Biografía del escolástico Alfons Mańka OMI, 1917-1941,
oblato profeso de votos temporales.

Nació el 21 de octubre de 1917 en Lisowice, cerca de Lubliniec (Polonia).

Juniorado en Lubliniec: 1934 – 1937

Noviciado en Markowice: 07. 09. 1937.

Primeros votos en Markowice: 08. 09. 1938

Deportado sucesivamente a campos de concentración:

  • Szczeglin, Polonia (04. 05. 1940)
  • Dachau, Alemania (09. 05. 1940)
  • Mauthausen – Gusen, Austria (02. 08. 1940)

Murió de agotamiento en Gusen el 22 de enero de 1941, como religioso escolástico de votos temporales.


El Hno. Esc. Alfons Mańka nació el 21 de octubre de 1917 en Lisowice, cerca de Lubliniec (Polonia), hijo de Piotr y Karolina (de soltera Sojka). Como sus padres eran muy piadosos, rezaban juntos el rosario en casa. Al joven Alfons le gustaba rezar de rodillas cuando estaba solo en su habitación. De niño ayudaba a sus padres en las tareas del campo. Los domingos y días festivos iba regularmente a pie a la iglesia parroquial de Lubeck, a unos 4 km de su casa. En una ocasión, durante el duro invierno, se desmayó y cayó al suelo. Habría muerto congelado si un hombre llamado Mokros no se hubiera ocupado de él. Lo acogió y lo cuidó hasta que el niño volvió en sí.

Alfons tenía muchas dotes. Le gustaba tocar el violín y pintar. También le gustaba peregrinar a los santuarios de la Virgen en Częstochowa y Piekary. De la escuela primaria pasó a la secundaria en Lubliniec (1929 – 1934). Iba allí todos los días en bicicleta. Cuando sintió que Cristo le llamaba a su servicio, ingresó en el Seminario Menor de los Oblatos en Lubliniec (1934 – 1937). Tras aprobar el bachillerato, inicia el noviciado en Markowice, cerca de Inowrocław, y emite sus primeros votos el 8 de septiembre de 1938.

Durante su noviciado llevó un diario espiritual titulado “Recapitulatio diei”. Su familia lo preservó cuidadosamente y nos ha dado acceso a su estudio. Leyendo estas notas, tomadas a diario o con breves intervalos, podemos seguir los grandes esfuerzos del Hno. Mańka para alcanzar la santidad y renunciar a todo por amor a Jesús. En su empeño era ayudado por la Virgen María, a la que eligió como su propia madre. Muchas de sus notas comienzan con la palabra “Jesús” y terminan con el saludo “Ave María”.

Como novicio, se lanzó con todas sus fuerzas a conseguir su objetivo. Pero se encontró con todo tipo de dificultades. Esta lucha interna pasó factura a su salud, de modo que, durante más de un mes, del 1 de abril al 11 de mayo de 1938, tuvo que someterse a tratamientos bajo la supervisión de médicos.

Para comprender esta búsqueda incesante de la santidad, sus alegrías, sus angustias, sus momentos de arrebato místico, sus momentos de inquietud, incluso sus momentos de decaimiento, al final de la biografía citaremos los pasajes más importantes de este diario espiritual, en orden cronológico.

Después de hacer votos, va al escolasticado de Krobia, donde comienza sus estudios filosóficos. A finales de agosto de 1939 llega a Markowice junto con otros religiosos. Al aproximarse el ejército alemán, el 4 de septiembre abandonó Markowice junto con otros cohermanos y se dirige a Kodeń. Dado el hacinamiento en las casas de Kodeń y de la Santa Cruz, regresa a Markowice. Al día siguiente de su regreso, el 5 de octubre, él y toda la comunidad religiosa fueron puestos bajo arresto domiciliario y obligados a trabajar en las granjas alemanas próximas.

