Breve semblanza

El Padre VÍCTOR LELIÈVRE nació en una familia católica más bien pobre en Vitré, al noroeste de Francia, el 4 de marzo de 1876. Cuando era un niño trabajó en una imprenta. En una peregrinación a Notre-Dame-de-Pontmain encontró a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada por primera vez. En 1896, a los 20 años de edad, entró en los Oblatos y fue ordenado presbítero el 24 de junio de 1902. El P. Lelièvre no era un erudito ni leía mucho, pero fue evidente desde el principio de su vida religiosa que era un hombre de Dios.

En 1903 fue enviado a la ciudad de Quebec en Canadá. Desde su llegada comenzó con el ministerio de la predicación. Su primera misión fue en la parroquia de Saint-Sauveur en la ciudad de Quebec. La parroquia tenía 13.000 miembros en ese momento. El  párroco lo  encargó de la Asociación del Sagrado Corazón para una hora de adoración al mes. Gracias al talento del P. Lelièvre la participación creció a 1.000 o más participantes. Cada vez más se implicaba en el “Apostolado del Sagrado Corazón”. Cada año invitaba a los católicos de la ciudad de Quebec a la procesión en la fiesta del Sagrado Corazón. Algunas veces unas 50.000 personas tomarían parte en la procesión. Por veinticinco años, cada primer Viernes de mes, el P. Víctor Lelièvre logró reunir una asamblea de cerca de 2.000 trabajadores para una hora de adoración.

Los testigos declaran: “Aparecía ante la audiencia como un hombre imponente, fuerte, de anchas espaldas y bien formado. Su cabeza era redonda y parecía descansar directamente sobre sus espaldas. Sus ojos pequeños eran muy vivos y atentos. Su voz, de un tono un poco alto, exultaba fuerza de voluntad pero también gentileza y amabilidad. Era un orador poderoso. Su carisma personal y su profunda fe lo llevaron a atraer multitudes. Una atrayente inspiración que venía del Evangelio que conocía profundamente. Podía mantener por horas  la atención de los trabajadores, jóvenes, presbíteros, monjas de clausura y otros”.

En 1923 fundó una casa de retiros llamada “Jesús obrero” donde reuniría miles de hombres y jóvenes. Tenía un talento que los cautivaba y que los convencía sobre Jesucristo. Muy a menudo los convertía en verdaderos apóstoles. Setenta y dos hombres fueron responsables del centro para la promoción del “Apostolado del Sagrado Corazón”. Cuando era posible, el P. Lelièvre tomaba la iniciativa de plantar estatuas del Sagrado Corazón. Conocemos el emplazamiento de al menos 134 monumentos para la devoción del Sagrado Corazón.

Una lista incompleta muestra los nombres de 80 presbíteros en los cuales despertó la conciencia de una vocación, unos 30 religiosos y más de 100 religiosas.

En 1953 el P. Víctor Lelièvre se sintió enfermo por primera vez en su vida. Cada vez tenía menos actividad. Murió en Quebec el 29 de noviembre de 1956. El boulevard Père-Lelièvre a lo largo del río Saint-Charles, cerca de Vanier y la ciudad de Quebec, recibió su nombre.