó a Montreal a fines de noviembre de 1850 y en vez de ir a Buffalo, escribió al Obispo Timon. A principios de diciembre dijo que los Oblatos aún estaban disponibles, pero que no les era posible hacer ni la menor contribución financiera. “Los Oblatos gustosamente aportarán su trabajo y sudor, pero encuentran estar condenados a que su residencia y establecimiento sea cubierto por los obispos”.

En ese punto intervino el Obispo Armando de Charbonnel de Toronto. Había escuchado que tres Oblatos que habían sido enviados a Buffalo, no habían llegado al lugar y solicitó tenerlos en Toronto. El Obispo Timon accedió, aunque pidió que los Oblatos volvieran con él más adelante. El Obispo Guigues no envió a los Oblatos ni a Toronto ni a Buffalo, dejando la decisión al Padre Tempier, quien llegó en visita canónica a Canadá el verano de 1851. Su elección fue por Buffalo y el 31 de julio firmó un contrato con el Obispo Timon. Los Oblatos recibirían la dirección del colegio católico, que también funcionaba como seminario mayor y el servicio de la capilla al lado de la residencia del Obispo. Podían comprar terreno donde construir una residencia, el colegio y la iglesia, que se convertiría en parroquia. Los estudiantes y seminaristas pagarían colegiatura, etc.

A mediados de agosto llegaron a Buffalo los Padres Eduardo Chevalier, superior, Alejandro Soulerin y Guillermo Corbett, a quienes pronto se les unirían los Padres Ricardo Moloney y Alejandro Trudeau. El Padre Jacobo Santoni, nuevo superior provincial en Canadá, estaba muy disgustado con la decisión tomada por el Padre Tempier, sin haber consultado con los Padres en Canadá. Escribió el 14 de agosto: “Esta medida parece haber sido tomada con excesiva ligereza. En 1852 el Padre Chevalier compró un inmenso terreno con fondos recibidos de la casa general y continuó solicitando más. Algunos edificios que ya se encontraban en el terreno fueron reparados y adaptados a las necesidades del colegio. En el verano de 1855 el Padre Chevalier requería dinero para el colegio y solicitó una cantidad, que le había sido prometida por el obispo, quien se negó a proporcionarla; el Padre Santoni retiró a los sacerdotes de la institución, a pesar de las protestas del Obispo Timon. El provincial informó de lo sucedido al Obispo de Mazenod, recibiendo respuesta con fecha 9 de octubre de 1855: “¿Cuál es la posición que debemos adoptar? Obviamente debemos aceptar lo sucedido… habrá que ver si el obispo de Buffalo aceptará su idea de separar el seminario del colegio que abandona.” Los seminaristas vivieron en casa del obispo y el Padre Chevalier continuó dando clases hasta 1857. Los Oblatos permanecieron en la parroquia Holy Angels. Entre 1856 y 1859 hicieron construir una magnífica iglesia en el terreno, bendecida el 10 de mayo de 1859 por el Obispo Timon, asistido por el Obispo Guigues. También abrieron una escuela en 1857, encomendada a las Monjas Grises de Ottawa. A solicitud del Obispo Timon, los Oblatos predicaron muchas misiones en la diócesis de Buffalo y las circundantes.

Las relaciones entre el Padre Chevalier y el Obispo Timon fueron algo difíciles al dejar el colegio. El obispo solicitaba dinero continuamente a los pastores para el cementerio, para establecer a los Hermanos de las Escuelas Cristianas y varias beneficencias, cuando la parroquia Holy Angels era pobre y estaba endeudada. El 11 de octubre de 1861, el Padre Chevalier dirigió una carta expresando su queja al Cardenal Barnabò, Prefecto de la Congregación de Propaganda en Roma. El Cardenal respondió el 27 de noviembre con palabras alentadoras y prometiendo que “enviaría un aviso apropiado” al Obispo Timon. Al recibir los “avisos apropiados”, el obispo partió a Roma y el 4 de febrero de 1862 dejó una extensa carta para el Cardenal. Mencionó la precipitada salida de los Oblatos en 1850, el abandono del colegio en 1855 a pesar de sus protestas y refutó todas las acusaciones hechas por el Padre Chevalier. Añadió que los Oblatos criticaban su administración y que “En muchas diócesis, los buenos Oblatos, por lo que he oído, tienen la reputación de que la gente crea que hay mucha santidad en su entorno, aunque hay poco de ella en el exterior y nunca hablan de lo poco que hay bueno; más bien siempre es acerca de lo malo”.

Sabiendo que el Padre Fabre se enteraría del asunto por parte del Cardenal Barnabò, el Padre Chevalier le escribió el 23 de abril, mencionando entre otras cosas: “El Obispo Timón es sencillamente muy travieso (iba a decir deshonesto) y tergiversa todo a su favor…” Sin embargo, menciona respetar y tener afecto por el obispo. El obispo dijo lo mismo acerca del Padre Chevalier y de los Oblatos, a quienes deseaba conservar para misiones parroquiales.

A su regreso de Roma, el Obispo Timon exigió que el Padre Chevalier firmara una declaración preparada por el obispo mismo, diciendo que su carta del 11 de octubre al Cardenal no se apegaba a la verdad. El Padre se rehusó a firmar el documento, pues la veía contraria a la verdad. El Obispo Timon le retiró entonces todos sus poderes en la diócesis y el 29 de agosto de 1862, exigió que el Padre Chevalier fuera retirado. Los Padres Chevalier y José Guillard salieron de Buffalo a mediados de septiembre. El Obispo Guigues intervino en varias ocasiones para calmar las aguas turbulentas y reemplazó al Padre Chevalier con el Padre Garin, quien llegó en noviembre. El Obispo Guigues deseaba retirar a todos los Oblatos de Buffalo, pero el nuevo superior le aseguró que tenían un hermoso futuro en el lugar. Su relación con el Obispo Timon fue buena, aunque éste deseaba ver los libros contables de los Oblatos, diciendo que habían exagerado respecto a la deuda de la parroquia. También quería que los Oblatos proporcionaran ayuda financiera para que las Monjas Grises construyeran un convento.

Estas cuestiones se encontraban aún sin arreglar a la muerte del Obispo Timon el 16 de abril de 1867. En la actualidad los Oblatos son aún pastores en la parroquia Holy Angels en Buffalo.

Yvon Beaudoin, o.m.i.