La casa de Manka, dibujada por él mismo

En sus días libres, él y otros cuatro escolásticos continúan sus estudios filosóficos bajo la dirección de los padres oblatos Jan Nawrat y Josef Krawczyk. El 2 de mayo, escribe a su madre su última carta antes de ser enviado al campo. La consuela como puede, porque su marido, el padre de Alfons, había sido deportado al campo de concentración de Buchenwald, donde murió el 13 de marzo de 1940. Tras terminar la carta del 4 de mayo, añadió: “En media hora nos vamos en coche a trabajar; ¿a dónde? No lo sé”. Antes de enviar la carta a su familia, el oblato Padre José Cebula, añadió: “Alfons ya no está aquí. El sábado se fue con otros a trabajar a Alemania”. Este mismo Padre Cebula será luego llevado también al mismo campo de concentración que el de Alfons Mańka; habiendo sido martirizado también pocos meses después que Alfons, hoy ya ha sido beatificado. El sábado 4 de mayo de 1940, Alfons Mańka y otros 15 novicios y escolásticos oblatos fueron deportados por la Gestapo en un furgón al campo de distribución de prisioneros de Szczeglino, cerca de Mogilno. Durante los “ejercicios” iniciales le golpearon tanto que apenas podía moverse. Luego de tres días, fue llevado con los demás en vagones de ganado al campo de concentración de Dachau. Del 9 de mayo al 2 de agosto, lo tuvieron ahí en cuarentena, una especie de preparación para la vida en el campo de concentración. El 2 de agosto de 1940, en un transporte de 1500 prisioneros, fue deportado a Mauthausen-Gusen, un campo conocido como “el infierno en la tierra”. En Dachau había recibido el número 9348, y en Mauthausen-Gusen el de 6665.

De salud frágil y agotado por el duro trabajo de la cantera, acabó desplomándose. Gracias a la secretaria del bloque, pudo ser ingresado en el hospital del campo, conocido como el pabellón. Aquí se ganó la simpatía de las enfermeras, que intentaron salvarle dándole una ración mayor de comida. Pero todos los esfuerzos fueron inútiles; el enfermo no se recuperaba. Viéndose ya ante la muerte, rezaba casi constantemente y se confesó con un sacerdote que yacía enfermo junto a él. Entregó su alma pura a Dios el 22 de enero de 1941, con sólo 23 años.

El novicio oblato Józef Rozynek, que tenía buenas relaciones con el “kapo” (jefe) del crematorio, consiguió el permiso para que se rezara por el difunto. Algunos de los oblatos fueron al crematorio y allí, entre las 100 cajas con los cadáveres de los muertos o asesinados, encontraron los restos mortales del escolástico Mańka. El padre Maksymiuk, que entonces era otro de los novicios oblatos en el campo, describe esta oración por los difuntos:

“Se colocó el ataúd con el cadáver de Alfons Mańka. Yacía desnudo, como un recién nacido. Sus huesos los cubría una pálida piel; su rostro estaba sereno. Nos arrodillamos para tener la ceremonia cristiana con una oración que brotaba de nuestros corazones desgarrados. Tras la oración, el féretro fue llevado a su lugar. Lentamente, en silencio, porque ya era tarde, nos dispersamos hacia nuestros barracones”.

El cuerpo del escolástico Mańka fue quemado el 28 de enero, en el crematorio del campo local, el mismo día de su apertura.

El escolástico Mańka era de físico frágil y de temperamento melancólico-sentimental. En los informes del 7 de julio de 1938, con motivo de su admisión a los primeros votos, se lee que estaba dotado de tacto y amabilidad en el trato con los cohermanos y que daba testimonio como novicio ejemplar. Por ello se le admitió por unanimidad a sus primeros votos.

La revista del escolasticado oblato polaco “Gość z Obry” nos ofrece un bello testimonio:

“Murió como un santo. Agotado por el hambre, entre palizas y terribles tormentos, sin pronunciar un lamento. Tenía la oración siempre en sus labios. Siempre estaba en recogimiento. Lo vimos después de su muerte: un esqueleto con una serenidad angelical en el rostro”.

