Nacimiento en Lavérune (Hérault), el 3 de febrero de 1808.
Toma de hábito en Marsella, el 31 de diciembre de 1837.
Oblación en Marsella, el 1 de enero de 1839 (nº 78).
Ordenación sacerdotal en Marsella, el 3 de noviembre de 1839.
Muerto en Mazargues, el 23 de marzo de 1869.

Jean Viala nace en Lavérune, diócesis de Montpellier, el 3 de febrero de 1808. Es clérigo en órdenes menores cuando comienza su noviciado en el Calvario, el 31 de diciembre de 1837. Hace su oblación el 1 de enero de 1839 y prosigue el estudio de la teología en el Seminario Mayor de Marsella. Mons. de Mazenod le ordena sacerdote el 3 de noviembre de 1839.

Recibe obediencia para la casa de Aix, donde permanece hasta 1847 con breves temporadas en Notre-Dame de Lumières y en el Calvario de Marsella. En 1847 acompaña al P. Hippolyte Courtès, el cual había sido nombrado superior y fundador de la casa oblata de Limoges. Cuando el P. Courtès deja Limoges en mayo de 1848, el Fundador nombra inicialmente al P. Viala como superior, aunque después cambia de idea al encontrarle demasiado poco fiel a la regla. De todos modos, insiste en que el P. Viala se quedara en Limoges por cuanto que el obispo, el clero y la gente le querían. Sin embargo el P. Viala es enviado al Calvario en agosto de 1848.

A comienzos de 1849 Mons. de Mazenod consiente en enviar algunos oblatos a Argelia. El P. Viala fue nombrado superior de la casa de Blida. Permanece allí solamente unos cinco o seis meses. En otoño de 1849 lo encontramos en Notre Dame de Bon Secours. A finales de 1851 fue nombrado superior de Notre Dame de Lumières, aún incluso cuando el Fundador juzga que “no ha mostrado gran capacidad en Argelia”. El P. Telmon le sustituye en 1854.

En adelante el P. Viala reside en Notre Dame de Bon Secours algunos años, siendo al mismo tiempo consultor extraordinario de la Provincia del Mediodía. Según Missions O.M.I., de 1862 a 1869 reside en Notre Dame de la Garde en Marsella, pero sin cesar de predicar a lo largo y ancho de la Provincia.

En su necrológica, el P. Fabre escribió: el P. Viala “siempre aplicado al ministerio de las misiones en las parroquias del campo, donde obtuvo no el éxito de un predicador brillante, sino lo que constituye la única ambición del hombre de Dios: la conversión de las almas, el regreso de los pecadores más endurecidos. Su palabra podía ser a veces incorrecta, pero ponía tanta solicitud en sus exhortaciones, dirigía a las almas de muchas maneras, se desgastaba con tanta generosidad que hubiera hecho falta cegarse pertinazmente para no ver o no tener corazón para no sentirse conmovido. Por la combinación de estas cualidades, mucho más que por el don de palabra, se convirtió en un orador verdaderamente popular. Los hombres especialmente le supieron apreciar; bien es cierto, en efecto, que fue por esta porción del auditorio por lo que se imponía las fatigas más grandes y por los que empleó los mejores recursos de su alma sacerdotal”.

El P. Viala muere el 23 de marzo de 1869, en su sexagésimo segundo año de edad en el transcurso de la misión parroquial de Mazargues, en los suburbios de Marsella.

Yvon Beaudoin, o.m.i.