Breve semblanza

El Padre CARLOS DOMINGO ALBINI nació EN Mentone, Italia (actualmente Francia) el 26 de noviembre de 1790. En octubre de 1810 entró en el seminario mayor de Niza. Posteriormente fue ordenado presbítero en 1814 y su primer ministerio lo realizó en su parroquia natal de Mentone. Por unos cinco años estuvo comprometido con el ministerio parroquial ordinario: catequesis, confesiones, predicación, etc. Al inicio de octubre de 1820 era capellán del Hospital Agustino de Carnolès en Niza. En julio de 1823, el Abbé Albini fue nombrado profesor de teología moral en el seminario mayor de Niza.

Fue entonces, en julio de 1824, cuando estaba ayudando al párroco para dirigir un retiro para ex-prisioneros e inadaptados sociales, cuando encontró al Abbé Eugenio de Mazenod. El Abbé Albini quedó impresionado por el celo apostólico de Mazenod y su amor fraterno. Al final del retiro decidió unirse a la Sociedad de los Misioneros de Provenza recientemente fundada. Comenzó su noviciado el mismo mes.

En los años siguientes sirvió como misionero itinerante y como profesor en el escolasticado oblato en Aix. En 1825 fue escogido para traducir parte de las Constituciones y Reglas al latín, en su preparación para presentarlas a la Santa Sede para su aprobación. Fue el P. Albini quien empujó al Fundador y lo convenció de ir a Roma para que se reconociera oficialmente a la Congregación en 1826. En 1827 el P. Albini fue asignado para enseñar teología moral en el seminario mayor de Marsella que había sido confiado a los Oblatos. Al final de julio de 1828 se le confió el cuidado espiritual de la “Obra por los italianos” en Marsella. Fue un apostolado entre los inmigrantes italianos y el P. Albini lo llevó con una dedicación apasionada.

En 1834 los Misioneros Oblatos establecieron una comunidad en Córcega para encargarse del seminario mayor de Ajaccio y también para predicar misiones parroquiales en toda la isla. El padre Albini llegó en octubre en 1835 y fue nombrado profesor del seminario. En 1836 el P. Albini predicó una misión en Moïta. Fue la primera misión predicada en Córcega desde que Leonardo de Puerto Mauricio (1676-1751) lo hiciera en su última misión en la isla en 1747. La actividad misionera del P. Albini fue célebre por la sinceridad de su doctrina, su preocupación por ser entendido por el pueblo y, como consecuencia, el uso de un lenguaje claro y simple. Además, gracias a su personalidad, fue conocido por su habilidad para reconciliar enfrentamientos entre familias y clanes que vivían en las zonas que evangelizaba. Las condiciones de vida de aquella gente estaban muy lejos de ser fácil. En 1837 predicó un retiro espiritual al clero diocesano.

Enfermó seriamente al final de 1838 y murió el 20 de mayo de 1839. El fallecimiento del P. Albini fue sentido por la gente como una gran pérdida. Lamentaron su  muerte y comenzaron a verlo como a un santo. Empezó a ser conocido como el “Apóstol de Córcega”.