Cuando la familia recibió sus pertenencias de Markowice, encontró entre ellas una nota que decía: “¡Seré fiel a Dios hasta la muerte!”. Así es como el padre Alfons Mańka se mantuvo fiel a Dios hasta el martirio. Junto al Padre José Cebula, ya beatificado el 13 de junio de 1999, el P. Alfons será dignamente propuesto por la Provincia polaca de los oblatos como un segundo candidato suyo a los altares.

(Reseña biográfica escrita por Józef Pielorz OMI, compañero de sufrimientos del Siervo de Dios A. Mańka en el campo de concentración, y adaptada por Diego Sáez Martín OMI)


SÍNTESIS DEL DIARIO ESPIRITUAL DEL ESCOLÁSTICO ALFONS MAŃKA OMI

Para comprender su búsqueda incesante de la santidad, sus alegrías, sus angustias, sus momentos de arrebato místico, sus momentos de inquietud, incluso sus momentos de caída, el Padre Józef Pielorz OMI hizo una síntesis de los pasajes más importantes de este diario espiritual, en orden cronológico:

“He venido al convento para convertirme en santo, y lo deseo con todo mi corazón (2 de octubre de 1937)”.

Dos días después, “una sequedad se apoderó de él”, pero al día siguiente tiene arrobamientos de celo. Elige “el camino de la abnegación por Jesús y de la renuncia a todo por Él (10. 10)”.

Experimenta la inmensa felicidad de la comunión con Dios: “Por la mañana sentí que ardían en mí las brasas del amor, pero durante el día a veces el amor se enfriaba y la naturaleza humana tendía a lo que le es propio… Quiero luchar siempre por la santificación total (24. 10)”.

Diarios escritos a mano

A veces siente la cercanía de Jesús:

  • “Hoy Jesús me ha hecho saber lo dulce que es arrodillarse a sus pies en la capilla, y lo agradable que es contemplar el sagrario con el sentimiento de que allí, detrás de esa puerta, vive Jesús (04. 11)”.
  • “Jesús, consúmeme por amor tuyo… Servirle, amarle…. El mundo ya no tiene ningún valor para mí, porque Dios es mío y todo mío (07 y 08. 11)”.

Para amar completamente a Jesús, hay que adquirir las virtudes adecuadas. Una muy importante es: la humildad.

  • “El camino de la humildad, el camino del olvido, este es el camino de mi vida. Por él me conduce Jesús (10. 11)”. “En medio de la desgana y el desaliento, por duro que sea, hay que seguir adelante, porque Jesús nos guía (9. 11)”.

Siguiendo el ejemplo de Santa Teresa del Niño Jesús, quiere “dar gusto a Jesús, ser su consuelo (16. 11)”.

Quiere amar a Jesús “hasta la locura (17. 11)”.

En los periodos de sequedad, en los que se deja enfriar la vida espiritual, necesitamos recordarnos a nosotros mismos: “que no es posible amar a Dios sin sacrificio… La verdadera vida del religioso debe fluir de minuto en minuto entre la negación y la mortificación (18. 11)”. “¡Jesús por ti quiero sufrir, sufrir toda mi vida! Jesús por ti quiero seguir sonriendo a través de mis lágrimas (20. 11)”.

“Jesús es mi ideal, Jesús es mi tesoro, en él está mi mente, en él mi corazón (21. 11)”. “Jesús te amo y quiero amarte hasta la locura (21. 11)”.

La idea de la santidad está constantemente ante sus ojos: “Quiero convertirme en santo. Me cueste lo que me cueste… Con Jesús todo es posible… Si otros pudieron, por qué yo no (27. 11)”.

“Cada vez más surge en mi corazón el anhelo de Jesús y el amor por él. Los pensamientos sobre él transen cada vez más mi carne. Vivir sólo por Él, por Él sufrir, ese es mi deseo. Le ofrezco cada momento, cada ejercicio (29. 11)”.

Pero la piedad no es sólo un sentimiento; hay que hacer primero la voluntad de Dios. “Este es el principio al que quiero adherirme en mi vida (30. 11)”.

“Dejé la casa paterna, parientes y amigos para seguir a Jesús, para seguirlo, por lo que no está permitido en el convento cruzarme de brazos y descansar cómodamente, dado que Jesús ya llevó la cruz antes que yo… así que, ¡a llevarla tras Jesús!… día y noche… hasta la última hora de mi vida, y sobre ella entregar mi alma a Dios (02. 12)”.

“Luchar por la santidad, por la perfección, es una lucha constante, una lucha conmigo mismo, una lucha con el mundo… por ello trato de mortificarme. Renuncio a todas las comodidades y placeres y trato de someter mi vida completamente a la voluntad de Dios… para adquirir las virtudes y formar en mí una especie de buen hábito, el hábito para el bien (03. 12).

Muchos oblatos ya se han santificado por la observancia escrupulosa de la Regla. Él quiere seguir sus pasos y observar la Santa Regla lo más escrupulosamente posible (03 Enero 1938).

Incluso llega a la exageración de decir que “incluso en la recreación debemos el recogimiento” (15. 01).

“Sólo la abnegación constante, el recuerdo constante de la presencia de Dios en la que vivimos, los actos constantes de amor llevan nuestras almas a la perfección (19. 01)”.

Por primera vez el amor de Jesús se une al de su Madre Inmaculada en una nota del 26 de enero: “Jesús, por el Corazón de la Virgen Inmaculada ofrezco a tu Sacratísimo Corazón todos mis pensamientos, palabras, obras, oraciones, angustias, sufrimientos (26. 01)”.

En sus dudas, angustias y tentaciones le grita: “Oh María, sostenme, oh Madre del perpetuo socorro no permitas que pierda a mi Dios (18. 02)”.

Pero el camino hacia la perfección es largo y difícil. A veces “hago lo que concuerda con mi voluntad y no con la de Dios (05. 03)”.

“Cuánta angustia nos genera precisamente esto de querer entregarnos a medias a Dios (12. 03)”.

Esta tensión constante, esta lucha constante, debilitó tanto su organismo que desde principios de abril hasta mediados de mayo tuvo que recuperarse bajo los cuidados de los médicos. Así que desde el 1 de abril hasta el 11 de mayo no tomó ninguna nota.

El 12 de mayo señala: “Por primera vez vuelvo a hacer ejercicios normales después del tratamiento. Su vida interior sufrió un poco con esta cura.

En el mes de mayo, dedicado a la Virgen, su amor por ella como madre le da una gran alegría (15. Mayo).

A partir del 19 de mayo, cada nota va precedida de la palabra: ¡Jesús! Y a partir del 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Escapulario, termina la mayoría de sus notas con un saludo a la Virgen: ¡Ave María!

“En la Santísima Madre pongo toda mi esperanza. En sus manos están los destinos de mi vida… No me abandonará, sino que me apoyará y ayudará (19 y 20 de mayo)”.

La oración debe ser una cadena ininterrumpida en su vida. Por ello, decide recitar cada hora durante el día el “Ave María”; y elevar su espíritu al son de cada toque del reloj de la torre: “Dulcísimo Corazón de Jesús, haz que te ame más y más (31. 05)”.

Pero se da cuenta de que la santidad no consiste en estos actos externos, ni en largas oraciones, sino “en la piedad y en caminar constantemente en presencia de Jesús (9 de junio).

El noviciado está llegando a su fin, y no es tan celoso como hubiera deseado. A veces se descuida en sus ejercicios religiosos, a veces no soporta con paciencia a sus cofrades (21 y 23 de junio).

Se pregunta cómo conciliar el cuidado de la salud, recomendado por sus superiores, con el celo de su espíritu (13 y 14 de julio).

La última nota está fechada el 23 de agosto. Está triste porque su director espiritual ha sido trasladado a otro lugar. ¿Quién le mostrará ahora el camino al cielo?